Vinyl, 2015. Vídeo de Alexandra Meyer en el stand de Knoerle & Baettig (Zúrich)
Arranca la primera edición de ARCOlisboa, una feria que reúne hasta el domingo 29 de mayo a 45 galerías de ocho países en la primera andadura internacional del sello ARCO.
El objetivo de exportar el sello de ARCO a la ciudad de Lisboa se llevaba pensando durante varios años, y ahora finalmente es posible gracias a la recuperación del país y a la revitalización de su sector artístico. El valor que concede al proyecto la propia ciudad es también un punto clave. "Creo que ARCOlisboa es un encuentro que combina la experiencia de la feria con la experiencia de la ciudad. La feria no estará presente exclusivamente en los muros de la Cordonería, también recorrerá las galerías y las instituciones de Lisboa", asegura Carlos Urroz, director de ARCO desde 2010. "Al ser de un tamaño reducido, el público tendrá la posibilidad de visitar las galerías por la mañana, por la tarde acudir a la feria y por la noche visitar alguna colección, es una feria que va más allá del propio recinto, cosa que en ARCOmadrid, al ser tan grande, no pasa".
El reducido formato de la feria es una ventaja para muchos galeristas que, como Olga Adelantado, directora de la galería Luis Adelantado de Valencia, piensan que puede favorecer la calidad de las propuestas. "Este formato contribuye a que se presenten proyectos que muestren lo mejor del panorama internacional, pero poniendo el foco en la trayectoria y presencia de artistas y galerías portuguesas". También el hecho de ser la primera edición contribuye a suscitar el interés de las galerías asiduas a las ferias de primer nivel. Es el caso de la madrileña Maisterravalbuena, que esta temporada 2015-2016 ya ha acudido a Frieze Londres y Nueva York, Art Basel Miami y ARCOmadrid y acudirá a Granpalazzo y Art Basel. "Tal y como está ahora mismo el mercado, hacer ferias es inevitable porque no puedes estar esperando en la galería a que la gente entre por tu puerta. Si no te conocen, no irán", confiesa la codirectora Belén Valbuena. "Siempre que algo nuevo empieza genera incertidumbre y dudas, pero no queremos dejar de intentarlo juntos. Una feria se compone de galerías, cuanto mejores, mejor será el nivel de la respuesta y queremos aportar nuestro granito de arena".
Stand de la galería Maisterravalbuena (Madrid)en ARCOlisboa
Como no podía ser de otro modo, la presencia portuguesa copa algo más de un tercio de la feria con 18 galerías, en su mayor parte de Lisboa y Oporto, con nombres como Carlos Carvalho, Pedro Cera, Mario Sequeira, Múrias Centeno, Filomena Soares, Fernando Santos, Quadrado Azul, Miguel Nabinho, o Fonseca Macedo. Nuestro país también contará con una amplia representación con 13 galerías, 9 de ellas madrileñas, como Juana de Aizpuru, Parra & Romero, José de la Mano, Leandro Navarro, F2, Luis Adelantado, Slowtrack o Ángeles Baños. A pesar del abrumador dominio peninsular, Carlos Urroz defiende que "la idea es que sea una feria internacional, y lo es en sus contenidos, porque muchas de las galerías españolas y portuguesas presentan artistas internacionales". El cupo de galerías internacionales lo cubren las francesas Anne Barrault, de París, y Pietro Spartà, de Chagny; las estadounidenses Christopher Grimes, de Santa Mónica, y Leon Tovar, de Nueva York; las italianas Giorgio Persano, de Turín, y Umberto Di Marino, de Nápoles; y la suiza Knoerle & Baettig, de Zúrich. Asimismo, hay presencia de destacadas galerías de países iberoamericanos como son las brasileñas Baró, Jaqueline Martins, Luciana Brito y Vermelho, todas de São Paulo, y la colombiana Nueveochenta, de Bogotá.Invitando a artistas
ARCOlisboa es una feria especial desde su génesis, pues huye del habitual planteamiento de país invitado o país tema, típico de las ferias de arte internacional, para centrarse en el artista. Cada galería participante está invitada a destacar un artista de su propuesta, aunque pueden exponer a varios. "Pensamos que las galerías que ya hacen muchas ferias necesitan diferenciarse. Algunas de las que vienen, incluso algunas españolas, vienen con un proyecto especial de un artista que, por ejemplo, tenga determinado sentido para el mercado portugués", explica Urroz. Entre los artistas destacados habrá figuras de peso como Carlos Bunga (Christopher Grimes Gallery), Ignasi Aballí (galería Pedro Oliveira), Ana Jotta (aquí con la galería Miguel Nabinho, en septiembre la veremos en su nueva galeria barcelonesa, ProjeteSD), Andy Goldsworthy (galería Slowtrack, donde acaba de exponer en Madrid), o Julian Opie (galería Mario Sequeira).Otras galerías optan por articular los stands en torno a conceptos o lemas, como Espacio Mínimo, que reúne a los españoles Nono Bandera y Juan Luis Moraza, la argentina Liliana Porter y la portuguesa Ana Vidigal que, con formatos y lenguajes distintos, trabajan sobre la idea de Reescritura; o la galería Luis Adelantado, que bajo el lema, Paisajes de la memoria, mostrará trabajos de Morten Slettemeås, su artista destacado, quien presentará sus nuevas pinturas con ocasión de la feria lisboeta. Además, también se aprovechan los lazos comunes para presentar artistas que tengan vínculos con el mercado portugués o latinoamericano como el uruguayo Joaquín Torres-García, artista destacado de la galería Leandro Navarro, actualmente con una gran exposición en la Fundación Telefónica de Madrid, o el portugués Carlos Lobo, apuesta de la galería pacense Ángeles Baños.
Stand de la galería Pedo Cera de Lisboa
Llegar para quedarse
Habrá que ver el éxito que alcanza este nuevo proyecto, pero lo que está claro es que ARCOlisboa hará todo lo posible por implantarse como una cita anual. "La idea es que ARCOlisboa funcione, que sea un formato sostenible que guste a galerías coleccionistas y público y luego ya veremos futuros pasos. El objetivo es que de aquí a tres años ARCOlisboa sea una fecha en el calendario internacional y que sea un referente para el arte portugués como lo es hoy en día ARCOmadrid en España".Este es el mayor interés de todos los implicados, pero especialmente de las galerías del país luso, que ven de forma muy optimista el potencial desarrollo de la feria y su asentamiento como cita mundial de primer orden, en parte, debido al gran atractivo que ofrece su capital como sede. "Lisboa se ha convertido en los últimos años en una ciudad muy apetecible, hemos visto un crecimiento espectacular del turismo. El panorama de Lisboa está cambiando", opina Pedro Cera, que no descarta que en un futuro, la feria que nace hoy como una hermana de pequeña de ARCOmadrid pueda ser más ambiciosa. "Creo que a día de hoy, este modelo de feria 'boutique' es el ideal para comenzar la andadura de ARCOlisboa, aunque quizá en cinco años deba crecer y mirar más allá, porque no tengo la menor duda de que habrá muchas más ediciones".