Brujas se llena de arte con su Trienal
La ciudad flamenca inunda sus calles y canales de esculturas e instalaciones, convirtiéndose así en un inmenso y singular museo.
1 mayo, 2024 01:52Como cada tres años desde 2015, Brujas acoge su Trienal de Arte y Arquitectura, que suma un atractivo cultural añadido al asombroso legado histórico y cultural de la ciudad flamenca, cuyo casco histórico fue declarado, en 2000, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Este año, desde el pasado 13 de abril hasta el 1 de septiembre, doce intervenciones artísticas y arquitectónicas ocupan espacios inusuales de ese centro histórico. El lema de la cuarta edición de la trienal es ‘Espacios de posibilidad’.
El objetivo de sus organizadoras, las comisarias Shendy Gardin y Sevie Tsampalla, era centrarse en lugares poco transitados de la ciudad, pese a encontrarse, en muchos casos, en el corazón mismo del casco histórico, en los que han intervenido artistas de renombre internacional como la británica Mona Hatoum, el colombiano Iván Argote, la mexicana Mariana Castillo Deball, el belga Adrien Tirtiaux o el anglo-turco Ivan Morison, además de la arquitecta sudafricana Sumayya Vally, los arquitectos japoneses Shingo Masuda + Katsuhisa Otsubo Architects y los estudios SO-IL, Bangkok Project, Norell/Rodhe, Ossidiana y Traumnovelle.
Las precocupaciones ecológicas también están presentes en Brujas con la propuesta del estudio Norell/Rodhe
Este último colectivo bruselense ha transformado, con andamios industriales y cortinas plateadas, el patio medieval del ayuntamiento. Utilizando ese entorno histórico como espejo, se ha creado una especie de teatro a la manera de nuestro corral de comedias de Almagro.
Una torre de vigilancia de madera, The Tower of Balance, del Bangkok Project Studio, con sus 18 metros de altura, es una de las más visibles y llamativas. De hecho, se sitúa justo en el eje de las tres torres medievales de la ciudad. Quienes suban a la torre también podrán tocar la campana y contribuir a dar forma al sonido de Brujas.
Los pintorescos canales de la ciudad también acogen obras.
Iván Argote eligió el canal Speelmansrei para su contribución de cuento de hadas: dos botas de siete leguas inmóviles sobre la superficie del agua. Sumayya Vally ha situado unas canoas africanas de madera quemada flotando bajo el puente Minnewater. Están llenas de plantas y hierbas exóticas, en recuerdo del rico pasado comercial de Brujas.
Las preocupaciones ecológicas están también presentes. La pareja Norell/Rodhe transforma en jardín comunitario un céntrico solar tapiado. Su objetivo es lograr que, una vez se desmonten las obras de la trienal, los vecinos sigan empleándolo como un lugar de encuentro.
En otro patio recóndito, el de Hof Bladelin, Studio Ossidiana ha creado un ecosistema vegetal: una especie jardín del Edén de seis metros de altura donde se han plantado semillas de flores y plantas.
El parque Sebrecht es uno de los numerosos espacios verdes de la ciudad. Y es ahí donde Mariana Castillo Deball ha querido introducir abejas en una instalación de cerámica. También sorprende la tranquilidad del jardín del hospital psiquiátrico, el lugar elegido por Mona Hatoum.
La artista hizo excavar allí un túnel abierto a la sombra de un castaño. Por su parte, la estructura efímera de los arquitectos Shingo Masuda y Katsuhisa Otsubo, creada con 11.000 ladrillos de arcilla cocida, se encuentra en el jardín del Hospital de San Juan.
Para ver una de las obras más llamativas hay que atravesar una puerta de garaje cerca del Concertgebouw. Tras ella se despliega un escenario silencioso, el patio-jardín del antiguo convento de los capuchinos, al que se accede a través de una especie de embudo realizado por el estudio de arquitectura SO-IL con plástico reciclado de botellas. Un capullo de hilos de alta tecnología serpentea como una escultura temporal por esta zona de tránsito que conecta dos calles.
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También sorprendente es la aportación del bruselense Adrien Tirtiaux, que desenterró una historia olvidada, expuesta junto al jardín del Beguinaje: en los años 30 se creó un atajo entre la antigua Clínica Minnewater y el Hospital de San Juan que atravesaba un barrio de la ciudad. El atajo requería un túnel y un viaducto que ya no existe, por el que no ha pasado ningún ser humano en años.
La última de las obras, coproducida por la Trienal de Brujas y la Trienal de Beaufort, se encuentra a trece kilómetros de Brujas, en la playa de Zeebrugge. Es Star of the Sea, de Ivan Morison, un enorme búnker de cemento sometido a las mareas.
Más información en: https://www.visitbruges.be/es/trienal