El Banco Santander ha lanzado el proyecto ¡Vísteme con arte!, una exposición de 14 obras de arte urbano sobre el vallado de los trabajos de remodelación del Espacio Pereda. Cada una de las piezas de gran formato está realizada por artistas cántabros o relacionados desde hace mucho tiempo con la región, una decisión tomada pensando en la apertura del centro que se introducirá en el tejido social y cultural de Santander.
“Tenía interés en que hubiera todo tipo de expresiones y tuvieran discursos diversos. Por eso les propuse el tema Esperanza y utopía, quería que fuera un tema asequible para un público de todas las edades”, apunta Lidia Gil, comisaria de la propuesta. Además, se convertía en “una manera de conseguir unos trabajos que nos alegrasen y fueran disfrutables”. Ana Botín, presidenta de Banco Santander, considera que este es el primer paso artístico en el camino hacia el 2023, fecha en la que está prevista la apertura del Espacio Pereda. “La Real Academia de la Lengua define la esperanza como el estado de ánimo que hace posible lo que deseamos y lo que deseamos es hacer accesible a toda la ciudad y a los que nos visitan lo que durante muchos años fue el privilegio de unos pocos”, asegura.
Jugar con la colección
También había otro requisito: la elección de una o varias piezas de la colección (que supera las 1.000) y su “reinterpretación de manera libre”. En palabras de la comisaria, “cada adaptación o interpretación a las obras de referencia tiene su propia personalidad y es muy interesante observar los procesos creativos de cada artista”. En esa selección dos de los artistas seleccionaron Bailarina de Niki de Saint-Phalle. Vicky Kylander “se ha centrado en la forma, el color y el concepto de baile para crear un cuadro abstracto en el que los colores danzan”, explica la comisaria. A su vez, Manuel Fernández Saro ha apostado por la figura entera y ha añadido otras obras de Sorolla, Uslé o Solana en un juego en el que invita al espectador a encontrar las referencias.
También han sido dos los que se han centrado en Choque de Luis Gordillo. El arquitecto Néstor del Barrio ha girado la composición para dibujar un dúplex en el que representa el arco del Edificio Pereda, mientras que Emma Meruelo, combinándolo con otras piezas de artistas como Patricia Gadea, presenta un boceto colorista que habla de las problemáticas de género. Para Gil estas coincidencias resultan interesantes en el “sentido plástico porque se ve que cada artista tiene una mirada personal y aporta su visión, reflejo de la diversidad de la sociedad”.
Al lado de estas piezas de gran formato (1.70 x 4.27), que estarán en el Paseo de Pereda hasta que se acaben los trabajos de remodelación y en las que vemos expresiones como el collage, el dibujo, la pintura, el graffiti o la fotografía, se han colocado unas cartelas en la que se puede observar las piezas con las que se relacionan. De este modo, “la ciudad se va haciendo amiga de las piezas que van a estar en esta casa y pueden empezar a conocer la colección”, cree Gil. En ellas, además de establecer un diálogo entre lo antiguo y lo moderno, se tratan variedad de temas como la alegría, el humor y la historia del arte y, al mismo tiempo, ofrecen reflexiones en torno a asuntos que nos preocupan como el feminismo, la tecnología o el medioambiente.
El riesgo de las obras en el espacio público
Aunque se habían planteado proteger estas piezas finalmente han asumido el riesgo de no hacerlo. "Están muy cerca de la gente pero el arte urbano tiene vida propia y cuando los artistas terminan de dar la última pincelada es cuando empieza su vida”, arguye la comisaria. Saben que la gente rascará las fotografías y que ocurrirán intervenciones aunque tenían claro que era un “riesgo” que tenían que correr pues “en los museos las obras están encapsuladas y no se pueden tocar y ver arte en la calle es un privilegio que pocas veces tenemos”. Por supuesto, han pensado en un ‘plan b’ y si destrozan alguna de ellas esta podrá ser sustituida por un vinilo. Una vez esté abierto el Espacio Pereda, en el que está trabajando el arquitecto de David Chipperfield, los murales volverán a manos de sus creadores.