Más conocido por su vertiente como compositor, especialmente fuera de España, José Antonio Orts (Meliana, Valencia 1955) ha desarrollado paralelamente una notable labor como artista plástico. Generador de ritmos sonoros y luminosos, el trabajo de Orts ocupa el espacio sobre la base de un mínimo despliegue técnico. Lejos del efectismo que podría acusar este tipo de actuaciones, Orts reduce la enorme complejidad de su obra en una sencilla puesta en escena. A partir de columnas de PVC y cobre conectadas a pequeños altavoces y chips, sus instalaciones envuelven al espectador que actúa en la obra con improvisaciones generadoras de todo tipo de variaciones sonoras y luminosas. En la obra "Espacio en La menor", diversos tubos llaman al espectador reclamando el movimiento de sus sombras, que serán interceptadas y transformadas en sonido. El espectador deambula entre las piezas, provocando interferencias, paralizando los sonidos o prolongándolos. Aun cuando todo parece estar sometido a una simple y obsesiva sintonía, un concierto circular e infinitamente repetitivo suena, entonces, siempre distinto en su expansiva circularidad. Una matemática orquestación lo rige todo, cualquier movimiento queda calladamente registrado y reproducido de manera imperceptible. Con ello, la luz se materializa en piezas sonoras que dibujan ritmos de diferente intensidad. De otra parte, unas piezas colgadas de la pared animan sus alas y armonizan el color a partir de una proyección luminosa, cuya cadencia viene dada por el roce que produce el movimiento del paso del espectador. Con sus instalaciones, Orts trasciende la base plástica de la pintura y la escultura, interactuando con el espectador. En sintonía con John Cage y haciéndose eco de ciertas experiencias Fluxus, la obra de Orts constituye una de las escasas muestras que armonizan con extraordinaria sensibilidad dos artes que en otro tiempo anduvieron de la mano.