Viene del campo de la crítica y el comisariado independiente, es mujer y es joven. Imma Prieto (Vilafranca del Penedès, 1975) lleva desde el 15 de octubre al frente de Es Baluard, en Palma de Mallorca, el centro de arte contemporáneo más importante de las Islas Baleares. Sustituye en el empeño a Nekane Aramburu que, en seis años al frente, lo puso de nuevo en el mapa. Instalada ya en la isla, Imma Prieto responde a El Cultural lista para poner en marcha su programa. No dará a conocer los detalles hasta diciembre, aunque desde su llegada ya ha inaugurado exposición (una nueva lectura de la colección). No la firma ella sino su equipo pero, subraya, "pone en relación piezas clásicas de la colección con otras cedidas recientemente". Con el cierre de año ya cerca, todo apunta a que en 2020 repetirá presupuesto: 2.535.750 € que aportan conjuntamente el Gobierno de las Islas Baleares, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. Se pone así fin al concurso de dirección, que en una primera vuelta se declaró desierto.
Pregunta. ¿Qué aspectos quiere potenciar en esta nueva etapa al frente de Es Baluard?
Respuesta. Reiterar la voluntad de pensar el museo como un espacio abierto al servicio de la sociedad, es decir, de transmisión de conocimiento. El museo ha de ser activador de espíritu crítico. Simultáneamente, tenemos que proyectar Es Baluard como centro de referencia nacional e internacional, esto significa llevar a cabo una programación rigurosa y excepcional. Uno de los factores que configuran su identidad es la colección y, en este sentido, es necesario reescribir un relato propio acorde a las nuevas teorías culturales de nuestra contemporaneidad, sobre todo si pensamos en los feminismos, por ejemplo. Para ello tenemos que estudiar bien la colección y abrirla al público a través de otros dispositivos distintos al expositivo.
P. ¿Qué papel va a tener, entonces, la colección en su programación?
R. Es uno de los ejes más importantes del proyecto. Va estar muy presente pero necesitamos estudiarla más, el objetivo es reescribirla. Y no sólo haciendo exposiciones.
P. Insertarse en el tejido local es fundamental en centros de arte como Es Baluard, ¿qué papel tendrán los artistas baleares en su programación?
R. La participación de los artistas locales es básica e indispensable. Hemos organizado la programación por cuatrimestres y ellas y ellos estarán presentes en todo momento, especialmente aquellos que no son tan conocidos o han tenido poca visibilidad hasta ahora en el Museo.
P. ¿Cómo piensa atraer a nuevos públicos, especialmente a los más jóvenes?
R. Estamos trabajando en una nueva campaña de comunicación en colaboración con los departamentos de educación y programas públicos. Hay que dar el primer paso y ser accesibles. La sociedad es compleja, no solo el público joven, es diversa y está en constante transformación, y el museo tiene que ser permeable a estas transformaciones. A su vez, como muchas otras instituciones, mantenemos múltiples convenios con asociaciones, colectivos, etc., con todos ellos estamos estableciendo nuevos vínculos más inclusivos.
P. Ha hablado de la importancia de la internacionalización de Es Baluard, ¿cómo?
R. A partir de varios nódulos de colaboración. Desde la co-producción de una exposición que sea importante para el contexto en el que estamos, hasta un programa de intercambio de artistas y comisarios a través del formato residencia. Nos interesa especialmente poder pensar de forma conjunta, para ello es indispensable la creación de una red de colaboración estable entendida desde la investigación y la reflexión.
P. ¿Algún otro museo que tome como modelo para su proyecto?
R. Son varios, tanto museos cómo líneas o modos de entender la institución. Hace poco leía una entrevista de Francis Morris en la que comentaba que le interesa saber desde cómo se come en el restaurante de la Tate, al libro que está en la tienda. O cómo se reflexiona ante una misma obra de arte, dependiendo del espacio en el que esté situada o la obra que le acompañe. Por supuesto, somos conscientes que una de las obligaciones del siglo XXI es reescribir la historia. Esto exige deshacer estructuras que se han venido utilizando para cartografiar el pasado. Me interesa crear nuevas narrativas historiográficas y estrategias humanistas para la sociedad.
P. ¿Cómo se puede hacer del museo un espacio diferente, singular?
R. No creo que haya una receta. Hay varios factores a tener en cuenta. La singularidad viene dada por la propia colección, su equipo y sus dinámicas. Es decir, hay rasgos que ya establecen diferencias entre un museo y otro. Por otro lado, es importante pensar en no repetirse en la programación (en relación a nosotros mismos, pero también en relación a otras instituciones). No puede ser que de golpe seis instituciones del mismo territorio estén programando al mismo artista. Hay que articular nuevas gramáticas curatoriales.
P. ¿Cuál diría que es el rasgo distintivo de Es Baluard?
R. Es Baluard no es solo el museo más importante de Palma, también lo es de todo el archipiélago balear. Es un referente para todo el sector del arte contemporáneo y en buena parte su identidad viene dada por la colección, asumiendo que hay factores tangibles e intangibles con los que podemos pensarla y cartografiarla. A su vez, está ubicado en un lugar histórico cuyo emplazamiento es inmejorable. Tiene una posición privilegiada dentro del entramado institucional.