Image: Melnikov, el constructor

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Arquitectura

Melnikov, el constructor

7 marzo, 2001 01:00

Club Rusakov, Moscú, 1927

Arquerías de los Nuevos Ministerios. Ministerio de Fomento. Paseo de la Castellana, 67. Madrid. Hasta el 8 de abril

Se presenta en España por primera vez una exposición monográfica del arquitecto ruso Konstantin Melnikov sobre el conjunto de su obra. La muestra, comisariada por el arquitecto Ginés Garrido, reúne maquetas, dibujos y fotografías de 20 de los proyectos más representativos de la obra construida por Melnikov, y viene acompañada por un catálogo que incorpora traducidos al español los textos originales del arquitecto.

Melnikov concluyó sus estudios en 1917, el mismo año de la revolución bolchevique. El talante revolucionario impregnaba todas las manifestaciones artísticas y Melnikov convivió con Kandinsky, Malevich, Rodchenko, Tatlin y coincidió con Le Corbusier o Mendelsohn en sus viajes a París. Un icono en este panorama arquitectónico y artístico fue el Monumento a la Tercera Internacional de Tatlin que junto con Melnikov, Rodchenko y Vesnin luchó para sentar las bases del constructivismo con un lenguaje moderno y una nueva sistemática del proyecto, más científica y adaptada a la nueva realidad y necesidades de la sociedad soviética en contra del neoclasicismo palladiano imperante. La interacción entre las artes plásticas se hizo más patente que nunca. Los medios limitados y el ingenio constructivo de los arquitectos rusos aportaron nuevas formas y conceptos espaciales que vieron en la obra de Melnikov sus primeros ejemplos construidos. La ligereza, la claridad geométrica de las composiciones así como la sabia utilización de nuevas soluciones constructivas y estructurales fueron el contrapunto necesario al perfeccionamiento de proyectos heredados contra los que luchó Melnikov.

Entre sus obras mas significativas están los Pabellones de Exposición, siendo el Pabellón Majorka de Moscú su primera obra construida y el Pabellón soviético de la Exposición de Artes Decorativas de París, construido en 1924, que le supuso el gran reconocimiento internacional. Proyectado en madera y vidrio, tuvo que ser transportado, construido y desmontado. Suponía además una radiografía de la arquitectura rusa y exhibía el alma de la construcción como principal elemento expresivo y espacial.

Su vivienda particular supuso una excepción en la producción de Melnikov, pero es uno de los mejores ejemplos de su visión arquitectónica. Compuesta por dos cilindros intersecados de distinta altura, enlaza los diversos espacios mediante planos contrapeados en continuidad diagonal. La máxima abstracción formal apoyada por los singulares huecos romboidales de la superficie, las soluciones constructivas elementales, su posibilidad de seriación así como su asentamiento sin referencias al lugar, hacen de la vivienda un prototipo experimental que Melnikov habitó con talante ejemplar para un nuevo modo de resolver la extrema necesidad de vivienda a finales de los años veinte.

La obra de Melnikov se extiende a garajes, clubes obreros, planes urbanísticos, viviendas obreras, mercados y culmina con el concurso no premiado del Palacio de los Soviets, en el que participaron Le Corbusier, Gropius, Mendelsohn, Poezlig, Perret como representantes de la mejor arquitectura mundial y que fueron derrotados por los defensores de la arquitectura academicista que pretendía encarnar la grandeza de la construcción del socialismo. Este concurso y el conflicto que desató señaló el final de la vanguardia en la arquitectura rusa, coincidiendo con el terror estalinista y el destierro de Melnikov, que sería despreciado hasta los años sesenta, dedicándose a la pintura y a la docencia hasta que dos años antes de su muerte se le concedió el título de Arquitecto emérito de la URSS.

Konstantin S. Melnikov (Moscú, 1890-1974), uno de los arquitectos decisivos de la vanguardia soviética, se formó en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú. Tras la Revolución de 1917, concibió un nuevo plan urbanístico para su ciudad natal. De 1921 a 1923 enseñó en la escuela Vkhutemas. Por entonces, la mayor parte de su obra consistía en clubes obreros. En los años 30, sus proyectos trataron de conciliar el clasicismo oficial con la modernidad de izquierdas. Acusado de formalismo, fue expulsado de la profesión en 1937. Aunque más tarde sería rehabilitado, vivó casi aislado hasta su muerte.