Los llamados Realistas de Madrid fueron el último grupo de realistas de nuestro país en activo. El parentesco y la amistad que les unía hizo de ellos un colectivo único en el arte español. El grupo, su trayectoria y sus obras fue revisitado por el Museo Thyssen-Bornemisza en 2016 que organizó una gran exposición en la los volvió a reunir a todos.
Las pintoras Amalia Avia, María Moreno, Esperanza Parada e Isabel Quitanilla, cada una con sus peculiaridades, coincidieron entonces en las salas del museo con Antonio López y los hermanos Julio y Francisco López Hernández. Solo faltó el marido de Amalia, Lucio Muñoz, que se decantó desde el principio por la abstracción.
Hoy que la primera es reconocida con una gran antológica en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid, recordamos a sus compañeras de generación y de vida.
[Amalia Avia, un reencuentro inesperado]
Y aunque no coinciden en el lugar de nacimiento, también están en esta breve lista las sevillanas Carmen Laffon y Teresa Duclós, ambas representantes del realismo andaluz, que compartieron con las anteriores intereses estéticos, galerista (Juana Mordó lo fue de varias) y exposiciones.
Esperanza Parada, ir y venir a la pintura
Perteneciente al grupo de los Realistas de Madrid, Esperanza Parada (El Escorial, 1928 - Madrid, 2011), como otras artistas de la época, inició sus estudios en la Academia Peña, allí conoció a Amalia Avia, con quien también compartió un viaje a Italia, más tarde el estudio y una amistad que las uniría para toda la vida.
En el Círculo de Bellas Artes de Madrid conoció a sus compañeros de la generación de los 50 y en 1962 se casó con unno de ellos, el escultor Julio López Hernández. Pasó a formar parte del equipo de la galería Juana Mordó aunque durante un tiempo abandonó la pintura priorizando la carrera de su marido.
En los años 90 retomó la pintura y en 2016 el Museo Thyssen la incluyó en la gran exposición organizada en torno al mencionado grupo.
María Moreno, pintar el sol
Autora de una pintura luminosa y de colores claros, María Moreno (Madrid, 1933-2020) fue durante años la luz de Antonio López, con quien se casó en 1961. Formada en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde ingresó en 1954 especializándose en pintura.
A lo largo de su carrera, participó en numerosas colectivas. La primera en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1962, en el Palacio de Velázquez del Retiro y la última, la exposición Realistas de Madrid del Museo Thyssen. Tan solo en tres ocasiones expuso su obra individualmente, una de ellas fue en París, en la galería de Claude Bernard, galerista de Lucien Freud y Francis Bacon.
Los paisajes de Madrid y de La Mancha, los retratos de las personas que le rodeaban y los jardines cercanos han sido los motivos principales de su obra. Además, en 1990 sería esencial para que la famosa película de Víctor Erice, El sol del membrillo, que rodaba el empeño de Antonio López por captar el sol en las hojas del árbol de su jardín, pudiera llevarse a cabo ya que ella misma ejerció de productora ejecutiva.
Isabel Quintanilla, realidad que se escapa
La cuarta mujer del grupo madrileño, Isabel Quintanilla (Madrid, 1938 - Brunete, 2017) ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes en 1953, finalizando sus estudios seis años después. En aquellos años conoce a Antonio López y a Francisco López Hernández, y surge entre ellos una amistad que supondrá un importante apoyo artístico y personal a lo largo de toda su vida.
A mediados de los 60 se casa con el pintor y escultor Francisco López, hermano de Julio lo que le convirtió en cuñada de Esperanza Parada. El matrimonio se traslada a vivir a Roma durante cuatro años y su primera exposición individual tuvo lugar en Caltanissetta, en Palermo, Italia, En 1982, se licencia en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid.
"Para muchos, Maribel fue el gran descubrimiento de nuestra exposición Realistas de Madrid. En su obra de los años sesenta y setenta hay algo radical, un rigor sin concesiones" dijo de ella Guillermo Solana, director del Museo Thyssen. "A mí me interesa de la realidad lo que se me escapa. Lo que no podemos atrapar", decía ella entonces.
Carmen Laffón, la sal de la vida
Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982 y una de las artistas más reconocidas de la segunda mitad del siglo XX, Carmen Laffón (Sevilla, 1934 - Sanlúcar de Barrameda, 2021) despuntó muy joven en la pintura. Asistirá a clases desde niña en Sevilla y con solo 19 años termina sus estudios de Bellas Artes en Madrid. En la capital expondrá en la galería Biosca y luego en Juana Mordó.
En 1989 finaliza uno de sus encargos más relevantes, recibido por el Banco de España: los retratos de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía. En 1997 es elegida académica de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que ingresará con el discurso "Visión de un paisaje" en el año 2000, siendo la segunda mujer en hacerlo.
2020 fue su año y Sevilla le rindió el tributo que merecía con tres importantes muestras en Fundación Cajasol, el CAAC (junto al Museo Patio Herreriano de Valladolid) y el Museo de Bellas Artes. Además aquel año se publicó el catálogo razonado de sus obras.
En su casa de La Jara pintaría sus inolvidables paisajes gaditanos. La sal es una de las pinturas de la última serie realizada por Laffón de uno de sus enclaves favoritos. "No he sido nunca ambiciosa, he pintado lo que sentía", decía en su última entrevista en El Cultural.
Teresa Duclós, el patio de mi casa
Figura clave del realismo andaluz, Teresa Duclós (Sevilla, 1934) es la última del grupo. Inició sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de la capital andaluza donde coincidió, entre 1955 y 1963, con otros pintores de su generación como Carmen Laffon o Luis Gordillo.
Promotora cultural de su ciudad, en 1965 crea junto a Laffón y el artista y crítico José Soto, la galería sevillana La Pasarela, dirigida por Enrique Roldán, y El Taller, donde imparten clases de dibujo, pintura y grabado.
En 2021 el CAAC de Sevilla le dedicó una muestra individual: Fragmentos de muros, donde se recorrián las claves de su pintura y sus temas recurrentes: jardines, patios interiores de casas, paisajes y, sobre todo, bodegones son su temática preferida
El 30 de mayo de este 2022 recibió la Medalla de Oro de su ciudad.