Berenice Abbott decía que “la fotografía ayuda a las personas a ver”, y Ansel Easton Adams creía que “como medio de gran alcance de la expresión y de comunicaciones, ofrece una variedad infinita de opiniones, de interpretaciones y de ejecuciones”. En un mundo en el que predomina la tecnología y la imagen se consume de manera abrumadora, estas afirmaciones cobran actualidad. Vivimos rápido y consumimos rápido pero también tenemos la oportunidad de conocer los problemas de quienes viven en otros países y con otras realidades. El acceso a la información y los grandes flujos migratorios "han creado una conciencia planetaria a través del acercamiento de culturas o el establecimiento de nuevas relaciones y objetivos comunes, al mismo tiempo que han destapado las crecientes desigualdades económicas, los prejuicios ideológicos y las políticas reaccionarias", apunta Jon Uriarte, comisario de Getxophoto, festival cuya 15.ª edición se celebra del 2 al 26 de septiembre bajo un tema que hilvana todas las exposiciones: Compartir.
Uriarte cree que es importante que un festival que se celebra de manera anual se centre en temáticas actuales y que analice la época en la que se circunscribe. Por eso, si bien en la pasada edición (su primer año como comisario de la cita) se decantó por el tema A la calle, en su segundo año ha optado por los diferentes significados que puede tener la palabra compartir: “es un tema importante porque cada vez vivimos más cerca unos de otros tanto a nivel global como local. Sin embargo, esto provoca muchas separaciones, distancias y actitudes reaccionarias”, explica. Además, el mundo tecnológico se “ha apropiado del concepto llevándolo a un lugar que esconde cuestiones más profundas”.
Compartir es, como leemos en la RAE, repartir pero también participar en algo. Y todo esto se manifiesta de diferentes maneras y desde variadas perspectivas en la veintena de exposiciones programadas para esta edición de Getxophoto: desde trabajos que giran en torno a compartir la propia ciudad, con dos proyectos de artistas locales, a otro acercamiento desde la idea de los cuidados y los afectos. En este segundo grupo nos encontramos con Las dos hebras, en el que la fotógrafa Juno toma el lazo genético y afectivo que le une a su hermana gemela para proponer un recorrido a través de la relación molecular y simbólica que une a las personas. La tercera capa habla desde una perspectiva más amplia como es el respeto hacia el planeta con “una visión que no está centrada en el ser humano sino en la relación con otros seres vivos”, explica Uriarte. Un ejemplo de este último eje es Bridges are Beautiful, un proyecto de Marina Caneve en torno a Natura 2000, una red de corredores ecológicos impulsada por la Unión Europea y creada para preservar la fauna, flora y biodiversidad.
Otra de las exposiciones que destaca este año es el trabajo de la iraní Hoda Afshar que en Agonistes reúne las experiencias de algunos trabajadores gubernamentales de inmigración y otros organismos australianos que denunciaron presuntas irregularidades, conductas indebidas y abusos. Resulta emotivo también Recetario para la memoria, un proyecto en el que Zahara Gómez reúne junto a Las Rastreadoras del Fuerte las recetas e imágenes de los platos favoritos de algunas personas desaparecidas en relación con el narcotráfico y el crimen organizado en México. También de carácter social es Warawar wawa, obra en la que River Claure cuestiona los cánones visuales establecidos a través de la mirada extranjera.
Visibilidad digital
Desde hace varias ediciones Getxophoto trata de dar importancia a su programación digital. No solo se trata de ser visibles en internet para aquellos que no puedan acercarse a la localidad, también es una manera de “ser conscientes de lo que es la imagen y la fotografía hoy”. La mayor parte del consumo de imágenes, advierte Uriarte, es digital. “Es mi área de investigación e interés. Es importante que los museos conserven las imágenes analógicas pero también tenemos que poner atención en esta otra parte, en el consumo de imágenes digitales”, asegura. Por eso, la programación online “incorpora factores interesantes” sin olvidar tanto los “peligros como las oportunidades que conlleva”.
Este año el festival cuenta con proyectos cuyo telón de fondo es la influencia de la digitalización. Así, entre su programación nos topamos con telepedidos, memes, grupos de WhatsApp, cuentas y filtros de Instagram. Uno de ellos es Gallery. Delivery, una exposición colectiva ideada por el alemán Sebastian Schmieg. Se trata de “una actividad que lleva una exposición de casa en casa. Parte de la lógica del delivery y puedes encargar una exposición a domicilio”. En este caso, Mawatres ha seleccionado el trabajo de ocho artistas de la zona que se instalan en el domicilio durante media hora.
Pero si hay algo que caracteriza al uso de las redes sociales es el meme y este fenómeno se cuela en el festival con Online Culture War, del colectivo francés Disnovation, un gran mural que muestra las luchas políticas e ideológicas que se dan en la red a través de cientos de memes políticos.
La fotografía como herramienta de protesta
Es cierto que vivimos en un mundo en el que las imágenes se consumen rápido. ¿Quién no tiene un móvil con una cámara de fotos? ¿Quién no usa aplicaciones como Instagram? Sin embargo, en ocasiones estas fotografías carecen de un contexto que permita entender mejor lo que ven nuestros ojos. O peor: es tal el volumen de imágenes que vemos al cabo del día que muchas veces no reparamos en lo realmente importante. El filósofo Georges Didi-Huberman dice que "hay que aprender a mirar y a plantear preguntas independientemente del medio". Y este es el espacio que quiere ocupar Now You See Me Moria, un proyecto en el que la fotografía se convierte en una herramienta que denuncia las consecuencias de las políticas migratorias europeas en la vida de los refugiados.
Fue en agosto de 2020 cuando Amir, un refugiado afgano, y Noemí, editora gráfica residente en Holanda, empezaron a publicar los testimonios de los refugiados del campo de Moria, en Grecia, a través del perfil @now_you_see_me_moria. En poco tiempo han conseguido una gran cantidad de seguidores en una cuenta que se ha convertido en una plataforma para advertir de las condiciones de vida de miles de personas. “Las fotos las sacan las personas que están allí, son experiencias en primera persona”, recuerda Uriarte. Así pues, en ocasiones las redes sociales se convierten en un altavoz a través del que se puede llamar la atención sobre algunas problemáticas y pueden contribuir a que las cosas cambien.
Pero en la vorágine en la que vivimos es importante contar con un contexto que proporcione un poco de perspectiva. Por eso, la editora de Now You See Me Moria trata de explicar las imágenes que vemos. Hoy en día “intentamos explicar todo en dos frases pero hay que asumir que hay cosas que son más complicadas y tenemos que mirarlas de frente para intentar descifrarlas”, arguye Uriarte. Y, por esa misma razón, el festival se convierte en una cita en la que la fotografía sale a la calle con el objetivo de promover el debate y la reflexión. Estamos, pues, ante un "complejo escenario en el que la liberalización de la información en internet ha fomentado la polarización, centrando la atención de los debates públicos en los límites de la libertad de expresión y el capitalismo de vigilancia".