José Miguel G. Cortés
Fue uno de los primeros museos de arte contemporáneo en abrir sus puertas en nuestro país. Lo hacía en 1989 con una colección que tenía a Julio González y el Pop Art como señas de identidad. 30 años y 650 exposiciones después, el IVAM celebra su aniversario a bombo y platillo con exposiciones de Fernand Léger, Dubuffet y mucho más. Hacemos un repaso con su director, José Miguel G. Cortés.
Pasaron después por el museo cuatro directores más: José Francisco Yvars (1993-1995), Juan Manuel Bonet (1995-2000), Kosme de Barañano (2000-2004) y Consuelo Ciscar, que estuvo nada menos que una década al mando y protagonizó el momento de mayor desprestigio de la institución, dejándola sin programa artístico y en una situación económica muy delicada. Este fue el centro que se encontró Cortés a su llegada en septiembre de 2014, el año del presupuesto más bajo de su historia (5,5 millones de euros, que han aumentado a 9,5 en 2019). Cuatro años después puede sacar pecho y hablar del programa que ha puesto en marcha y de la celebración del 30 aniversario. Vuelve el IVAM a la palestra.
Pregunta. ¿Cuál ha sido su receta para relanzar el museo?
Respuesta. Hemos huido de una programación sin identidad. A menudo vemos a los mismos artistas y temas repetidos en diferentes museos sin importar el lugar. Es importante diferenciarse, ser singular. El IVAM está en Valencia, en una ciudad mediterránea vinculada al mar, y entendí que teníamos que girar nuestra mirada hacia ese sur, enriquecer el debate cultural de nuestro país donde este tema no estaba suficientemente tratado. Cuestionar si existe o no una identidad mediterránea, del sur de Europa al norte de África o el Líbano.
P. ¿En qué otros pilares se apoyan las muestras del IVAM?
R. En varios. El primero de ellos tiene que ver con el desarrollo de las vanguardias artísticas en torno a la figura de Julio González. No es casualidad que una de nuestras exposiciones del 30 aniversario sea precisamente Julio González y las vanguardias. Otra de las patas de nuestra programación es el trabajo con mujeres artistas. Parece mentira pero cuando llegué sólo el 12% de las piezas de nuestra colección estaban firmadas por mujeres y estamos trabajando para subsanarlo desde las compras y desde exposiciones como A contratiempo. Medio siglo de artistas valencianas (1929-1980) o Annette Messager quien, por cierto, fue la primera mujer en recibir el Premio Julio González, tras quince años de este galardón.
P. ¿Y cómo trabaja con la colección? ¿Desde qué programas?Cuando llegué al IVAM sólo el 12% de las piezas de la colección estaban firmadas por mujeres”
R. Estamos mostrándola de manera permanente con proyectos de más de un año de duración. Hemos hecho tres presentaciones temáticas: Construyendo nuevos mundos. Las Vanguardias históricas, que está itinerando ahora por los CaixaForum de toda España, Perdidos en la ciudad. La vida urbana y La eclosión de la abstracción. La cuarta propuesta, Tiempos convulsos, que se inaugura el 13 de febrero, pone el foco en un aspecto más pop, de crítica política, contando historias vinculadas a las guerras, la violencia, la diáspora y los géneros. Hacemos además otros proyectos más pequeños, los Casos de estudio, que ponen en valor facetas más desconocidas de nuestra colección.
De los fondos del museo, más de 10.000 piezas, José Miguel G. Cortés se queda con una serie de Robert Rauschenberg sobre el infierno, las obras de Michel Journiac, Mona Hatoum, Benjamín Palencia y Darío Villalba.
P. ¿Qué períodos completaría si pudiera?
R. Nos gustaría bajar de los años 60 y llegar a los 30. El IVAM por ejemplo tiene una carencia de artistas surrealistas.
Equipo Crónica en cómic
P. Hablaba antes de la importancia del contexto, ¿cómo trabaja con lo local?R. Esto es algo fundamental porque no podemos vincularnos con lo global sin conocer la historia y el lugar en el que estamos. Un tema muy presente en Valencia es el cómic, que es desde los ochenta un fenómeno socio-cultural con autores como Daniel Torres y Mariscal. Tenemos cómic en la colección y hemos organizado exposiciones como Valencia línea clara. En marzo el dibujante Paco Roca inaugura un proyecto que enlaza con nuestra colección y con la temporal de Fernand Léger, pintor fundamental de las primeras décadas del siglo XX. Porque Roca está muy vinculado a pintores como el Equipo Crónica. De hecho, está preparando un cómic basado en su cuadro Heartfield/ Lissitzky que va a servir como leitmotiv para contar la historia del museo.
