Arte urbano, de la calle a la galería
Okuda: Políticos que juegan a ser Dioses, 2018
La fascinación del mercado por el arte urbano no deja de aumentar. Hablamos de conceptos, contradicciones y tendencias con varios responsables de galerías españolas que han centrado su actividad en artistas de esta escena.
En España el creciente interés de los coleccionistas por el arte urbano tiene su reflejo en el creciente número de galerías especializadas y en ferias como Urvanity, que se celebra desde 2017 de manera paralela a ARCO.
El encaje del llamado arte urbano en el circuito profesional del arte plantea multitud de preguntas y debates: ¿Qué es, para empezar, "arte urbano"? ¿Es compatible con el trabajo "de interior"? ¿Existen contradicciones ideológicas entre la calle y la galería o el museo? ¿De qué depende la cotización de un artista? ¿Cuál es el papel del comisario o del galerista en un movimiento que nació y se desarrolló al margen del sistema? ¿Cuál es hoy la actitud de los museos hacia el arte urbano? Para responder a estas cuestiones y rastrear las últimas tendencias, hemos consultado a varios responsables de galerías españolas que han centrado su actividad en artistas procedentes de esta escena.
Arte urbano "de interior"
De entrada, todos coinciden en algo: ojo con la etiqueta "arte urbano". No es lo mismo graffiti que arte urbano (término poco definido surgido en los años noventa y que engloba tanto el graffiti como otras manifestaciones artísticas en el espacio público), y no es lo mismo un mural a la vista de todos que un lienzo colgado en una galería. "Hay una gran diferencia entre el trabajo del artista en la calle, que dividiría entre ilegal y legal -entre los cuales existe un abismo- y el que se elabora en la soledad de un estudio con el fin de ser mostrado en galerías, museos o instituciones, el cual entiendo como arte contemporáneo si es que hay que ponerle una etiqueta", opina Laura Calvarro, de la galería Delimbo, con doce años de trayectoria y sedes en Sevilla y Madrid.Ninguna de las contactadas se considera galería de arte urbano aunque sus artistas representados pertenezcan o procedan de ese mundo. "El mercado del arte está afectando seriamente al denominado arte urbano. Desde mi punto de vista, este está en el espacio público y no en las galerías, museos, ferias o casas de subastas. Pero hoy en día a muchos de estos agentes les interesa esta terminología para sus propios réditos", afirma Sergio García Bayón, propietario de SC Gallery, en Bilbao.
Sergio García
Goyo Villasevil, de la madrileña Swinton Gallery, distingue cuatro tipos de creadores dentro de ese paraguas ambivalente del "arte urbano": artistas conceptuales que intervienen en la calle y que en la mayoría de las ocasiones no usan pintura para sus acciones y que no basan su actividad en la plasticidad; pintores o ilustradores que llevan su trabajo de estudio y su estilo a la calle y que son muralistas; en sentido inverso, escritores de graffiti que llevan su trabajo de la calle al estudio; por último, artistas que están dentro del circuito del arte contemporáneo y que intervienen la calle si el proyecto lo necesita, lo que generalmente no se califica como arte urbano, sino como arte público. "En este último caso las intervenciones en raras ocasiones son ilegales, mientras que en las anteriores se suelen dar acciones sin permiso en mayor o menor medida".Si un artista urbano "se pasa" al mundo de las galerías, ¿sigue siendo un artista urbano? "Para mí es fundamental que tenga un background de calle, que realmente pertenezca al movimiento. Pero para que una pieza sea vendible tiene que tener un soporte que el cliente se pueda llevar, como un lienzo o una escultura", señala Anna Dimitrova, con dos décadas de experiencia en el comisariado de arte urbano. En 2010 inauguró Montana Gallery, la primera galería de arte urbano abierta en España, asociada además a una de las principales marcas de pintura en spray para graffiti, Montana Colors. Después fundó Adda Gallery, una galería itinerante e internacional que finalmente fijó su sede principal en París el año pasado, y ahora acaba de abrir en Ibiza otra sucursal, en colaboración con Paradiso Ibiza Art Hotel.
"Los artistas que vienen de la calle están acostumbrados a trabajar en libertad. Trabajar con ellos supone buscar el encaje y negociar esa libertad", señala Villasevil. "Pero cuando ven que estás a su favor y que estás de su lado, dejan de poner barreras para entender todas las posiciones y llevan a cabo un trabajo colaborativo de calidad. De hecho el trabajo en la calle es normalmente colaborativo. Pocos salen solos a pintar, y normalmente necesitan a alguien no sólo que vigile, sino que preste sus hombros para poder llegar más alto".
