Intervención de Haegue Yang en Serralves

Arranca el recorrido internacional de arte contemporáneo de este verano en el país vecino: Portugal. La ruta empieza en Oporto con Trisha Donnelly y Giorgio Griffa y sigue con Belén Uriel y Céline Condorelli en Lisboa.

Arrancamos nuestro recorrido veraniego por las mejores muestras institucionales europeas en Portugal y lo hacemos esta vez en Oporto y no en Lisboa, pues es en la ciudad del Duero donde se concentra esta vez el mayor interés expositivo, más concretamente en Serralves, que tiene estas semanas un programa formidable. Ya empieza a verse un programa de calidad tras los años algo tibios que mediaron entre la salida de Joao Fernandes y la consolidación del programa de la nueva directora, Suzanne Cotter, escoltada por Joao Ribas, un comisario que vino del MIT y que antes pasó por el Drawing Center de Nueva York.



En cartel este verano figuran exposiciones muy apetecibles en el siempre atractivo espacio de Álvaro Siza junto a los maravillosos jardines de la fundación. En la fastuosa Casa de Serralves, ese magnífico edificio de estilo Art Decó construido en los años 30, puede verse un proyecto específico de una de las artistas más aclamadas del concierto internacional, la californiana afincada en Nueva York Trisha Donnelly, quien interviene en los espacios de la Villa con sus levísimas transformaciones lumínicas, la sutil incidencia del sonido y su singular tratamiento del material. Una de las piezas más impresionantes de Trisha Donnelly fue la que montó en la bienal de Sharjah que organizó precisamente la comisaria que ahora la acoge en Serralves, Suzanne Cotter, una maravillosa pieza de mármol dejada como al azar en el centro de un solar. La grabación del sonido de un helicóptero se mezclaba con las llamadas a la oración de los imanes emiratíes y el conjunto era de verdad sobrecogedor. El espacio de la Villa y sus jardines son un contexto muy adecuado para la siempre poderosa y magnética obra de Donnelly.



Todavía en los jardines puede verse una instalación de Haegue Yang en el marco del programa de intervenciones Sonae/Serralves. Bajo el título An Opaque Wind Park in Six Folds, la surcoreana teje, como siempre, relaciones entre la arquitectura y la naturaleza, y en este caso concreto explora la tradición islámica en el marco de las prácticas arquitectónicas globales.



Imagen del Maat

Ya en las salas de Álvaro Siza pueden verse todavía dos grandes exposiciones, las dedicadas al italiano Giorgio Griffa, de la que ya hablamos en su día en estas páginas, y la del artista británico Liam Gillick. La primera es una retrospectiva itinerante que viene de Roma, Ginebra y Bergen y que recorre el buen puñado de décadas de actividad artística del turinés Griffa, un creador que, si bien no adquirió la fama de otros compañeros de generación como los célebres Povera Anselmo, Merz, Penone o Fabro, es dueño de una obra personal y magnética. Pinta Griffa motivos basados en patrones sobre telas destensadas, sin bastidor, una práctica mecánica que no mitiga el extraordinario alcance poético que caracterizan sus composiciones.



La de Liam Gillick, es una presentación programada durante todo un año que consiste en una serie de trabajos que se van solapando o sucediendo en la sala central del museo. Bajo el título Campaign, la muestra incluye trabajos como el muy célebre Factories in the Snow, realizada en 2007, a la que sucedería en primavera AC/DC Joy Division House. Durante los meses de verano podrá verse la traducción escultórica del libro de Debord El juego de la guerra.



Casi tres horas de autopista nos llevan a Lisboa, donde la oferta es variada en instituciones de muy distinto signo. El MAAT (Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología), cuyo director es Pedro Gadanho, anterior responsable del departamento de arquitectura del MoMA, tiene en cartel un conjunto de exposiciones durante el verano a la espera de los fastos de la apertura oficial del próximo 5 de octubre, cuando inaugurarán un proyecto específico de Dominique Gonzalez-Foerster. El programa del MAAT centrará su actividad en exposiciones temporales y en la revisión de las extensas colecciones de EPD, la empresa energética más importante del país y el principal apoyo del nuevo museo. Una estructura nueva diseñado por Amande Levete se abraza a la Central Tejo, un edificio histórico de la primera mitad del siglo pasado que albergó el Museo de la Electricidad, para crear un conjunto arquitectónico que, si ya antes era un gran reclamo de la cultura lisboeta, lo será más ahora que el MAAT pretende repensar de una manera crítica las relaciones entre el arte, la arquitectura y la tecnología. Pueden verse ahora las exposiciones Second Nature, una muestra colectiva con fondos de la EDP que incluye medio centenar de trabajos de veintiséis artistas portugueses de diversas generaciones en torno a las relaciones del hombre con la naturaleza; una nueva edición de Artist's Film International o el proyecto Lightopia, producido por el Museo Vitra.



Obras de Belén Uriel

En Culturgest, una fundación privada que es lo más cercano a un centro de arte contemporáneo propiamente dicho, puede verse una muestra sobre la madrileña Belén Uriel, una artista que reside entre Lisboa y Londres y que presenta una exposición de trabajos realizados en los últimos años, muchas de cuyas obras pudieron verse en el Museum Wiesbaden alemán durante la primavera. Uriel demuestra en su individual un gran interés por el comportamiento de materiales dispares que muchas veces entran en diálogo con la arquitectura del lugar. La suya es una reflexión discreta y certera sobre los nuevos caminos hacia los que puede abrirse el lenguaje escultórico.



Una de las artistas italianas más interesantes de su generación, Céline Condorelli, presenta un proyecto específico en la Kunsthalle Lissabon. Condorelli viene de exponer en la Bienal de Sídney y realizó el pasado año una gran presentación en el espacio "pequeño" de Hangar Bicocca en Milán. Su proyecto persiste en su investigación en torno a los dispositivos de visibilización, espacios fronterizos y ambiguos que retan al recorrido natural de la mirada. Su obra se compone de telas que generan umbrales y espacios inciertos que semejan a un mismo tiempo lugares de acceso y obstáculos. Es una forma de hacer más compleja no sólo la experiencia visual sino física en un sentido más amplio.



@Javier_Hontoria