Galerías: Manda la pintura
Detalle de la pieza 'Under pressure', de Markus Oehlen (Galería Juana de Aizpuru)
Como ya viene siendo habitual son las galerías las que, antes de que las grandes exposiciones de los museos hagan su aparición, ponen a rodar la temporada artística, este año con 50 exposiciones organizadas por las salas de la asociación Arte_Madrid (seguirán las aperturas de Valencia y Palma de Mallorca, el 21 y 22 de septiembre, y Barcelona, del 26 al 30). Está claro que la unión hace la fuerza y que, en los nueve años que lleva celebrándose, el interés por el evento no ha dejado de crecer y este fin de semana de Apertura Madrid Gallery Weekend (importado de capitales como Berlín o París) la movilización en torno al arte contemporáneo no va a ser menos.
Del listado de más de 70 artistas seleccionados para abrir la temporada se pueden colegir varios argumentos que nos guían por este septiembre artístico y nos ayudan en esta primera aproximación: la pintura, que recorre de un modo u otro gran parte de las exposiciones (de Benjamín Palencia a Kiko Pérez), también la pintura expandida o la ‘pintura que no es'; las vinculaciones entre el arte contemporáneo y la historia del arte, y la unión de galerías (tímida pero ya firme y esperemos que sin vuelta atrás) para llevar a cabo proyectos más grandes y, sobre todo, más originales.
Con uno de estos trabajos conjuntos abríamos estas páginas la semana pasada: las galerías Maisterravalbuena y Leandro Navarro se han asociado para unir la obra de Antonio Ballester Moreno (Madrid, 1977) a la del histórico Benjamín Palencia (Albacete, 1894 - Madrid, 1980). También Rafael Pérez Hernando pone a dialogar la obra de Joan Hernández Pijuan (Barcelona, 1931 - 2005) con la de Federico Herrero (San José, Costa Rica, 1978) en una colaboración inédita con Juana de Aizpuru de donde salieron hace unos días varios cuadros de gran formato del costarricense para reunirse con unos pequeños paisajes en blanco y negro del catalán. Caribe frente a Mediterráneo, describe el comisario Miguel Cereceda.
Otro clásico: Manuel H. Mompó (Valencia, 1927 - Madrid, 1992) en Fernández-Braso. Del representante de la vanguardia española de los 50 han seleccionado pinturas de entre 1955 y 1980 que muestran su evolución hacia una abstracción “cada vez más esencial y literaria”, explican desde la sala. En la línea de la abstracción, y del paisaje, Soledad Sevilla (Valencia, 1944) muestra sus Luces de invierno en Marlborough: “Si en el paisaje la mano del artista se abre al horizonte, mi intención es justo la contraria; yo enmarco un trozo de naturaleza y creo una pantalla que impida la visión paisajista. Podría llamarse contrapaisaje”, explica. Y de “abstracción musical” tildó el crítico Mariano Navarro la que practica el alemán Markus Oehlen (1956) que muestra en Juana de Aizpuru sus últimas pinturas.
Al límite de la pintura se encuentran las obras de Nico Munuera, Kiko Pérez, Matt Smoak, Nono Bandera y Felipe Cohen
De Alemania llegan también a Álvaro Alcázar las obras de Peter Krauskopf (Leipzig, 1966), heredero en parte de Richter y Polke; las pinturas orgánicas de Max Brand (Leipzig, 1982) a Marta Cervera, y los lienzos monocromos de Martina Klein (Trier, 1962) a Parra & Romero (que comparte esta exposición con Charlotte Posenenske). Paul Winstanley (Manchester, 1954), con obra en la Tate de Londres y en el MoMA de Nueva York, expone en Pilar Serra. El artista, que utiliza los géneros tradiciones de la pintura (interiores, paisajes, bodegones), muestra obras de su serie Art School, en la que propone una mirada conceptual al interior de las escuelas de arte.
Entre los españoles, además de Sevilla y las parejas mencionadas, Lluís Hortalà (Olot, 1959) reflexiona en F2 sobre el artificio y el poder por medio del trampantojo que remite al Versalles dieciochesco y a la crisis del Antiguo Régimen. Y en Silvestre (que se estrena como miembro de Arte_Madrid), Gabriela Bettini (Madrid, 1977) nos lleva de nuevo a la naturaleza en una serie sobre el impacto ambiental y la metamorfosis de los insectos, premisas que sirven a la artista para concluir que, en realidad, nada es natural.
Cuestionando el cuadro
El título de la exposición de Nico Munuera (Lorca, 1974) en La Caja Negra ya dice mucho: Naturgemälde (pintura de la naturaleza), y hace referencia a los diagramas del naturalista Alexandre von Humboldt. Piezas únicas sobre papel y alguna en madera que cuestionan los límites de la pintura. No es el único. En Heinrich Ehrhardt, Kiko Pérez (Vigo, 1982) se enfrenta a la dualidad pintura-escultura con papeles pintados dispuestos sobre superficie de DM. Al límite está asimismo el trabajo de Matt Smoak (Carolina del Norte, 1986) que celebra su primera individual en España en la galería Alegría con sus ropas, paraguas recortes y demás objetos pintados y superpuestos a modo de originales collages.
Nono Bandera (Málaga, 1958) en Espacio Mínimo retoma ideas de otros artistas a lo largo de la historia del arte para crear sus trampantojos escultóricos con jarrones, troncos y lienzos que no son tales, llevando a cabo un ejercicio de apropiación o reescritura en Desayuno en la hierba. Cercano a la escultura está igualmente Felipe Cohen (São Paulo, 1967) en su primera exposición en Ivorypress, con sus pinturas sobre madera en las que reinterpreta el paisajismo. Juega con los géneros Albano Afonso (São Paulo, 1964) en sus fotografías de naturalezas muertas expuestas en Fernando Pradilla, y Sandra Cinto (Santo Andre, 1968) interviene con un dibujo el primer piso de la galería. También es pintura la de Óscar Mariné en Blanca Berlín y la de Alberto Pina en Utopía Parkway.
Pero hay más. Alejados de óleos y acuarelas, los históricos Jorge Oteiza y Jesús Soto en Guillermo de Osma y Cayón, respectivamente; Pepe Espaliú en García Galería; Carlos Garaicoa en Elba Benítez; los fotógrafos Chema Madoz y Helena Almeida en Elvira González y Helga de Alvear; Carlos Irijalba en Moisés Pérez de Albéniz; Luis Úrculo en Max Estrella, José Dávila en Travesía Cuatro y Patricia Camet en Ponce+Robles son algunas de las exposiciones que no conviene perderse. Hay que darse prisa. Algunas solo estarán abiertas un mes.