Entre todas las propuestas, quizá las de la Galería 6 sean las más experimentales, un espacio complicado, repartido en dos plantas con una escalera a la vista, por el que han pasado artistas de media carrera como Francesc Ruiz, Cabello/ Carceller o Rogelio López Cuenca y en el que trabajarán este año Lara Almarcegui, con un proyecto sobre espacio nucleares y minas valencianas, y Fernando Sánchez Castillo, este último alrededor de la figura de Josep Renau. Son todas ellas nuevas producciones que cuentan con un presupuesto de casi 25.000 euros y suelen quedarse en la colección. “Es el espacio donde más nos jugamos -apunta Cortés-. Preferimos trabajar con los artistas directamente y que hagan proyectos para nosotros en vez de traer exposiciones de otros centros. Las coproducciones tienen más sentido en exposiciones históricas como las de Léger o Dubuffet que son más caras e implican muchos préstamos”.
R. El trabajo de los museos es muy a largo plazo. El mundo está cambiando y el museo tiene que servir como acicate para abrir debates porque el arte sirve de muy poco si no es para descubrir nuevos mundos. En cuanto al IVAM, el centro cubre un arco temporal muy amplio que va de principios del siglo XX hasta hoy, lo moderno y lo contemporáneo. Esto es importante porque no hay que olvidar de dónde venimos. He sido profesor muchos años en la facultad de Bellas Artes y estoy convencido de que las nuevas generaciones no saben quién es Dubuffet. Hay que relanzarlo, reactualizarlo y presentarlo junto a artistas actuales. Mostrar que la historia del arte no está hecha de rupturas, sino que es un continuum, que los artistas beben de lo que se hacía a comienzos del siglo XX.
P. ¿Qué diría que ha cambiado en estos 30 años de vida del museo?
R. La manera de relacionarnos con las imágenes y el público. Internet y las redes sociales permiten que no cerremos nunca y que se pueda consultar un catálogo o ver una conferencia a cualquier hora desde cualquier lugar del mundo. Son también instrumentos que hay que dotar de contenidos. Pero volviendo a los retos, otra cuestión importante es combatir los planteamientos polarizados, sustituir la conjunción disyuntiva por la copulativa y hablar de arte moderno y contemporáneo, de arte hecho por mujeres y hombres, tener una visión inclusiva y traer lo mejor de cada mundo.
P. ¿Hacia qué museos mira?
R. Tengo mucho respeto por todos porque el sector público es muy difícil. Se trabaja sin presupuesto, sin equipo, con una burocracia de facturas e informes interminable. Valoro mucho la labor no sólo de grandes museos como el Reina Sofía, sino también del CAAC, el MUSAC, el Artium, el que hizo MARCO. No podría decir sólo uno pero sí que me interesan mucho las exposiciones temáticas porque abren el museo a gente que en un principio puede no estar interesada por el arte. Hablar de aspectos fundamentales y relacionar las artes plásticas con el cine, la literatura...
P. ¿En qué medida le preocupa el número de visitantes?
R. No creo que estos números reflejen el interés ni de un museo, ni de una película, ni de un libro. Tenemos que hacer un trabajo serio e intentar que la gente venga. También luchar porque no se preste tanta atención a las cifras. No estamos vendiendo coches, trabajamos con la cultura, hablamos de conocimiento, de sensaciones. Mi objetivo es que la gente salga un poco mejor que cuando entró. ¿Tiene un museo que ser un lugar de diversión y de investigación? Sí, las dos cosas. Al IVAM no se viene a sufrir, se viene a pasarlo bien y a descubrir cosas.
El año que cayó el muro
P. ¿Y qué importancia tienen los programas educativos en todo esto?R. Son fundamentales. El museo tiene que ser atractivo para todas las edades y se pueden plantear distintas maneras de recorrerlo. Hay que abrir las ventanas para que entre el aire fresco y si con él entra la contaminación, pues que entre.
P. El IVAM nace en una fecha clave: 1989, año al que dedican la primera de las exposiciones del 30 aniversario. Háblenos de ella.
R. Se mostrará en dos galerías. La primera, 1989: IVAM, está dedicada a todo lo que ocurría en el panorama artístico valenciano el año que abrió el centro. La grande, 1989. El fin del siglo XX, se centra en los acontecimientos sociales: la caída del Muro de Berlín, las protestas de la Plaza de Tiananmen, el inicio del fin del Apartheid. Fue también una época muy dura ideológicamente, con gobiernos como el de Reagan, Margaret Thatcher, con el sida golpeando... La muestra recoge más de cien obras de artistas como Robert Gober, Helen Chadwick, Marlene Dumas, Félix González-Torres, Joe Spence y David Wojnarowicz que plasman una época de gran riqueza artística. Yo creo que el nuevo siglo empieza aquí, con la caída del muro de Berlín.
@LuisaEspino4
30 años en 6 exposiciones
No es fácil elegir entre las 650 exposiciones que se han celebrado en el IVAM, aquí van algunas de las más importantes seleccionadas por José Miguel G. Cortés:- París 1930. Arte Abstracto. Arte Concreto (1990)
- John Heartfield (1992), vinculada al collage y el fotomontaje
- Gordon Matta-Clark (1992-1993)
- Eva Hesse (1993)
- Pierre Molinier (1999), “muy significativa porque abrió en los grandes museos españoles la discusión sobre los géneros sexuales”
- Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto (2016), que abre la nueva línea de programación del IVAM centrada en el Mediterráneo, uno de sus pilares fundamentales de la nueva etapa.