La labor didáctica empieza nada más poner un pie en el imponente hall de la Galería de las Colecciones Reales, donde nos recibe una enumeración de los Reales Sitios grabada en lo alto de la pared: Monasterio de la Encarnación, San Lorenzo de El Escorial, Real Alcázar de Sevilla... son solo algunos de los lugares que Leticia Ruiz (Santander, 1961) tiene bajo su ala desde que en noviembre de 2020 dejara el Museo del Prado para tomar el timón de las Colecciones Reales.
Lo hizo en un momento convulso, con un proyecto de museo que acumulaba retrasos. Desde entonces ha trabajado contrarreloj en el discurso museográfico, saltando de la selección de obras a otros tantos asuntos del día a día de este gran monstruo que es Patrimonio Nacional. Nos recibe pegada al teléfono. Quedan todavía muchos flecos sueltos por resolver, "el trabajo –dice– no se termina con la inauguración".
Pregunta. ¿En qué ha consistido su labor?
Respuesta. En la puesta al día del discurso museográfico de la Galería, porque en buena parte hemos recuperado lo que ya se había trabajado, mucho y bien, y esa idea de exposición cronológica. Plantear esta muestra ha conllevado también pensar en todos los ámbitos de la institución, algo que no se ha acabado aún.Todo Patrimonio Nacional está profundamente imbricado.
P. Uno de los retos era articular una exposición que diera cuenta de esa potencia sin desvalijar a sus museos. ¿Cómo ha navegado en estas aguas?
R. Ha sido difícil. Abrir un museo nuevo, público y en una institución compleja es mucho más que una labor de museografía. Implica trazar alianzas con los distintos Palacios y mejorar también la visita a esos espacios. Hemos cuidado especialmente que nadie –ni los conservadores ni, sobre todo, la población– sintiera que le quitábamos las mejores piezas, la Galería de las Colecciones Reales da más visibilidad y muestra la potencia de todos los museos de Patrimonio Nacional.
"Queremos que el visitante entienda cuál ha sido el lugar de España en el mundo cuando entre en esta exposición"
P. ¿Y ha logrado su objetivo de que ninguna institución se sienta menoscabada?
R. Es un trabajo de cirugía fina en el que están implicados conservadores, restauradores y la unidad de traslados. En el proyecto anterior de José Luis Díez había, por ejemplo, 116 obras de El Escorial y nosotros lo hemos dejado en 50, menos de la mitad, teniendo en cuenta que tenemos inventariadas 14.400 aproximadamente en esa institución, sin contar la Biblioteca, de la que también hemos traído piezas.
P. ¿Qué motivó el cambio de nombre de Museo a Galería?
R. Un museo, según la legislación, debe tener una serie de obras adscritas, ¿y aquí cuáles inscribíamos, las de nuestros almacenes o las 170.000 que tenemos inventariadas en toda la institución, aumentando las suspicacias sobre nuestros fines? La Galería es un mirador a todo lo que conlleva Patrimonio Nacional.
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P. ¿Los mimbres de la presentación serán siempre los mismos, un relato cronológico organizado por monarquías?
R. Sí, esta es una propuesta muy clara. Ahora mismo desde el Archivo ya tienen preparado el recambio del material sensible –planos, fotografías, libros– cada seis meses, pero por cuestiones de conservación. Y el Cristo Crucificado de Tiziano, que es una obra fundamental de la Sacristía de El Escorial, me gustaría que regrese en el momento en el que esta se reabra a la visita pública. Además de lo que se ve, empieza también el trabajo de completar nuestros estupendos almacenes con la llegada de obras de otros de nuestros espacios.
P. ¿Es muy difícil conservar todas estas obras en los Reales Sitios, sin las condiciones óptimas del museo?
R. El atractivo de ver las piezas en su contexto cultural es innegable pero conlleva un gran esfuerzo económico y de personal. En eso también nos va a ayudar la Galería, en la que el visitante lo primero que se encontrará será esa enumeración de los Reales Sitios en los que alguna vez ha estado. Y esto sí que es Marca España, somos la primera institución cultural europea. El Rey de Inglaterra tiene un buen número de piezas de patrimonio, pero es privado y en nuestro país es público.
P. ¿Cuenta Patrimonio con un presupuesto de compra?
R. No tenemos, esa es una de nuestras aspiraciones, pero sí compramos. Lo que no estoy es a favor de la adquisición de arte contemporáneo, porque podemos confundir al público que puede pensar que es Colección Real. Nosotros tenemos delimitado nuestro marco de acción perfectamente, igual que el Museo del Prado, el Reina Sofía y el Thyssen.
"Un acto de Estado bien hecho es un acto cultural, no hay más que ver la Coronación de Carlos III de Inglaterra"
P. ¿Cree que la utilización de muchas de estas piezas en los actos oficiales puede hacer que la labor de Patrimonio, y de esta exposición, se entiendan en términos políticos?
R. Una parte puede nublar a la otra. Es compatible y debe ser compatible. La Ley de Patrimonio Nacional de 1982 dice que la primera función es servir al Jefe del Estado en esa alta función que la Constitución le confiere. Yo estoy convencida de que un acto de Estado bien hecho es un acto cultural, no hay más que ver la Coronación de Carlos III de Inglaterra. Nos puede parecer viejuno pero gracias a ese uso se mantienen las piezas. Pienso, por ejemplo, en nuestros carruajes, una de las grandes colecciones de Europa. Están siempre a punto porque se utilizan para recoger a los nuevos embajadores. Cuando el visitante entre en esta exposición queremos que entienda cuál ha sido nuestro lugar en el mundo.
[Un edificio para la Marcha Real]
P. Otro de los desafíos va a ser calar en el público, ¿cómo se lo plantean?
R. Ya hemos puesto en marcha programas como ‘Los martes en Palacio’ y ahora contaremos también con un auditorio de algo más de 300 asientos. En octubre arrancamos el ciclo de conferencias, ‘La Galería te lo cuenta’, en el que alguien de la casa elegirá algún aspecto para comentar una de las obras. Además de que tendremos un departamento de educación con talleres para niños y otros colectivos, y que la exposición temporal irá cambiándose. Esta inicial va a durar un año, más de lo habitual, y tenemos que pensar qué haremos con la sala del Palacio Real. Nos encantaría tener capacidad económica para todo ello, esperamos que la Galería resulte atractiva también para que la iniciativa privada nos ayude.