Esto también son cuerpos: nuevas derivas de la escultura
Una exposición en San Sebastián une a artistas de contextos diferentes vinculados por el tratamiento del cuerpo en sus obras.
17 marzo, 2024 01:08Tabakalera, en el contexto de las celebraciones del centenario de Chilida, presenta Larruak eta izurrak (Pieles y pliegues), un ensayo expositivo a cargo de Laura Vallés Vílchez que tendrá continuidad en otras dos muestras.
Desde los años sesenta el campo de lo escultórico se expande mediante una suerte de variantes polimórficas. En realidad, todo el arte contemporáneo despliega una labilidad creciente para desbordar sus herencias formales, éticas y cognitivas. Se actualizan así unos modos de puesta en forma, una interacción con otras prácticas artísticas y unas exigencias de recepción y diálogo con los públicos.
Todo ello, y el incesante anhelo de nuevas formas y procesos, se manifiesta en esta exposición que vincula a artistas de contextos diferentes. Les une la producción de singularidades y extrañezas que apelan a la experiencia de los cuerpos, los materiales y los espacios.
A estas escultoras Les une la producción de singularidades que apelan a la experiencia de los cuerpos
June Crespo (Pamplona, 1982) presenta Core (2021 y 2024), un conjunto de esculturas realizadas en hormigón valiéndose de encofrados de bidones de acero cuyo proceso fue registrado con la cineasta Maddi Barber. El énfasis brutalista del material entra en diálogo con la acción performativa de los cuerpos de Beatriz Setién, Maia Villot y Antonio Menchen y con el espacio de Tabakalera.
Nora Aurrekoetxea (Bilbao, 1989) muestra Erdibitu y Kaia (2023), dos magníficas piezas en lonas de hormigón y toallas que suscitan una sugestiva tensión formal entre la consistencia del material y la maleabilidad de las formas sinuosas asociadas a las lonas. La artista nos invita a experimentarlas como alegorías críticas de la afección amorosa, de sus prodigios y conflictos.
Sahatsa Jauregi (Itaparica, 1984) con su pieza de acero Azpitik doaz (2024) impone su presencia autosuficiente de elementos intercambiables y a la vez su condición de dispositivo para performances.
Iman Issa (El Cairo, 1979) muestra en Self-Portrait (Self as William S. Burroughs) (2019) una serie de autorretratos que son, simultáneamente, retratos de otras figuras, que nos interpela sobre los juegos de identidad y el deseo de ser otro/a.
También Yael Davids (Kibutz Tzuba, 1968) enuncia la consciencia de la pluralidad que nos constituye en Horizontal-from image to movement (2021). Interesada en la performance postula el cuerpo como un archivo de historias éticas y estéticas compartidas que incluyen la experiencia del dolor y del aprendizaje catártico.
Nuevas derivas vitalistas de la escultura y la instalación mediante prácticas cooperativas se manifiestan en las propuestas de Lucia Koch (Porto Alegre, 1966) y Kimia Kamvari (Colonia, 1986).
La primera define en Sans fin (2022) espacios efímeros que evocan otras historias y modos de situarse en el mundo.
Mientras que en Gâv (2024), de Kamvari, la imagen del celuloide sensible a la luz da
forma a una serie de fotografías en las que el lomo del ganado se confunde con las laderas del monte, sugiriendo una suerte de imagen extrañada, una confusión de contornos como índice de un devenir vital.