El incendio en la catedral de Notre Dame de París se ha apagado en su totalidad, ha confirmado el portavoz de los bomberos, Gabriel Plus, antes de puntualizar que "pueden quedar focos residuales" y que un centenar de bomberos van a seguir trabajando todo el día en la zona. Desde primera hora de la mañana de este martes, el fuego se consideraba "totalmente controlado", según afirmaba el secretario de Estado de Interior del gobierno francés, Laurent Núnez. Sin embargo, aún hay muchas dudas acerca de cómo aguantará la estructura del edificio los severos daños que le ha causado el fuego. "Un incendio de esta magnitud tiene un impacto significativo en las estructuras, por lo que debemos ser capaces de garantizar su estabilidad", ha asegura Núnez. Dos tercios de la techumbre se han perdido en la catástrofe, según ha confirmado el ministro de Cultura, Franck Riester.
Los bomberos continúan trabajando en la catedral para tratar de impedir que focos residuales puedan volver a crear problemas en el interior de la estructura. Además, desde las 8 de la mañana, un comité de expertos está deliberando sobre el estado de la estructura y la posibilidad de que los bomberos ingresen en el interior para continuar trabajando.
Desde aproximadamente cerca de las 19.00 horas del lunes, un incendio se propagó por el techo de la catedral de Notre Dame de París. Terminada en 1345, aunque sus obras comenzaron a realizarse en 1163, se trata este de uno de los edificios históricos más visitados en Europa, joya del gótico europeo, símbolo de la capital francesa y patrimonio mundial de la Unesco. Según los bomberos, el incendio está vinculado a las obras de renovación del recinto (que, con un coste de seis millones de euros, finalizarían en 2022) con las que se pretendía evitar su deterioro. Enormes andamios colocados a 100 metros de altura rodeaban la estructura y es ahí donde se piensa que se inició el incendio. La fiscalía ha abiero una investigación para esclarecer los hechos.
Mientras una densa columna de humo cubría el cielo de París, los bomberos se afanaban en apaciguar las llamas que afectaban a todo el armazón que sustentaba el tejado y que finalmente provocó su colapso tras la caída de su emblemática aguja central. La policía acordonó la zona y desalojó a los numerosos turistas que se encontraban dentro del recinto. Hasta el momento tan solo un bombero y dos policias han resultado levemente heridos. Centenares de parisinos y turistas, en las inmediaciones de la isla de Cité donde se levanta la catedral, a orillas del Sena, siguieron compungidos y en silencio las labores de extinción.
Más duras son las pérdidas materiales, ya que la Catedral alojaba infinidad de reliquias y obras de arte. La réplica más valiosa que se conserva es la Santa Corona, la que según los católicos portaba Jesús antes de la crucifixión. Esta reliquia, así como la túnica de San Luis, uno de los reyes más famosos de Francia, se pudo poner a salvo, según el rector del templo. Otras dos reliquias de la Pasión de Cristo, un pedazo de la Cruz y un clavo, y el gallo que coronaba la aguja que se derrumbó, y que guardaba un ápice de la Corona de Espinas, una reliquia de San Dionisio y otra de Santa Genoveva, podrían haberse perdido en el incendio.
El gran órgano, construido en el siglo XV y conformado por cinco teclados y casi 8.000 tubos, no ha sido afectado por el fuego, pero podría haber sufrido algún daño por el agua durante la extinción. La misma suerte parecen haber corrido los Mays, grandes cuadros que describen la vida de los apóstoles que fueron regalados a la catedral por la corporación de orfebres parisinos entre 1630 y 1707.
Por su parte, los tres grandes rosetones del siglo XIII siguen en pie y conservan sus vidrieras, según ha explicado a los medios el portavoz de la catedral, André Finot, que confirma no obstante que otras vidrieras sí han sido destruidas por el humo y las llamas. "Se trata de vidrieras del siglo XIX, mucho menos importantes, las que se han visto afectadas, pero no las joyas del siglo XIII", ha explicado en la cadena de televisión BFM, según recoge Europa Press.
Según ha informado el ministro de Cultura francés, los bomberos consiguieron rescatar muchas de las obras de arte que componen el tesoro de la catedral, que fueron trasladadas al Ayuntamiento de París, y de allí al Museo del Louvre.
Desde el mundo de la empresa ya han comenzado las donaciones para reconstruir el templo. Las más destacadas son la del grupo empresarial Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), del empresario francés Bernard Arnault, que aportará 200 millones de euros, y la del magnate y mecenas del arte francés François-Henri Pinault, que donará 100 millones. Además, el ayuntamiento de París ha desbloqueado de manera inmediata 50 millones para las labores más urgentes y se ha abierto una cuenta para que todas las personas que quieran contribuir a la reconstrucción puedan aportar su ayuda.
Una catástrofe para la cultura europea
"Una triste noticia para nuestra historia y nuestro patrimonio cultural universal", ha lamentado el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a través de sus redes sociales, antes de añadir que este incendio "es una catástrofe para Francia. Y lo es para España y para Europa. Las llamas arrasan 850 años de historia, de arquitectura, de pintura, de escultura. Será difícil olvidarlo". Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, que ha seguido muy de cerca los trabajos para controlar el fuego, se vio obligado a cancelar el discurso que tenía preparado sobre la crisis de los "chalecos amarillos" ante este trágico acontecimiento. "Nuestra Señora de París en llamas -ha compartido en su cuenta personal de Twitter-. La emoción de toda una nación. Como todos nuestros compatriotas, estoy triste de ver que esta parte de nosotros arde esta noche".
Como muestra de la universalidad de este lugar emblemático, otros líderes políticos, como la canciller alemana, Angela Merkel, han expresado su pesar por el incendio de "un símbolo de Francia y de nuestra cultura europea". Mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha calificado el suceso como terrible. "A lo mejor, se podrían emplear aviones cisterna para apagarlo ¡Hay que actuar rápido!", ha escrito.
Situado en la isla de la Cité, a orillas del río Sena, a lo largo de sus ocho siglos de existencia, la catedral de Notre Dame ha sido testigo de varios momentos esenciales de la historia y de la cultura universal. Entre sus muros, se coronó a Enrique VI de Inglaterra durante la guerra de los Cien Años en 1314 y a Napoleón Bonaparte en 1804 como emperador de Francia. Además, fue allí donde Juana de Arco fue beatificada en 1909. La catedral sobrevivió a la ira de los revolucionarios, que quemaron muchas iglesias y edificios oficiales, tanto en la Revolución Francesa como durante la Comuna de París.
De estilo gótico, "la catedral no era sólo su compañera, era el universo; mejor dicho, era la Naturaleza en sí misma", escribió Víctor Hugo en Nuestra Señora de París, en 1831. La historia de Quasimodo y Esmeralda fue llevada al cine por Hollywood en varias ocasiones y ayudó a apuntalar la fama mundial de la catedral, de sus terrorificas gárgolas y sus impresionantes pórticos.