Latas de Mierda de artista, de Piero Manzoni

Una de las famosas latas de Mierda de artista, de Piero Manzoni, se vende por 275.000 euros en la casa milanesa Il Ponte, durante una venta de arte moderno y contemporáneo.

En la sociedad de consumo todo puede pasar por arte e incluso ser vendido a un precio desorbitado. Una subasta celebrada en la casa Il Ponte de Milán lo ha demostrado una vez más. Allí una de las 90 célebres latas de Mierda de artista, del irónico artista conceptual italiano Piero Manzoni, ha alcanzado un nuevo récord en su precio de venta: 275.000 euros, a pesar de que el precio de salida era de 80.000. La transacción de la lata número 69 ha batido el récord anterior de la serie, alcanzado en 2015 por la lata 54, vendida en Christie's por 256.000 euros. Tres años antes, la número 12 se vendió por un precio bastante más bajo, 146.000 euros.



Manzoni obtuvo la fama internacional precisamente con su obra Mierda de artista, de la que produjo noventa cajas, firmadas y numeradas (la que se vendió es la número 69). En realidad no se sabe si la etiqueta "Producida y envasada en mayo de 1961" dice la verdad sobre el contenido, porque nunca se abrió ninguna para evitar que la obra pierda su valor, creciente con los años. La obra se considera, de hecho, uno de los mejores ejemplos de provocación artística de la historia.



Con ese carácter de provocación tuvo la visión de lo que supondría el consumismo en el mercado del arte. El artista realizó las obras más extrañas con los materiales más disparatados: llegó a firmar su zapato derecho y lo declaró obra de arte. Su "obra cumbre" llegó al firmar noventa latas de metal, de 5 cm de alto y un diámetro de 6,5 cm, pesando cada una 30 gramos, con la etiqueta "Mierda de artista. Conservada al natural en mayo 1961", en cuatro idiomas: italiano, alemán, francés e inglés. El artista vendió cada lata al precio equivalente a la cotización que tenía el oro cada día.



Como se ha dicho, no se ha sabido si las cajas contenían realmente lo declarado (verosímilmente, no), pero obviamente no es esto lo que más cuenta. Importan las consecuencias de la provocación, incluso la mierda puede ser vendida a peso de oro. Aunque, en verdad, la realidad ha superado incluso sus previsiones como demuestra el precio adquirido por una de sus preciosas latas.