Image: La gran cubierta de vidrio y acero

Image: La gran cubierta de vidrio y acero

Arquitectura

La gran cubierta de vidrio y acero

Intervención de Foster en el British Museum

6 diciembre, 2000 01:00

Norman Foster ha cubierto el gran patio del British Museum con una estructura de vidrio y acero. cúpula desde dentro

La reina Isabel II inaugura oficialmente hoy la ampliación de Norman Foster del Museo Británico en Londres, que quedará mañana abierta al público. Con la cubrición del gran patio central y la adecuación de los espacios cobijados en él se han ganado 6.700 metros cuadrados. Foster, especializado en soluciones de alta tecnología, ha diseñado una bella película de vidrio y acero abierta al cielo que, a pesar de sus 420.000 kilos de peso, es de una sorprendente ligereza visual.

El nuevo Museo Británico abre sus puertas mañana tras la intervención realizada por el arquitecto Norman Foster recuperando uno de los espacios más singulares y escondidos de Londres, el gran patio de este museo, que desde 1857 no estaba abierto al público. El proyecto original diseñado por Robert Smirke en 1923 consistía en cuatro galerías envolviendo el patio rectangular, al que se añadió el edificio de planta circular de 42 metros de diámetro que ocupa el centro del gran patio central. Indicaba Heidegger en 1954, que espacio es algo para lo que se ha hecho lugar, algo que está despejado y vaciado, dentro de unos confines, y está disponible para el asentamiento y alojamiento, y por consiguiente recibe su ser de su ubicación. La recuperación de estos 6.700 metros cuadrados, la superficie aproximada de un campo de fútbol, ha sido el objetivo del proyecto ganador del concurso, adjudicado a Foster & Partners, que contempla la cubrición de este inmenso espacio para ofrecerlo a su nuevo uso público, sirviendo como gran vestíbulo cubierto al resto de las dependencias del museo, y pudiendo satisfacer la creciente demanda de público previsto, unos seis millones anuales de visitantes, que disfrutarán así de uno de los mayores espacios cubiertos de Europa.

El gran patio central será el foco principal de la visita al museo, que modernizará sus instalaciones en un plan que contempla futuras ampliaciones hasta el año 2003. La estructura de cubierta, construida en acero y vidrio, envuelve el tambor cilíndrico de la Sala de Lectura, creando un espacio acondicionado climáticamente, cuya altura, debido a las restricciones del planeamiento local, no supera la altura de las edificaciones que conforman el patio y no entorpece la visión exterior de las fachadas clásicas del museo. La estructura se desarrolla en tres direcciones desde el perímetro de las fachadas del museo hasta un anillo de compresión que envuelve el tambor cilíndrico y que descarga sus 420.000 kilos de peso en 20 columnas que rodean el volumen central escondiéndose en una falsa piel de piedra. El mismo principio estructural se aplica al perímetro exterior de la lámina de acero y vidrio para evitar aplicar cargas a los muros de fachada del Museo Británico.

Por lo tanto, esta compleja estructura tiene que resolver la transición de la forma circular de la sala de lectura al perímetro rectangular del patio formado por las distintas galerías del museo. La geometría se diseña mediante un sistema informático que resuelve los requerimientos tanto estructurales como formales, en una malla producida por elementos radiales que interconectan dos espirales que envuelven el edificio circular de tal manera que la cubierta se comporta estructuralmente como una concha, aportando así la ligereza y transparencia que Foster defiende en su propuesta.

La estructura sólo tiene una línea de simetría que toma el eje longitudinal del patio y la malla se desarrolla en un perfil curvo de gran radio que actúa como una gran bóveda y permite aligerar los esfuerzos en su ataque al tambor cilíndrico. Un cálculo que ha condicionado el diseño es la importante presión del aire que envuelve la lámina de vidrio que, sometida a ensayos en túneles de viento, debe mantener una sobrepresión interior para compensar el viento incidente.

Foster recupera un espacio que, en el proyecto original de 1852, tuvo intención de ser público, incorporando armónicamente un nuevo elemento que modifica el espacio pero no distorsiona el edificio original. La riqueza de las ciudades radica en la diversidad de edificios de distintos períodos, y la convivencia de lenguajes arquitectónicos respetando las capas de la historia que se complementan con intervenciones que respondan a los requerimientos contemporáneos. El éxito de Foster es saber aportar un grado de innovación tecnológica a cualquier reto, y abordar el diseño de una mesa o de un rascacielos desde una particular filosofía que inspira su labor arquitectónica al servicio del arte público. Las imágenes neofuturistas del equipo inglés Archigram ligadas a la ideología de Fuller son ahora construibles de la mano de Foster a pequeña escala, perdida ya la ironía inicial de ciencia ficción que significaron las propuestas tecnocráticas de Peter Cook en los años 60.