Abrazando el sistema
A pesar del boom actual del arte urbano, García Bayón opina que "desgraciadamente del arte urbano de raíz queda bien poco". Según el galerista, "se tiende a meter todo en el mismo saco pero el arte urbano independiente y contestatario está pasando a la historia".Una muestra de la adopción del arte callejero por parte del sistema es la reciente apertura en Berlín (una de las capitales mundiales del arte urbano, que se ha convertido de manera natural en una de sus más fuertes señas de identidad) del primer museo dedicado enteramente a este tipo de arte: Urban Nation Museum, auspiciado por Gewobag, una de las mayores empresas inmobiliarias de Alemania que, de hecho, encarga grandes murales para los cientos de edificios de apartamentos de alquiler de su propiedad que tiene repartidos por la capital.
Para Dimitrova, "los auténticos escritores de graffiti no querrán entrar jamás en el mercado del arte porque es todo lo contrario a lo que ellos quieren, mientras que en el street art o arte urbano hay una formación académica, ganas de mostrar el trabajo propio, entrar en galerías e instituciones que les permita tener reconocimiento". Considera que "el mercado del arte urbano se ha ido desarrollando y profesionalizando poco a poco y tanto artistas como intermediarios han visto su potencial", a la par que se ha disparado "el interés de los coleccionistas hacia este movimiento nuevo, fresco y diferente".
Anna Dimitrova
Tipos de coleccionistas
Al igual que con los creadores, entre los coleccionistas Villasevil distingue también varios tipos. Por un lado, "hay coleccionistas de arte contemporáneo que entienden que los artistas que intervienen en la calle son una reacción al sistema en el que vivimos y se podría decir que no miden sus adquisiciones por lo que ordena el mercado sino que buscan crear una colección de arte contemporáneo que retrata la realidad de una época. Este es un tipo de coleccionista muy interesante que basa sus decisiones en un criterio ampliado. Estamos de enhorabuena, ya que cada día son más". En segundo lugar, distingue a los coleccionistas "que sólo compran arte urbano por decisión y como reacción al circuito del arte, ya que para ellos se trata de un mercado que está fuera de la realidad. Son compradores fieles, experimentados y que estudian su colección".También hay "una gran masa de aficionados", entre los que se encuentran muchos del anterior grupo, "que saben mucho de arte urbano porque lo viven todos los días. Hay grandísimos entendidos que no tienen un gran poder adquisitivo, pero que sí quieren tener algo de su artista favorito y así apoyar su trabajo. En este caso, y al contrario que en el exclusivo circuito del arte contemporáneo, en el circuito del mal llamado arte urbano sí se dan opciones a esta personas con ediciones u obras asequibles", opina el galerista. En la misma línea se expresa Seleka Muñoz, de Delimbo: "Hay mucha gente que ha crecido viendo y admirando el arte en la calle y, llegados al punto en que tienen un sueldo decente, ¿qué van a comprar? Pues los artistas que ellos conocen y admiran".
"También nos pasa mucho que la presencia internacional de nuestros artistas genera confianza en la gente que invierte en ellos", añade Muñoz. "Si ahora mismo vas a Las Vegas verás una escultura de gran formato de Okuda, y si vas a Rusia verás que Felipe Pantone ha hecho un mural gigante coincidiendo con el mundial, en Nueva York frente al madison puedes ver un mural gigante de Momo y si vas a Lima te encontrarás con el mural Abstracción numérica que ha hecho Sixe Paredes".
Por otra parte, Villasevil considera que fuera del circuito específico del arte urbano, el mercado genérico del arte contemporáneo apenas se interesa por los artistas que vienen de la calle. "Se interesa por esos artistas-producto que pueden dar beneficios a corto plazo, ya vengan de la calle o del circuito contemporáneo establecido. Estos artistas han pasado a ser marcas de lujo en el que el hecho artístico no es lo primordial, aunque en su inicio pudiera ser que lo fuera".
