Claude Monet: La Méditerranée, (Cap d'Antibes), 1888

Picasso Méditarranée 2017-2019 ha hecho que más de 60 instituciones culturales internacionales se vuelquen con el pintor a lo largo de estos dos años. Esto complica, por otro lado, conseguir préstamos de sus obras pero la Fundación Mapfre cuenta con obras del genio malagueño para dos de sus próximas exposiciones: Redescubriendo el Mediterráneo, donde habrá 10 obras suyas, y Picasso / Picabia, en la que ponen a dialogar a estos dos artistas a priori opuestos. Además de estas exposiciones Pablo Jiménez-Burillo, director de la fundación, ha presentado otras tres muestras que llegarán la próxima temporada: la fotografía de Humberto Rivas y la de Berenice Abbott así como una gran exposición sobre la vanguardia rusa que gravita en torno a Chagall y Malevich.



En Madrid el próximo 10 de octubre se inaugurará una muestra de 143 obras que gira en torno a la idea del Mediterráneo desde diversas perspectivas. En España la renovación artística sucedió en Valencia con Joaquín Sorolla e Ignacio Pinazo, en las Islas Baleares con Joaquim Mir y Hermen Anglada Camarasa mientras que en Cataluña lo mediterráneo se convirtió en una seña de identidad "de su proceso de entrada a la modernidad". En París, en el momento en el que la capital francesa era el epicentro del arte, los impresionistas, con Monet a la cabeza, "descubren en el Mediterráneo una luz más fuerte y colores más brillantes", comenta Jiménez-Burillo. Paul Cézanne, Pierre-Auguste-Renoir y Henri Matisse también lo eligieron como protagonista de sus obras.



Humberto Rivas: María, 1978

En Italia, por otro lado, "se va a entender de una manera diferente y con Giorgio de Chirico se da una intelectualización del Mediterráneo" con la proyección en sus obras de un sentimiento clásico que camina hacia la vanguardia. Fue Picasso, sin embargo, uno de los mayores embajadores que hizo de él un concepto y "subraya la modernidad que necesita el mundo clásico para seguir avanzando", anota el director de la fundación.



En la sala Bárbara de Braganza la fundación reivindica, a partir del 20 de enero, la figura de Humberto Rivas, "un fotógrafo muy poético que recuerda a la Nueva Objetividad de los años 20 pero visitado años más tarde". Rivas "estuvo en el foco de la modernización de la fotografía en España" cuando aún la disciplina seguía al margen del resto de las artes. Por eso, Jiménez-Burillo programa la mayor retrospectiva de este fotógrafo que era un constructor de imágenes. En Barcelona el próximo mes de enero se podrá ver la obra de Berenice Abbott, "una fotógrafa que cuenta la historia de un momento en el que la mujer pasa de ser objeto retratado a ser el sujeto que la toma".



Pablo Picasso: Retrato de Dora Maar, 1937 y, a la derecha, Francis Picabia: Habia, 1937-38

Sin embargo, la gran muestra de la fundación en Barcelona será Picasso-Picabia, una exposición que pone a dialogar a estos dos artistas opuestos a los que unió el deseo de asesinar la pintura. "Picasso cree en la pintura, quiere ser un gran pintor de museos y Picabia está en el movimiento que la pone en cuestión", explica Jiménez-Burillo. Sin embargo, les "une la ambigüedad y la aproximación al cubismo" además de "inscribirse en la modernidad aunque fuera en sentidos opuestos".



De cara a febrero de 2018 la Fundación Mapfre de Madrid pondrá en marcha la que, en palabras de Pablo Jiménez-Burillo, es su exposición más ambiciosa: las vanguardias rusas. Con cerca de 90 piezas "Chagall se abre a un mundo nuevo mientras que Malevich plantea un mundo más radical sin concesiones a lo onírico". Larinov y otros pintores de su entorno "conectan con Europa, Chagall lo hace con el mundo oriental y Malévich, que es el invitado de Chagall, le quita el protagonismo al plantear una ruptura radical con el pasado", explica el director. Además, también habrá obras de Kandinsky o Rodchenko en una muestra de producción propia que solo se podrá ver en Madrid.



@scamarzana