Detalle de Sin título 2018
“Estoy abrumado porque a unos pasos de mis obras está expuesto Goya”, ha admitido
José Manuel Broto (Zaragoza, 1949) en la presentación de la muestra que le dedica Calcografía Nacional con motivo del Premio Nacional de Arte Gráfico que le concedieron en 2017.
La selección de 53 piezas recorre una parte de la trayectoria de este artista que basculó del blanco y negro al color, "de la austeridad al brillo". En la misma rueda de prensa la institución ha dado a conocer el nombre del premiado correspondiente a 2018: Luis Feito (Madrid, 1929).
Es el color, de hecho, una de las características que el propio Broto destaca de su muestra. “Es una decisión que tomé cuando hacía grabado, disciplina que tradicionalmente se hacía en blanco y negro. Lo introduje porque lo necesitaba, es estructural y conforma mi obra tanto pictórica como gráfica”, ha señalado. En ese sentido,
para el artista el grabado “no es una técnica autónoma” sino que luego influye en su pintura y al revés.
Otro de los valores fundamentales, que tiene que ver con el color, es la luz que desprenden las piezas y que las llena de equilibrio y armonía. De modo que la muestra es, a su vez, una retrospectiva en la que se incluyen trabajos de las series
Los vientos o
Carlo Gesualdo, y un pequeño homenaje a los estampadores y grabadores que han trabajado con él. Nada más entrar en la sala Broto hace un guiño a todos ellos con una pared-mural que recoge sus retratos.
“Del diálogo entre el grabador y el estampador surge la obra gráfica”, ha afirmado.
Jazz Trinidad II, 1998 y, a la derecha, Sin título, 2006
“El estampador es tan importante como el artista. A veces tienen ideas que se incorporan y
hay que tenerles muy en cuenta porque en ocasiones se convierten, incluso, en coautores”, ha señalado. Esto se debe a que, según sus propias palabras, “pocos artistas son capaces de realizar su propia obra gráfica. Para llevar a buen término el trabajo, además de dominar la técnica del grabado, la litografía o la serigrafía, hay que ser paciente, minucioso, riguroso y estar dispuesto a trabajar en equipo, cualidades que pocos de nosotros poseemos. Es justo, por tanto, reconocer que estas piezas son también y casi más que mías, de Michael Woolworth, de Perico Simón, de Pepe Bofarull, de Jorge y Dora Marsá, de Erika, de Julio León… que son quienes las han materializado”.
Desde hace ya un tiempo que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando aprovecha la inauguración del Premio Nacional de Arte Gráfico del año anterior para conceder el galardón del último curso. En este caso,
el jurado, presidido por Antonio Bonet y compuesto por Ricardo Centellas, Ana Sanjurjo, Javier Blas y Juan Bordes, se ha reunido esta mañana y
ha decidido, por unanimidad, conceder el premio a Luis Feito. En su correspondiente acta han valorado “su utilización de los recursos y lenguajes del arte gráfico - específicamente del aguafuerte, aguatinta y monotipo- en absoluta coherencia e integración con sus planteamientos estéticos generales”.
Sus propuestas gráficas -prosigue-, "están dotadas de cualidades que, por su gestualidad, se aproximan a la práctica de la pintura; y a la inversa, la obra pictórica de Feito está en deuda con soluciones visuales experimentadas en el campo del arte gráfico". Por ello,
“Feito puede considerarse heredero de la tradición clásica del peintre-graveur”, concluye el jurado.
@scamarzana