En 1992 el barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, además de inaugurar el museo que lleva su nombre, firmó un acuerdo con el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, para exponer en el Monasterio de Pedralbes 80 obras de las escuelas italiana y alemana. La lista de las piezas se hizo teniendo en cuenta el contexto religioso de la institución que las iba a acoger. Por eso, Mar Borobia, jefe de Pintura Antigua del Thyssen, recuerda que se apostó por la pintura italiana de los siglos XIV al XVIII, “el punto fuerte de la colección”.

Aquellas piezas estuvieron en el monasterio hasta 2003 y en 2004 cerca de 70 de aquellas obras recalaron en el MNAC. Entonces, el conjunto se expuso reunido pero hace no mucho el director del centro, Pep Serra, reorganizó la colección permanente y decidió integrarlas en el recorrido. Ahora, con motivo del centenario del barón el Museo Thyssen-Bornemisza reúne 10 piezas de aquel depósito en las salas de la colección permanente bajo el título Pintura italiana de los siglos XIV al XVIII de la colección del barón Thyssen-Bornemisza en el MNAC.

Pietro da Rimini: 'La Natividad y otros temas de la infancia de Cristo', hacia 1330

“Está siendo un año de reencuentros. Para la exposición del expresionismo alemán se reunieron piezas de las colecciones de Francesca y Alexander Thyssen-Bornemisza y en abril volvieron al museo algunas piezas de orfebrería, esculturas y tallas en cristal de roca de la colección que han estado lejos”, recuerda Guillermo Solana, director artístico del museo. Ahora, algunas “piezas exquisitas” vuelven temporalmente a las salas de pintura antigua de la colección permanente. 

El recorrido empieza en la segunda planta del museo, en la sala de los primitivos italianos, con La natividad de Taddeo Gaddi y La natividad y otros temas de la infancia de Mateo da Rimini, las dos piezas más antiguas. Se cree que la pieza de Gaddi pudo pertenecer a una más grande pues se trata de una escena de varios planos en la que vemos una oveja y una parte de un bastón. Además, los ángeles miran en esa misma dirección. La obra La Virgen y el Niño en el trono con seis ángeles de Lorenzo Monaco, un monje que hacía miniaturas y cuyo cuidado por los detalles se observan en esta pieza tardogótica, y tres obras de Bicci di Lorenzo que pudieron formar parte de un políptico completan esta primera sala. 

Giaccomo Ceruti: detalle de 'Grupo de mendigos', hacia 1737

El barón Hans Heinrich hizo “un esfuerzo” por reunir la colección que había amasado su padre y que se dispersó con la muerte de este en 1947. Fue entonces cuando Hans Heinrich se convirtió en el heredero principal de una gran fortuna y una parte de la colección de arte. Aunque el arte no era una de sus grandes pasiones aceptó el reto y con el paso del tiempo la reunificación del legado de su padre se convirtió en un reto personal. En aquella división de 1947 La Virgen de la Humildad de Fra Angelico pasó a manos de una de sus hermanas. “El barón la consideraba esencial y alguna ocasión contó que le costó mucho recuperarla. Fue en 1986 cuando se la compró a su hermana”, recuerda Mar Borobia.

Esta es precisamente una de las piezas más icónicas de la muestra. Esta obra, que no se ha visto en Madrid desde 2009, se contrapone a la de Lorenzo Monaco pues el artista representa a la virgen sentada sobre el almohadón y no en un trono. “Esta obra está asociada a nuevas órdenes que predican con el pueblo, es un símbolo de la religiosidad cambiante”, apunta Solana. Se trata de una pieza fechada en los primeros años de madurez del artista que está repleta de iconografía como la pureza de María simbolizada a través de las azucenas o la pasión de Cristo con las rosas rojas y blancas. 

En La lapidación de San Esteban, atribuida a los hermanos Dosso y Battista Dossi, nos acerca al martirio del primer cristiano que fue lapidado y presenta influencias de la escuela del norte en el paisaje rocoso del fondo y a la pintura de Rafael en las figuras. La adoración de los reyes, del pintor anónimo denominado Maestro de la Adoración Thyssen, San Miguel arcángel venciendo a Lucifer, obra de Franceso Maffei realizada en una lámina de piedra con gran dinamismo, Grupo de mendigos del pintor Giacomo Ceruti que abordó temas humanistas en sus obras y la tenebrista El sacrificio de Isaac de Giambattista Piazzetta completan un recorrido por una selección de obras que Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza adquirió entre 1959 y 1980.

@scamarzana