El espectáculo de la celosía
Gerardo Ayala inaugura el nuevo Teatro de Xátiva, en Valencia
21 noviembre, 2001 01:00Fachada del Teatro de Xátiva (Valencia)
La puerta del estudio de Gerardo Ayala forma, junto con el de Alejandro de la Sota, un diedro que comparte carpintería e incluso el mismo tipo de rotulación. Una esquina de arquitectos en un barrio de arquitectos (cerca estuvieron los estudios de García de Paredes, Carvajal, Corrales y Molezum...), donde Ayala se rodea de jóvenes colaboradores -entre los que se encuentran sus hijos- que comparten con él profesión y pasión por la Arquitectura. Colaboró con el maestro Alejandro de la Sota en algunos concursos como el Hospital de San Rafael en Cantabria y el Centro Parroquial de Badajoz, y esa magnífica obertura de juventud caló hondo e irrenunciablemente en su personalidad de arquitecto. Ayala es también pintor y desarrolla una activa labor plástica que exhibe en frecuentes exposiciones, enfrentándose así al proyecto completo: inspiración, desarrollo y concreción de sus ideas.Forma integradora del orden
Gerardo Ayala trabaja desde el espacio hasta sus contornos, límites superficiales que elabora con gran elegancia y sinceridad constructiva. Entiende la forma no como masa sino como un espacio excluso que integra el orden que en su obra trasciende de la fatalidad de la racionalización. Decía D'Ors que el pecado cultural mayor de nuestros días era el haber colocado la "productividad" por encima de cualquier otro valor para el hombre. Alejandro de la Sota se alejó voluntariamente de dicho mal y por ello, los Sotianos, como se denominó a los seguidores del viejo maestro en la Escuela de Arquitectura de Madrid, no sólo adoptaron su lenguaje reductivo sino su talante lento y reflexivo. Sano competidor, Ayala desarrolla su labor profesional principalmente a partir de concursos y entiende los que no se ganan (los concursos nunca se pierden) como base para los siguientes. Así está desarrollando el Palacio de Justicia de Almería y construyendo la Ciudad del Deporte de la Real Federación de Fútbol en Las Rozas (Madrid).
Tradición tectónica
Acaba de inaugurar el Teatro de Xátiva, en Valencia, que alberga todo tipo de espectáculos con un aforo de 800 personas y que está rodeado por un parque. De proporciones clásicas y tipología a la italiana, el teatro-auditorio emerge en la ciudad como un volumen limpio que tamiza la luz mediante lamas. El modelo es una evolución del Teatro que Ayala construyó para la Expo 92 en el recinto de la Cartuja de Sevilla; ambos están chapados en piedra natural sin más ornato que la presencia de la celosía que conforma las fachadas más permeables a la luz.
La arquitectura de Ayala es fiel a la tradición tectónica, una arquitectura de juntas, encuentros y conexiones, de ligereza manifiesta, -donde el vidrio habría revelado el cielo y formado parte del espacio encerrado, estructurado por un juego de nervios tubulares vistos, placas y columnas de metal inoxidable construidas con precisión y emparejadas en un flujo continuo de líneas que expresarían sus patrones de resistencia-. Cada miembro soldado al siguiente hasta crear una unidad estructural continua que merecería quedar vista, ya que su ingeniería no ofrece resistencia a las leyes de la belleza y tiene su propia vida estética.