Image: El hormigón dibujado

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Arquitectura

El hormigón dibujado

Rojo, Fernández-Shaw y Verdasco terminan el Auditorio de Guadalajara

15 mayo, 2002 02:00

Vista interior del nuevo teatro de Guadalajara

Los arquitectos Luis Rojo, Begoña Fernández-Shaw y ángel Verdasco han diseñado el Auditorio de Guadalajara, proyecto que obtuvieron mediante concurso en 1998. Tras haber construido algunas viviendas, este teatro se presenta como la primera obra institucional de este equipo. El edificio se sitúa en un área ligeramente alejada del casco histórico de la ciudad, dentro del recinto de la Universidad de Castilla-La Mancha. El solar, de forma trapezoidal y topografía ondulada, invita a los arquitectos a proponer un edificio de geometría quebrada, que se deforma adaptándose a los linderos para ofrecer acceso principal a la calle Cifuentes, donde un sistema de rampas resuelve el desnivel de la calzada permitiendo el acceso al edificio así como al espacio intersticial que conecta con los jardines del aulario universitario y con el resto de los espacios verdes del campus.

La estructura e imagen exterior del edificio se ha confiado a unos muros portantes de hormigón blanco que le aporta un carácter masivo, pétreo. El hormigón se cincela con unos motivos rehundidos que perfilan zigzagueando la fachada y refleja las tensiones formales y topográficas del edificio, afirmando sus fachadas principales con la inclusión de piedras embebidas y enrasadas que dibujan el ritmo del motivo ornamental. El edificio se muestra compacto y quiere narrar la continuidad entre los elementos de diversa escala que se adosan.

Su estructura se compone a partir de un gran volumen que emerge albergando la gran sala de 1.100 localidades. Los usos complementarios al teatro -administración, cafetería, camerinos- se disponen en un elegante sistema entrelazado de edificaciones y patios que rodean al vestíbulo general. Este espacio es recorrido por un grupo de rampas de suave pendiente que permiten acceder a las cotas superiores del volumen de la sala del teatro. El hormigón está presente en muros y techo de todas las estancias del edificio excepto en las que requieren un mayor cuidado de sus condiciones acústicas, que se revisten de madera de boj en sus paramentos verticales y de roble americano tratada con aceites para los pavimentos. La geometría provoca fugas e inestabilidad de perspectiva que acompaña igualmente al movimiento de los usuarios del teatro. Las rampas acentúan esta cualidad dinámica del espacio y resuelven con fluidez las circulaciones. Las estancias de reposo se asocian a puntos de dilatación dentro del recorrido. Igualmente el exterior del edificio invita a ser recorrido por sus bordes y a leer su escala constructiva. Las mismas piedras incrustadas en la fachada envuelven los volúmenes laterales y se hacen permeables a modo de celosía intercalada y apoyada sobre lamas horizontales de hormigón, que tamizan la luz sur de los volúmenes acristalados que se abren a los patios.

El edificio se encuentra acabado tras dos años de obras, a falta de incorporar la compleja maquinaria escénica que permitirá configurar el espacio para ofrecer espectáculos tanto de teatro como de música sinfónica. La inauguración próximamente del centro se ve como una gran apuesta de la ciudad por la cultura y la arquitectura de calidad.