Mies van der Rohe hace habitable el espacio
Vista de la gran pileta del pabellón de Barcelona (1929)
La Fundación Pedro Barrié de la Maza presenta la exposición, organizada por el Vitra Design Museum, Arquitectura y diseño. Stuttgart, Barcelona y Brno, alrededor de la obra de Mies van der Rohe. La muestra analiza la relación entre la arquitectura y el diseño de mobiliario a través de tres de sus obras europeas más destacadas: las viviendas experimentales en Weissenhof de Stuttgart (1927), el Pabellón Alemán para la Exposición Universal de Barcelona (1929) y la Villa Tugendhat de Brno (1930). Estas obras dieron nombre a algunas de las piezas de mobiliario más memorables y es en este breve período (1927-30) cuando se consolidó la arquitectura moderna, dejando de ser una aproximación experimental, extendiéndose el estilo internacional, como se llamó más tarde, por todo el mundo.En Stuttgart, el bloque de viviendas de cuatro plantas partió de una estructura de acero, más utilizada entonces en edificación industrial, para liberar el espacio y flexibilizar la distribución a gusto del usuario. Así, las particiones se producían por paredes fijas o flexibles y se demostraba el concepto de la planta libre y sus múltiples posibilidades. Igualmente, en Barcelona, Mies Van der Rohe, como director artístico de la participación alemana en la Exposición Universal, diseñó el Pabellón alemán, uno de sus edificios más emblemáticos y un monumento en la historia de la arquitectura. La concepción espacial, su materialización y las contadas y muy elegidas piezas de mobiliario constituyeron un verdadero manifiesto del lenguaje arquitectónico. La diversidad material que identificaba cada uno de los planos que componen el espacio -travertino romano en el podio, muros de ónice y mármol de Tinos, así como diversos tipos de muros de vidrio- dotaban al conjunto de las condiciones de fluidez y un tono hasta entonces desconocido.
En la Villa Tugendhat, Mies continuó el desarrollo de conceptos espaciales que inició con el Pabellón de Barcelona, incorporando idénticas características en la decoración y el equipamiento. Colaboradores de Mies, como Lilly Reich, participaron también en los diseños de mobiliario y particiones espaciales; cortinas de terciopelo a modo de tímpanos que sesgaban las estancias, y elementos curvos que aparecen junto con la linealidad ortogonal de la geometría de la arquitectura miesiana. Esta ortogonalidad espacial que cautivó a Mies podía ser rota con los elementos de mobiliario, siempre a modo de contrapunto geométrico a la lógica arquitectónica.
Las complejas relaciones de carácter estético entre arquitectura y mobiliario se hacen compatibles al completar extremos de naturaleza perceptiva en la concepción del habitar miesiano, unidos por el carácter minucioso de la construcción. No se pueden entender sus muebles como un complemento a la arquitectura, sino como los objetos estrictamente necesarios para hacer habitable el espacio, en consonancia armónica con la estética y el concepto espacial. Mies nos enseño muchas cosas acerca del espacio. De la armonía y el equilibrio, conectando con principios universales, llenos de razón y verdad. Y hoy la arquitectura se empeña en romper desde el lenguaje todos estos aspectos, debido sobre todo al desarrollo de las tecnologías y a la invasión de las formas, mientras se mira aún de reojo aquellos invariantes que consolidaron la mayor revolución de la arquitectura moderna.