La Fundación Mapfre ha presentado este martes un nuevo proyecto para la ciudad de Barcelona. La iniciativa contempla la apertura de un centro internacional dedicado a la fotografía que, por un lado, dará continuidad a la línea expositiva desarrollada hasta el momento, pero que impulsará iniciativas hasta ahora inéditas dentro de la actividad fotográfica de la fundación. Entre otras se plantea la inclusión en la programación expositiva de colecciones y fondos fotográficos de ámbito catalán, públicos o privados; la puesta en marcha de un programa educativo dirigido al ámbito escolar y familiar; y la programación de ciclos de conferencias o la convocatoria de un premio.
Este nuevo espacio, que iniciará su actividad entre marzo y mayo con muestras de Bill Brant y Paul Strand y que reemplazará a la sede actual, estará situado en uno de los edificios más representativos de la Barcelona contemporánea: la Torre Mapfre. Ubicado en concreto en el conocido ‘Edificio Vela’, un amplio espacio curvilíneo a nivel de calle, la nueva sede dispondrá de un total de 1400 m2 y contará con dos salas de exposiciones, un espacio para actividades educativas, un auditorio y una librería.
Hace cuatro años que la institución abrió sede en Barcelona y con este nuevo proyecto quieren expresar su interés por “reforzar su contribución al dinamismo y a la proyección de Barcelona a través de la fotografía artística”, ha comentado Nadia Arroyo, directora del área de Cultura de la institución durante la presentación de esta nueva etapa. Además, ha destacado que “el propósito final no es otro que sumar su contribución a la de reconocidas instituciones catalanas que, desde hace tiempo, vienen dedicándose a difundir la fotografía”.
Para esta nueva aventura cuentan con la experiencia de Madrid, donde la institución cuenta con la sala de la calle Bárbara de Braganza, dedicada en exclusiva a esta disciplina. Aunque la apertura de esta sede fue en 2014, la fundación inauguró su programa fotográfico en 2008 con Walker Evans. Desde entonces han programado exposiciones de fotógrafos como Graciela Iturbide, Cartier-Bresson, Paul Strand, Anna Malagrida, Eugene Atget, Imogen Cunningham, pionera de la imagen visual, Stephen Shore, exponente de las escenas y objetos de la cultura americana, Bruce Davidson, fotógrafo de los ambientes marginales y los grupos menos favorecidos de Estados Unidos, Hiroshi Sugimoto, artista que da continuidad a la práctica artesanal de la que fue pionero William Fox Talbot y la reinterpreta desde el presente, Paz Errázuriz, cuyo trabajo se centra en Chile, la retratista de la construcción de Nueva York Berenice Abbott, Richard Learoyd, artista que ha creado una cámara de grandes dimensiones que tan solo le permite tomar 4 o 5 instantáneas al día, o Eamonn Doyle, el retratista de Dublín.
“En fotografía siempre nos regimos porque el artista que exponemos no haya tenido una gran retrospectiva en la ciudad en al menos 18 años”, afirmaba Nadia Arroyo en una entrevista concedida a El Cultural. Desde el principio su línea expositiva ha girado en torno a exponer a los “indiscutibles maestros que han escrito desde principios del siglo pasado la historia de la fotografía artística, a artistas en activo pero ya considerados “clásicos” de nuestro tiempo, y por último aquellos otros que, con trayectorias más breves, han alcanzado ya el reconocimiento internacional por la madurez y la singularidad de su trabajo, pero que no han tenido una gran retrospectiva en nuestro país”.