Imagen de la película Item Falls de 2013
El videoartista, junto a su compañera Lizzie Fritch, aterriza en La casa encendida con su proyecto Priority Innfield en el que, a través de cuatro películas analiza el impacto de las tecnologías en nuestras vidas
Se trata de cuatro vídeos, o películas prefieren llamarlo ellos, en los que los colores, los sonidos y el exceso de información son los protagonistas. El objetivo principal es difuminar los límites de las salas respecto al espectador y que este se sienta abrumado, casi agobiado, frente a semejante exposición de datos. "La película Junior War fue el punto de salida para el cuerpo de la obra que incluye tres películas adicionales y el teatro escultural Priority Innfield", comenta Trecartin.
Todo comenzó echando la vista atrás. En 2012 visionó las imágenes que había grabado en la escuela secundaria, corría el año 1999 entonces. Y tras ver Junior War se inspiró para crear Center Jenny, Comma Boat e Item Falls, en las que las referencias entre unas y otras son múltiples y llevan a aquella primera cinta en la que se muestra la historia de unos antepasados humanos de los personajes.
Pregunta.- ¿Qué se puede ver en esos vídeos?
Respuesta.- Center Jenny ocurre en un futuro post-humano dentro de un sistema de un juego que presenta universidades y entornos educativos. Este sistema está habitado, en gran medida, por grupos de chicas que representan piezas o proxies, cada una de ellas posicionada dentro del sistema como un arquetipo básico denominado Jenny. Su misión es estudiar un episodio de un posible hecho histórico de sus ancestros humanos para poder navegar mejor por el sistema.
» Item Falls, por su parte, tiene lugar en una audición que determina la capacidad de los personajes para acceder a diferentes niveles del juego. Considero la configuración de esta parte como un pre-nivel donde los personajes, que todavía no tienen estatus o identidad para el sistema, ensayan estrategias para sus audiciones y estado final.
» Y en Comma Boat seguimos al personaje principal, un director, en el proceso de intentar orquestar diferentes escenas con un grupo de actores y artistas, que también mantienen posiciones específicas dentro de ese sistema.
P.- Además, los lugares que se muestran en las películas son reconocibles por todos. ¿Cuál es el papel del espectador en la exposición?
R.- Los espacios de las películas comparten un lenguaje visual, se completan unos a otros material y conceptualmente. En este caso están inspiradas en varios tipos de público y espacios domésticos e institucionales como pueden ser los campus de secundaria, parques públicos, piscinas, baños y patios en los que los elementos se combinan creando entornos que colapsan las distinciones entre lo público y lo privado, el público y la audiencia. También incorporamos un vocabulario visual que deriva de diferentes tipos de lenguaje de la interfaz común en programas de diseños fáciles de usar y de código abierto.
P.- ¿Qué significa eso que califican como teatro escultural?
R.- En algún momento entre 2009 y 2010 comenzamos a usar el término teatro escultural para describir los espacios que presentamos en nuestros vídeos. Nos interesa destacar el papel del encuadre narrativo de los objetos, que se activan por la presencia de la audiencia y la participación que permite la fusión del teatro escultórico y la película en un solo trabajo y una misma experiencia. Las instalaciones son puentes conceptuales para la película a través de conexiones directas o tangenciales a los accesorios, vestidos y localizaciones. De modo que la sala de exposiciones se desdobla como un teatro para ver películas y como contenedor de posibilidades narrativas.
Esas posibilidades serán las que marquen su paso por La casa encendida. Sus paredes y suelos no serán los de siempre sino que Trecartin y Fritch han decidido darle un nuevo aire creando un ambiente inmersivo en esa realidad virtual en el que enmarcar la experiencia de ver e interactuar con las obras. A los dos artistas les gusta "crear experiencias completas que puedan inspirar una amplia gama de respuestas", dice Trecartin. "Cómo se manifiestan las asociaciones, principalmente cuando experimentas algo por primera vez, y cómo reacciona cada persona es único" y esto produce narrativas múltiples.
Claro que tampoco buscan una reacción estipulada en el espectador. Todo queda libre a la experiencia propia de cada uno. Les interesa, por encima de todo, ver "cómo cada espectador puede tener múltiples e incluso contradictorias experiencias acerca de la obra dependiendo de cuál es su acercamiento hacia ella que se gestiona por otros factores". Factores que pueden ser ambiciones o conocimientos de cada uno, que no tienen por qué ser los mismos para cada espector. Todo es parte del bagaje personal y eso crea las diferentes respuestas, acciones y reacciones. "Nos interesa la complejidad de la experiencia y creemos que las ideas contradictorias pueden coexistir de maneras regeneradoras", analiza Trecartin.
P.- En su arte resuena un eco candente. Muchos artistas ahora plantean sus obras para fuera de las paredes de museos y galerías. Arte fuera de las instituciones, para todos. ¿Es así también en su caso?
R.- Es también importante que las películas puedan ser visitadas fuera del contexto de galerías y museos. Por eso las publicamos online, porque creemos en diferentes maneras de enseñar lo que hacemos. Nos interesa más ofrecer oportunidades que intentar guiar a un mismo punto a todos.
P.- Priority Innfield fue presentando en la Bienal de Venecia en 2013. ¿Ha habido cambios respecto a entonces?
R.- Siempre que Lizzie y yo mostramos una pieza en un nuevo lugar es una oportunidad para que la pieza evolucione en relación al ambiente en el que está. Algunas veces los cambios son modestos y, en otros, más evidentes. Priority Innfield está compuesto por cinco pabellones, cuatro que muestran películas y uno que funciona como plataforma observadora. Dada su construcción solo existe una manera de armar los pabellones así que no han cambiado desde que fueron mostrados por primera vez en Venecia. Pero cuando estuvimos en Zabludowicz Collection en London (2014) pudimos expandir significantemente la presentación de la obra instalando un hilo musical que llegaba a todo el espacio expositivo, pintando las paredes, poniendo moqueta en los suelos y acentuando cada espacio con una luz específica. Ahora en La casa encendida intentaremos hacer una nueva versión extendida.
Y es que a Trecartin le gusta construir escenas de manera que se pueda interactuar con ellas y que se asemeje a dar un paseo. Pero "un paseo que se pueda convertir en el deseo y la capacidad de leer la película y mezclar la experiencia personal con la comprensión de la obra". Todo ello entendido como que la "comprensión de la obra les permita crecer y cambiar".
Todos los escenarios de las películas, eso a lo que llaman teatro escultórico, se ve en todas las películas, relacionadas las unas con las otras. El vestuario, el maquillaje, el papel de cada uno es algo que Trecartin ha interiorizado desde hace años. Cuando era pequeño y vivía en su barrio, grababa vídeos con sus vecinos, creaban las historias, el guion, el vestuario. "Crecí con unos padres que siempre me animaron con todos los impulsos creativos. Esa sensación de libertad para explorar y crear contribuyó al arte que haría después". Ese arte que ahora se convierte en un análisis de la vida que todos nosotros llevamos. Como una especie de Black Mirror artístico.
@scamarzana