Exposiciones

Margaret Michaelis y la vanguardia

24 enero, 1999 01:00

Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Montalegre, 5. Hasta Principios de marzo.

Tras su período de formación en el Graphik Institut de Viena, Margaret Michaelis (Dzieditz, Austria 1902-Melbourne, Australia 1985) recaló en Berlín entre 1929 y 1933, para exiliarse más tarde en Barcelona, donde colaboró con el GATPAC, llevando a cabo una significativa labor.
Entre la fotografía en la que se revelan ciertas pretensiones artísticas y el reportaje puramente documental, la presente exposición revisa el trabajo que Margaret Michaelis realizó en España a mitad de los años treinta, a partir de fotografías y documentos procedentes del Arxiu Històric del Col.legi d"Arquitectes de Catalunya y del Archivo Michaelis-Sachs de la Australian National Gallery. Siguiendo un desarrollo cronológico, la arquitectura y la Guerra Civil Española comprenden los dos grandes bloques temáticos entorno a los que gira la muestra. De entrada, el reportaje sobre el Barrio Chino de Barcelona constituye el apartado más interesante de la exposición. Con fotografías en las que dominan las composiciones abstractas construidas por la ordenación de planos verticales, horizontales y diagonales, Margaret Michaelis ofrecía una visión de la arquitectura cimentada por la tendencia Neue Sachlichkeit. Muy próximas a las experiencias constructivistas, estas fotografías enlazan con las que en esos mismos años realizaran Elizar Langman, Ródchenko y Moholy-Nagy, dando lugar a las modernas visiones de la sociedad que trató de construir la vanguardia.
De otra parte, y avanzando más allá del curioso acercamiento a la
arquitectura popular andaluza, de la que se recoge alguna que otra imagen testimonial, la exposición se detiene en la serie dedicada a la Guerra Civil. En esta serie, en la que parecen primar las intenciones documentales sobre las puramente artísticas, el objetivo de la cámara de Margaret Michaelis atiende a la problemática social del momento. Si en fotografías anteriores, las arquitecturas vacías habían sido los motivos centrales, ahora el ser humano ocupa la atención de la fotógrafa. Hombres, mujeres y niños, retratados individualmente o en colectivo, posan en la escuela o se dejan fotografiar de forma instantánea en sus hogares, en un comedor o en la calle, y se muestran aquí como flashes de lo cotidiano, como testimonios anónimos de un tiempo que quedó paralizado por la tragedia de la guerra.
Junto a las fotografías se recogen documentos en los que se trata de exhibir la faceta gráfica desarrollada por Michaelis en la publicidad y en revistas de arquitectura, abundando en el tratamiento testimonial al que parece obedecer gran parte de una exposición, que, sin embargo, deja lugar para apreciar las visiones reveladoras de una sensibilidad extraordinaria.