La sombra de Giacometti es alargada
Alberto Giacometti con sus Women of Venice en la Bienal de Venecia de 1956
La Tate Modern inaugura en Londres una gran retrospectiva del escultor suizo. A través de más de 250 obras, algunas de ellas restauradas por la Fundación Alberto y Annete Giacometti de París, se recorren más de cinco décadas de producción. El gran objetivo de la pinacoteca es, sin embargo, demostrar que el escultor se interesó en materiales más allá del bronce, por el que es más conocido. Lena Fritsch, una de las cuatro comisarias de la muestra, nos cuenta algunos de los detalles de esta retrospectiva.
"Una razón importante para organizar esta muestra es que ahora tenemos un gran acceso a la colección y al archivo de la Fundación Alberto y Annette Giacometti de París", señala Lena Fritsch, comisaria de la muestra junto a Frances Morris, directora de la Tate Modern, Catherine Grenier, directora de la fundación y Mathilde Lecuyer (también fue una de las encargadas de la muestra de dibujos del artista en la Fundación Canal). Por esta misma razón, prosigue, "esta exposición -compuesta por 250 piezas- incluye yesos y dibujos que no se han visto anteriormente y trae al frente la completa evolución de su carrera".
Man Pointing y, a la derecha, Very Small Figurine
Junto a las seis obras de Venecia el artista presentó otras dos mujeres de yeso en el Kunsthalle de Berna ese mismo año, expuestas también en Londres. "A Giacometti le gustaba trabajar con arcilla y yeso, materiales a los que podía dar forma con sus propias manos. Trabajaba continuamente en sus esculturas, creando así sus superficies altamente texturizadas. Este conjunto de obras recientemente restauradas resaltan esta práctica". Todo el conjunto ha sido, por cierto, restaurado por la fundación con el propósito de ser exhibido en el templo del arte contemporáneo situado en Bankside. Se trata, pues, de la ocasión de posar la mirada en la serie de la manera en la que el artista la ideó en origen.A través de todos estos trabajos, muchos de ellos inéditos para el visitante, "la Tate sitúa a Giacometti, junto a Matisse, Picasso y Degas, como uno de los mejores pintores-escultores del siglo XX". Este recorrido por cinco décadas arranca con la presencia de obras tempranas como Head of a Woman, de 1926, hasta sus icónicas figuras erigidas en bronce de 1960 como Walking Man I. Y, entre todos esos años, trabajó en Untitled (Mask), de 1934, donde muestra su compromiso con las artes decorativas mientras que en Man (Apollo), de 1929 y The Chariot, de 1950, transmite su compromiso con el arte egipcio y africano. Con esta mezcla de estilos Alberto Giacometti comprueba que el artista fusionó el arte ancestral con el moderno y rompió las barreras entre las artes decorativas y las bellas artes.
De izquierda a derecha: Woman of Venice V, Woman of Venice III y Woman of Venice IV
Entre las obras más importantes que se exhiben se pueden ver otras esculturas realizadas en arcilla, dibujos y cuadernos de bocetos como The Nose, Medium Figure III y Woman Leoni. Además, la Tate Modern presenta "un gran número de obras maestras como las surrealistas Invisible Object y Woman with her Throat Cut y pequeñas esculturas que hizo durante la Segunda Guerra Mundial en Ginebra". También "sus estupendas pinturas en las que retrata a Annete Giacometti, Diego Giacometti y Caroline (su amante) durante la posguerra y sus alargadas figuras de Walking Man y Standing Woman". Sobre este tema el propio Giacometti dijo: "Me di cuenta de que nunca podría hacer otra cosa que una mujer inmóvil y un hombre caminando".
Otros asuntos tratados en sus obras fue una poderosa exploración del brutalismo y el sadismo que se muestran junto a sus cuadernos de bocetos que enseñan su proceso de trabajo. Sin embargo, lo más interesante para la Tate es "demostrar que Giacometti es un artista con un interés en los materiales mucho más amplio que el bronce por el que es más conocido".
@scamarzana