España es el tercer país del mundo con más bienes inscritos en la prestigiosa lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el organismo de la ONU dedicado a la promoción de la educación, la ciencia y la cultura. Nada menos que 48. No obstante, ningún bien cultural de la ciudad de Madrid aparecía en ella. Hasta ahora.
Ese número acaba de ascender a 49 gracias a la entrada en la lista del eje que conforman el Paseo del Prado y el parque del Retiro, después de siete años de trabajo en una candidatura que promovió el Ayuntamiento de Madrid y en la que han trabajado también el Ministerio de Cultura y Deporte, el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación y la Comunidad de Madrid.
La candidatura, titulada ‘El Paseo del Prado y el Buen Retiro, Paisaje de las Artes y de las Ciencias’ (abreviada en redes sociales como ‘Paisaje de la Luz’), ha logrado su aprobación a la primera este domingo, con el apoyo de los 21 países que forman parte del Comité del Patrimonio Mundial, reunido en su 44.ª sesión en línea desde Fuzhou (China). Reunidos en el Museo del Prado, siguieron en directo la sesión el nuevo ministro de Cultura, Miquel Iceta; el alcalde y la vicealcaldesa de Madrid, José Luis Martínez-Almeida y Begoña Villacís; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; y el director de la pinacoteca, Miguel Falomir, entre otros representantes públicos.
El reconocimiento de la UNESCO pone en valor sin duda su altísima concentración de importantes museos y centros de arte y de ciencia en el Paseo del Prado (llamado también, desde hace unos años, “Paseo del Arte”), donde se concentran el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen-Bornemisza. Además hay que citar el Real Jardín Botánico, el centro cultural CaixaForum Madrid, así como el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez —hoy en día sedes adscritas al Reina Sofía—; el Casón del Buen Retiro y el Salón de Reinos —pertenecientes al Museo del Prado—; el Real Observatorio de Madrid, el Museo Naval y, por supuesto, la sede de la Real Academia Española.
Además de lo anterior, la inclusión del eje Prado-Retiro en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO destaca su singularidad como paisaje natural urbano, pulmón verde de la capital de España que cuenta con una dilatada historia y sirvió de inspiración para el resto de capitales europeas.
El Paseo del Prado, surgido a mediados del siglo XVI fue el primer paseo arbolado de todas las ciudades europeas construido dentro de los límites de la urbe. “Un espacio en el que todos los ciudadanos, sin distinción de estamentos ni clases, pudieran disfrutar del ocio y el paseo”, destaca el Ministerio de Cultura en un comunicado.
El modelo de alameda intramuros se extendió rápidamente por toda la península ibérica y el continente americano. En el siglo XVII, el establecimiento del palacio del Buen Retiro como segundo gran espacio público dentro de la ciudad conllevó el uso de los espacios ubicados al este de esta gran alameda, creando una gran zona verde en el seno de la propia ciudad.
Ya en el siglo XVIII, la Ilustración daría un nuevo ímpetu a toda la zona acometiendo una transformación cualitativa, al implantar un vasto programa de infraestructuras científicas en el paseo y jardines del Buen Retiro. De este modo, se crea un extraordinario paisaje urbano al alcance de toda la sociedad, integrando en esa área cultura y naturaleza, geografía e historia, individuo y colectividad, artes y ciencias.
En el actual contexto de pandemia, la inscripción del ‘Paseo del Prado y Buen Retiro, Paisaje de las Artes y de la Ciencias’ es especialmente simbólica, pues el espacio ha cumplido plenamente la función para la que fue originalmente creado, renovando su compromiso con la ciudadanía madrileña y, desde hoy, mundial. Además, Madrid se convierte en el primer paisaje histórico urbano declarado en Europa, el segundo del mundo tras Río de Janeiro.
El Comité de Patrimonio Mundial se encuentra integrado por 21 países elegidos por los 194 Estados Parte de la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972) y es el órgano ejecutivo de esta convención internacional. Como tal, es responsable de decidir qué nuevos sitios reúnen las características para ser inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial, a propuesta de los Estados Parte.