Más allá del tirón actual del arte urbano entre los coleccionistas, este movimiento artístico siempre atrajo con facilidad la admiración de toda clase de públicos, entre otras razones, porque es un arte hecho en el espacio público para que todo el mundo pueda disfrutarlo. Dicho esto, el director de Swinton Gallery observa que "las acciones pictóricas tienen una mayor acogida de público general, mientras que los proyectos urbanos más conceptuales se quedan para los entendidos, que, gracias al trabajo y difusión de artistas, gestores, comisarios, coleccionistas y prensa, cada día son más, aunque el crecimiento de este segundo sector de interés es siempre más lento". En opinión de Seleka Muñoz, uno de los factores determinantes del actual éxito del arte urbano en el mercado es que "se trata de artistas que durante muchos años han dado mucho a cambio de nada, y toda esa energía de alguna manera ha venido de vuelta".
@FDQuijano
La relación de los museos con el arte urbano
Es difícil establecer cuál fue la primera conexión entre un museo y el arte urbano, pero hay bastante consenso en que una de las más determinantes fue la invitación que la Tate Modern hizo a varios artistas para que pintaran su fachada en 2008. Entre ellos, por cierto, figuraba el español Sixe Paredes y además el museo apadrinaba un tour por otras piezas de gran formato en edificios colindantes realizadas íntegramente por artistas urbanos afincados en Madrid: 3TTMan, Spok, Nano 4814, Eltono y Nuria.En España, por entonces, los museos apenas habían dado muestras de interés por el arte urbano. En Madrid, la Fundación Canal hizo en 2005 una exposición de la obra sobre papel de Keith Haring, y en 2008 La Casa Encendida organizó la exposición Beautiful Losers, con obras de varios artistas urbanos estadounidenses. Saliéndonos del ámbito de los museos, cabe destacar el festival Asalto de Zaragoza, el más veterano de los dedicados al arte urbano en nuestro país. Fundado en 2005, desde sus inicios ha sido un importante escaparate para mostrar, tanto en localizaciones exteriores como interiores, el trabajo de creadores de la escena urbana.
Pero la primera intervención de un artista urbano dentro de las paredes de un museo tuvo lugar en Artium en 2012, por Eltono dentro del proyecto Deambular, comisariado por García Bayón. Aunque colabora habitualmente con el museo de vitoriano, el galerista y comisario considera que a día de hoy la atención que los museos prestan al arte urbano sigue siendo escasa. "Es fundamental que en los museos se muestre el trabajo de artistas que trabajan en el espacio público", opina.
Seleka Muñoz va más allá y califica la relación de los museos españoles con el arte urbano como "prácticamente nula", y aprecia un mayor interés en los artistas de su galería por parte de museos internacionales. "La gran mayoría de museos no tienen fondos, y los que tienen algunos fondos llevan una línea de trabajo basada en arte contemporáneo conceptual, muy basado en el archivo, los textos, etc.", opina el artista y galerista. "En definitiva, se compra poca pintura desde los museos estatales y el tipo de arte que trabajamos se basa mucho en lo pictórico. Igualmente tampoco nos suelen visitar ni nos solicitan catálogos más allá del CAC Málaga". El museo andaluz ha sido uno de los más volcados institucionalmente con el arte urbano. Además de los dos grandes murales de Obey y D*Face y otras piezas de artistas y colectivos como Aryz, Okuda o Boa Mistura que pueden verse en sus inmediaciones, el CAC encargó otra de las primeras intervenciones de un artista urbano en el interior de un museo español, en este caso a Dadi Dreucool en 2014.
"Los museos están repletos de artistas que fueron ninguneados mientras estaban vivos y deberían haber sido reconocidos. Conscientes de esto, se han encargado de cubrir el expediente y que no se les pudiera acusar de esto en cuanto al arte de la calle se refiere", protesta Villasevil. "Lo curioso es que después de cubrir ese expediente, le han dado la espalda a todos estos artistas. Sabían que el arte que viene de la calle no podía ser ninguneado, tiene seguidores que pagan entradas por verlo. Por ello las mejores instituciones de arte contemporáneo del planeta en algún momento han programado una exposición de arte que viene de la calle. Y una vez han hecho esa única exposición (normalmente colectiva) se han olvidado de él. Ya nadie les puede decir que no han tenido en cuenta este movimiento artístico. Pero lo que sí es cierto es que nunca más quisieron volver oír hablar de estos artistas".
El responsable de Swinton Gallery también lamenta que "desde el circuito del arte contemporáneo se ha alegado falta de calidad para no reconocer a los artistas que vienen de la calle", cuando en muchos casos tienen "tanta o más calidad conceptual y/o plástica que los que han seguido todos los pasos del arte contemporáneo".