Le Chasse, 2017

Lucy Skaer ha tenido un año agitado con exposiciones notables en centros y museos de todo el mundo. Recientemente ha mostrado su obra en el Witte de With de Rótterdam, el MRAC Occitaine o el Museo Tamayo de la Ciudad de México. Ahora expone obra nueva en el Instituto de Arte Contemporáneo KW de Berlín.

Desde un quehacer discreto, sin grandilocuencias, Lucy Skaer (Cambridge, 1975) ha labrado su carrera artística desde una singular atención a la escultura, la disciplina que tal vez sea hoy la que más intensamente adolece de la homogenización de las prácticas artísticas, sujeta a fórmulas codificadas que degradan su corporeidad y que sitúan su status más cerca de la imagen -líquida y de fácil circulación- que de su cualidad material, física. Skaer no es ajena a los lenguajes contemporáneos ni al uso, en su caso medido, de la tecnología, pero como escultora presume de un fuerte arraigo en la tradición y en la Historia del arte, a cuyas fuentes acude con reiteración. En su obra se observa una versatilidad poco común en sus recursos narrativos y en sus soluciones materiales pues en ninguno de estos dos aspectos se limita a sí misma. Veamos un buen ejemplo. Desde 2013 trabaja en un proyecto con unas excepcionales esculturas bajo el título Sticks and Stones, que parten de una gruesa lámina de caoba en la que la artista incrusta fragmentos pequeños de cerámica o piedras litográficas. La pieza funciona como un prototipo que le ha llevado a realizar esa misma forma en muy diferentes versiones utilizando para ello bronce, aluminio e incluso cartón piedra. De la caoba le seduce su resistencia y ductibilidad para la talla y también sus connotaciones históricas, aquellas relacionadas con la construcción de barcos en Brasil en el siglo XIX o con el diseño contemporáneo de muebles que hoy se acogen a una producción ilimitada. Así, las sucesivas piezas de Sticks and Stones se disponen paralelas en el espacio, como en la tradición minimalista. Se irán haciendo y se irán sumando, tan presentes en ellas el recuerdo de su origen como la constancia de que todo es hoy reproducible.



Rachel, Peter, Caitlin, John, 2010

A las referencias a la historia Skaer añade un elemento narrativo esencial: su propia biografía. En Available Fonts ("Fuentes disponibles") la exposición que acaba de inaugurar en KW Berlín, muestra un grupo de esculturas que parten de una fuente al menos llamativa, la atracción insólita de la artista por los chismes con los que se pican los billetes en los transportes públicos en Nueva York. Skaer utiliza estos bártulos en un ejercicio que tiene dos direcciones. De un lado, agujerea con ellos películas de cine que, al ser proyectadas, muestran un orificio considerable que impide discernir las imágenes. De otro, lleva la estrategia a su opuesto, la creación de formas prismáticas realizadas en porcelana, cobre, palisandro o peltre. Muchos pensarán que es un asunto irrelevante, si no absurdo, pues, ¿con qué fin decide trabajar en torno a tan anodino motivo?, pero estas vivencias, tan nimias, son aquí y allá sublimadas por Skaer, a quien suele gustarle huir, desacomplejadamente, de toda gravedad. En una solución igualmente excéntrica, los prismas, que parecen exuberantes lingotes pese a permanecer en una escala discreta, se disponen sobre mesas antiguas de diferentes tamaños y otras modernas, diseñadas por los Eames. Las primeras están unidas por un perímetro de lapislázuli, deslizándose el concepto de ornamento, que choca con la precaria textura de las películas "picadas".



En la planta superior puede verse una gran instalación realizada ex profeso para esta muestra. La sala está totalmente vacía pues ha sido despojada de todo paño accesorio (esto incluye al techo, que ha sido liberado del pladur y muestra ahora unas bonitas secuencias de bóvedas). En connivencia con esta arquitectura, Skaer deconstruye una escena de caza. Acude a un manuscrito medieval, El libro de la caza, escrito en Francia a finales del siglo XIV, y reinterpreta las imágenes que lo ilustran, tanto sus figuras como los fondos sobre los que se recortan, trasladándolo al espacio tridimensional. Las primeras pasan por un profundo proceso de abstracción en las que Skaer recurre, citándose, a elementos que ya formaron parte de obras anteriores, como esas escuadras de madera que, si entonces se revelaban insobornablemente geométricas, hoy exhiben un aspecto orgánico. Tienen una rara composición estas esculturas, y no es fácil distinguir a qué extraña familia pertenecen, a medio camino entre formas mecánicas y especies biológicas. Más allá encontramos pequeñas piezas de barro dispuestas también sobre el suelo en orden ortogonal. Evocan los fondos de estas ilustraciones y perpetúan su carácter decorativo mientras flirtean con la arquitectura de signo brutalista del centro berlinés.



Available Fonts es tal vez la muestra de Lucy Skaer que presenta un mayor abanico de lenguajes y narrativas, atravesados por estrategias como la repetición, el desdoblamiento, la cita o la recontextualización, procesos que dotan de contenido real al trabajo, eclipsando incluso las motivaciones iconográficas que los pusieron en marcha. Es, decididamente, natural y singular en sus procesos la artista británica, ajena a los movimientos estratégicos de multitud de compañeros de generación.



@Javier_Hontoria