Premio Velázquez de Artes Plásticas por su “destacado” trabajo que ha “desplegado un arte multidimensional en el que interactúa con la tierra, el lenguaje escrito y los tejidos”, Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) empezó a crear piezas artísticas a partir de la década de los 60. Artista, además de poeta, cineasta y activista, su producción está compuesta por enormes quipus, sus particulares "precarios y basuritas" y sus pinturas, instalaciones y poemas que combinan lo ritual con lo político.
Exiliada desde principios de la década de 1970, después del golpe militar contra el presidente electo Salvador Allende, reside en Nueva York desde 1980. Vicuña ha abordado en su obra temas como la destrucción ecológica, los derechos humanos, la descolonización indígena y el ecofeminismo. Sus quipus, poemas espaciales, esculturas, instalaciones o performances, están realizados con lana e inspirados en el tradicional método andino de registrar información mediante hilos y nudos. Mientras que "lo precario", como ella misma los denomina, son actos transformadores entre el arte y la vida, lo ancestral y la vanguardia. Creados por primera vez en 1966 por la artista, estas esculturas están construidas a base de desechos o objetos que va encontrando. Estas instalaciones efímeras son específicas para espacios como la naturaleza, las calles o los museos y combinan rituales y ensamblajes.