Image: Un Palacio de Congresos en la playa

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Arquitectura

Un Palacio de Congresos en la playa

AMP aprovecha la topografía isleña en su última obra en Tenerife

12 septiembre, 2001 02:00

Vista exterior del Palacio de Congresos de Tenerife

La identidad y morfología del paisaje canario, los elementos medioambientales y climatológicos, así como sutiles referencias a la naturaleza -que ellos amasan con forma y textura mineral- son las claves de los trabajos firmado por el equipo de Felipe Artengo Rufino, Fernando Martín Menis y José María Rodríguez Pastrana Malagon (AMP). Los tres arquitectos han desarrollado su trabajo en las islas Canarias, aprovechando en sus construcciones la gran fuerza expresiva y la belleza del lugar.

Juntos han realizado importantes edificios institucionales, como la Sede de la Presidencia del Gobierno, en Santa Cruz de Tenerife, así como proyectos de edificios culturales, deportivos y viviendas en las distintas islas del archipiélago. Su última obra es el Centro de Convenciones de Tenerife Sur, que convive con un difícil entramado de autopistas que rodea y conecta el lugar con un conjunto de edificios al servicio del turismo y de muy baja calidad arquitectónica.

El Palacio de Congresos se apodera del solar y toma como únicos referentes el paisaje semidesértico y el mar, cuya imponente presencia enmarca el edificio con la constante visión de la isla de la Gomera. Su arquitectura habla de la monumentalidad volumétrica y árida de la topografía Canaria, pero también evoca la sutil deformación del horizonte atlántico y de los flujos laminares de los vientos alisios, que se materializan en ligeros elementos tectónicos que se contraponen en su ondulante geometría y quedan contenidos por los monolitos de hormigón. La respuesta de AMP al entorno es una ordenación material emergente de la roca chasnera local, cuyo árido es utilizado para construir un hormigón cincelado a golpe de martillo neumático, erosionando así las superficies que vibran con la luz y fisurando en huecos y grietas para marcar todavía más su carácter mineral.

Sobre estos monumentales contrafuertes que delimitan el espacio -que los arquitectos definen como fluido y liquido-, una estructura metálica cubre el auditorio para mas de 3.000 personas y, dentro de los volúmenes masivos, los elementos que requieren mayor independencia funcional. La cubierta utiliza un sencillo sistema constructivo, pese a la complejidad formal, y desde unas vigas metálicas planas una subestructura telescópica soporta unos paneles de fibra vegetal y cemento. AMP, al emular formaciones rocosas cuya erosión se fuerza escenográficamente, crea un conjunto plástico y personal cuyas intenciones formales y matéricas responden a una visión escultórica de la arquitectura, de gran intensidad sensorial y dramática.

Su trabajo se ha materializado casi exclusivamente en las distintas islas, y aunque tiene calidad para exportarse (ya que ellos son capaces de destilar los aspectos principales de la naturaleza del lugar donde construyan), el aislamiento propio del carácter insular ofrece a los arquitectos la oportunidad de hacer que su huella en las islas sea más importante y definitiva.