La artista Malgorzata Mirga-Tas teje la historia del pueblo romaní
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo organiza la primera exposición de la creadora en España con colaboraciones con la población gitana de la ciudad.
3 noviembre, 2023 02:14El monumental y colorido mural textil de Malgorzata Mirga-Tas (Zakopane, Polonia, 1978), artista, docente y activista romaní, fue una de las propuestas más destacadas en la pasada Bienal de Venecia. Compuesto por doce paneles y en tres bandas, leyéndolo de arriba abajo, se inspira en las postales Les Bohémiens (1621-1625) de Jacques Callot y narra la historia imaginada por los europeos en el Renacimiento de la migración de los pueblos romaníes desde Egipto. Presenta a sus mujeres empoderadas, conectadas con signos astrales, y muestra escenas cotidianas en los actuales asentamientos nevados en Podhale y Spis.
Algo genuino que contar, con una sintaxis comprensible y con reconocible autenticidad, son requisitos mínimos en el arte contemporáneo hoy, que el mural de Mirga-Tas cumple con creces. Al utilizar la técnica del femmage (un juego de palabras entre collage, hommage y femme), ideado por Meyer Schapiro y Melissa Meyer en los años setenta, se enraiza en la genealogía del arte feminista. Y este posicionamiento se reafirma en su título: Re-encantando el mundo, que evoca el ensayo de Silvia Federici, con el fin de recuperar la idea de comunidad y reconstruir las relaciones con “los otros”.
Pero ni deconstrucción, ni técnica, ni ideología hubieran servido si este mural no desprendiera a raudales un intenso y sensual sentido poético que nos hace detenernos en cada escena. La obra gana ahora en su instalación en la Iglesia de la Cartuja –como en su original ubicación en el histórico Palazzo Schifanoia en Ferrara–, frente a la del cubo blanco del pabellón polaco.
El mural textil de Mirga-Tas fue una de las propuestas más destacadas de la pasada Bienal de Venecia
Mirga-Tas ha sido la primera romaní en exponer en un pabellón nacional en Venecia y es también la primera vez para el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, siempre atento a vincular su historia con los públicos actuales, que está ubicado en la ciudad con mayor concentración de gitanos en España en su Polígono Sur.
Esta exposición, además, ofrece la oportunidad de conocer la trayectoria de la artista en los últimos años. En su presentación, Malgorzata Mirga-Tas declaró que, a pesar de ser licenciada en escultura por la Facultad de Bellas Artes en Cracovia, le había costado mucho tiempo llegar a los espacios del arte contemporáneo, al haber sido relegado su trabajo durante años a museos etnográficos. En 2016, coincidiendo con el ascenso del nacionalismo en Polonia, fue destruido su monumento a las víctimas del genocidio gitano durante la Segunda Guerra Mundial, del que vemos aquí un pequeño fragmento reproducido en frágil parafina rosa.
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Otras piezas en diversos formatos recrean el encantamiento de la artista romaní con su propia cultura y comunidad. Destaca la gran instalación de casitas de madera con tejados, femmages con escenas de caballos y gallos, los biombos donde toman cuerpo con ropas usadas las escenas de ocio de su comunidad, y los pequeños altares domésticos dedicados a su abuela, su madre y su tía, que la acompañó en su viaje a Sevilla. Son piezas con las que nos acercamos a su sentido último y al despliegue de recursos de su pintura textil.
Sin embargo, el protagonismo en las actividades programadas con la comunidad gitana de las Tres Mil Viviendas recaerá en el tríptico realizado con agentes de este grupo, que quedará enmarcado por las molduras de Pedro Roldán, que en su día alojaron tres cuadros de Zurbarán en uno de los espacios del Monasterio. Pone el foco en mujeres gitanas de tres generaciones. Mirga-Tas homenajea a Juana Vargas de las Heras, “la Macarrona”, pese a su adolescencia apodada “la reina de los gitanos” por la prensa parisina a partir de la imagen recogida del álbum Gitans d’Espagne del etnógrafo Roland Bonaparte, realizado en la Exposición Universal de París en 1889. También a Herminia Borja, cantaora nacida en pleno régimen franquista que, tras su divorcio, logró empoderarse. Y a Manuela Carrasco Jiménez, casada con un payo, con su hija Cati.