Cuando en 1909 Joaquín Sorolla presentó sus cuadros al otro lado del charco, ocurrió algo mágico. Lo contó Archer Huntington, su gran mecenas norteamericano, en una carta a su madre, Arabella Duval Huntington, también conocida por ser la mujer más rica de América.
"El aire estaba por doquier impregnado del milagro. La gente citaba el número de visitantes y tenía continuamente en la boca las palabras 'resplandor del sol'. Jamás había sucedido nada por el estilo en Nueva York. Llovieron los encargos de retratos. Se vendieron reproducciones fotográficas en cantidades nunca vistas. Y en medio de todo aquello, allí estaba nuestro pequeño creador. Sentado tan tranquilo, abrumado pero no engreído, mientras yo le traducía las oleadas de entusiasmo de la prensa", escribió el multimillonario.
Casi 160.000 personas visitaron la exposición del pintor valenciano en la Gran Manzana ese año, y con ella, Sorolla se hizo un hueco en el panorama artístico internacional bajo el cobijo de la Hispanic Society of America, dirigida por Huntington.
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Una popularidad que se ha mantenido a lo largo del tiempo, tal como revelan las recientes adquisiciones por parte de coleccionistas privados, y que ha hecho que la celebración del "Año Sorolla", homenaje del centenario de la muerte del pintor, haya llegado también a Estados Unidos.
Tras la reapertura en junio de este año de una de sus salas dedicadas al pintor en la Hispanic Society de Nueva York, el Museo Meadows de Dallas presenta al público Luz de España: Sorolla en colecciones americanas, que se podrá visitar hasta el 7 de enero de 2024, y que recoge obras raramente vistas de colecciones privadas estadounidenses, algunas de las cuales se exhibirán públicamente por primera vez en décadas.
La muestra, según apunta su comisaria Blanca Pons-Sorolla, bisnieta del artista, "celebra la extraordinaria acogida del pueblo norteamericano hacia su obra”. Para Pons,"el éxito de Sorolla en buena parte se debió a su magistral representación de la luz y a la felicidad que transmitían sus otras, que era precisamente la que embargaba al artista mientras las pintaba. Ese entusiasmo y pasión por lo que hacía y su amor a su país es lo que especialmente apreció, y sigue apreciando, el público americano al adquirir sus cuadros".
Para la directora de la institución texana, Amanda W. Dotseth, "Luz de España: Sorolla en colecciones americanas evidencia la continuidad de la popularidad de Sorolla en este país, que se remonta a los coleccionistas estadounidenses que lo apoyaron ya durante su vida".
Desnudos, retratos, paisajes, jardines, escenas de playa; la muestra abarca distintos géneros y varias décadas de la actividad artística de Sorolla, desde una pintura muy temprana, con obras como Desnudo femenino de espaldas (c. 1886), pintada en Roma cuando solo tenía 23 años, a Detalle del jardín de la Casa Sorolla (1918), realizada dos años antes de sufrir el derrame cerebral que le apartó definitivamente de la pintura.
Además, como complemento a la exposición, el Museo Meadows exhibirá, en una sala especial, el conjunto de obras de Sorolla sobre papel de su colección. De las 32 obras expuestas, 27 son de colecciones privadas norteamericanas, cuatro del Museo Meadows y otra de una colección privada española que desde 2019 se encuentra como préstamo temporal en el Museo.
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El Museo Meadows es considerado como un pequeño Museo del Prado en el estado texano, ya que alberga una de las colecciones de arte español más grandes y completas fuera de nuestras fronteras. De las aproximadamente 30 exposiciones que de momento están programadas en todo el mundo por el centenario del pintor, Luz de España: Sorolla en colecciones americanas es una de las dos que se llevará a cabo en los Estados Unidos.
Por otro lado, entre algunas de las exposiciones que se podrán disfrutar en España en los últimos meses son Los veranos de Sorolla, en la Fundación Mapfre, comisariada por Casilda Ybarra Satrústegui y que se podrá visitar en Madrid del 22 de septiembre al 7 de enero de 2024.
Una selección de 40 obras a través de las que busca recorrer la evolución del mar en la pintura del valenciano, desde las escenas de la costa mediterránea, en las que predomina el aspecto lúdico del disfrute del mar, como en las ambientadas en la costa cantábrica, que transmiten el ambiente de los veraneantes de las clases altas de San Sebastián, Zarauz y Biarritz.
Así como la muestra La Ciudad de los artistas. Joaquín Sorolla y el Palacio de las Artes e Industrias de Valencia, que se podrá ver en el Museo de la Ciudad de Valencia hasta diciembre, que recrea el ambiente artístico y la efervescencia cultural valenciana de finales del siglo XIX y principios del XX, con 140 obras de artistas de la misma época de Sorolla y explora uno de los sueños frustados del pintor: crear un Palacio de las Artes para la ciudad.