Exposiciones

Arte joven itinerante

XI Edición de circuitos

24 octubre, 1999 02:00

Es lo más vanguardista del arte joven en la Comunidad de Madrid. Son trece los proyectos expuestos y quince los artistas seleccionados para participar en esta XI edición de los Circuitos de Artes Plásticas y Fotografía, una propuesta con espíritu de búsqueda que, desde 1988, viene organizando la Dirección General de la Juventud. Un certamen que sirve, además, de intercambio artístico con otras ciudades europeas. Este año, la muestra, que ya se puede ver en el madrileño Centro de Arte Joven Avenida de América, viajará a Stuttgart, Munich, Berlín y Colonia. Para cerrar el círculo, en septiembre del año que viene, estarán en Alcalá de Henares.

Tienen menos de 31 años y buscan nuevos lenguajes de expresión. Son las dos características comunes a los quince artistas que este año han sido seleccionados para participar en "Circuitos". Quince jóvenes que experimentan con nuevos recursos técnicos y nuevos materiales. Trece proyectos en los que predomina la fotografía y el vídeo (sólo ángel Masip presenta tres pinturas sobre tabla), los dos soportes que más presencia tienen en la plástica joven, en el arte de este fin de siglo.

Mónica de Miguel Rubio (Salamanca, 1970) presenta en esta XI edición un libro de artista (15 x 10,5), "In the palm of my hand", con fotografías de la palma de su mano "tatuada" con bolígrafo, marcada temporalmente por ella misma. Una obra intimista, de investigación del propio cuerpo: "Piel como simple página, disponible y mutable. (...) Ya no es la palma de mi mano eso que tan bien conozco" ha escrito.

También fotografías, pero de muy distinto calado, son las que presenta Enrique Corrales (Madrid, 1969). Son tres imágenes de una serie de ocho obras, "Proyecto de cocina interior": lavadora, lavavajillas y nevera son fotografiados desde el interior de su mecanismo, oculto al ojo humano. "Llevo mucho tiempo trabajando con cámaras miniaturas, sin objetivo -comenta-, que me permiten dar otro punto de vista del plano doméstico". Para mayor contraste, el formato es de 100 x 80: "quería así desubicar el espacio", comenta el fotógrafo.

Escultora de la luz

"Dibujos de luz natural" es el título de las tres obras de Lidia Benavides (Madrid, 1971), una escultora de la luz. "Trabajo la luz como si fuera el barro -cuenta-. Hace tiempo que investigo este tema; en pintura, en instalaciones (con luz eléctrica) y me apetecía hacerlo con la luz natural, atraparla en mis obras".

Patric Tato Wittig (Friedrichshafen, Alemania, 1969) ha recreado en su obra un estudio fotográfico ruso; lo ha hecho con imágenes de los diferentes ángulos de la habitación. Wittig propone además un juego: enfrenta la foto de un soldado de la Segunda Guerra Mundial con la de otras mujeres rusas. "Quería indagar en el espacio del estudio a la vez que trataba de recuperar mi memoria a través de las fotos", explica el artista afincado en Madrid.
Olimpia (Madrid, 1970) también se ha propuesto investigar el espacio, aunque en este caso es el espacio abierto lo que inspira su vídeo "Metido en un ruido", una cinta de 270 minutos protagonizada por la propia artista. "En él me enfrento a mí misma, estudio los recorridos privados en los que lo importante no es el final sino el transcurso", comenta Olimpia. Además, cinco fotolitos en cajas de luz muestran también a su autora vestida de esponja, una vuelta de tuerca más en el estudio del camino recorrido.

La propuesta de Belén Cueto (Madrid, 1970) es mucho más abierta, interactiva. De hecho, las obras de Cueto están, desde 1997, relacionadas con las acciones en las que el público participa. En esta ocasión la artista presenta su "Acción itinerante", una propuesta que pone a disposición del espectador unas tarjetas postales en blanco para que sean utilizadas como se desee y enviadas a la dirección indicada. "El hecho de que sea una exposición itinerante hace más atractivas las respuestas. Busco otro escenario para trabajar el arte, las reacciones del público". Como ella, Carmen Armbruster (Madrid, 1972) hace al espectador partícipe de su obra: una caja, su fotografía y su representación en el monitor cambian según la actitud del visitante. La caja está forrada con espejos de manera que el espectador, al reflejarse, hace que el objeto real se distancie de sus representaciones.

"Objetos-refugios II y IV" es el título de las fotografías de Joaquín Santamaría (Madrid, 1972), un artista que retrata sus propias construcciones, casitas de madera en las que se refugia un muñeco. Las imágenes muestran, como si fueran secuencias de la misma escena, el objeto desde ángulos diferentes, más o menos cerca del ojo del autor.

Miguel de Guzmán (Río de Janeiro, Brasil, 1972) es el único de estos "Circuitos" que no ha dedicado su formación a las Bellas Artes. Es arquitecto de carrera y de profesión. De ahí que sus fotografías estén muy relacionadas con los edificios, por fuera o por dentro. En la muestra presenta tres fotos (dos interiores y una exterior) de una serie todavía en marcha. Algo de parecido tienen las fotos de Guzmán con las de Julio Cordón (Madrid, 1969): interiores, obras cerradas, con pocos elementos. "Yo antes pintaba y creo que la fotografía es la prolongación de la mirada del pintor", dice Cordón.

De dos en dos


Hay dos parejas de artistas que concurren juntas a esta muestra: Marta de Gonzalo (Madrid, 1971) y Publio Pérez Prieto (Mérida, Badajoz, 1973), y la formada por dos hermanos, MP & MP Rosado Garcés (San Fernando, Cádiz, 1971). Los primeros presentan un trabajo que indaga sobre la idea de frontera en un mapa con divisiones imaginarias que han titulado "Más muros invisibles".

Los Rosado Garcés, que trabajan juntos desde hace seis años, mezclan en su propuesta la escultura y la fotografía, el cuerpo y la naturaleza. Se trata de cabezas de cera con césped y de imágenes que siempre aluden a la relación del hombre y su entorno (serie "Barrio").

De ángel Masip (Alicante, 1977) son las únicas pinturas de esta muestra, obras con una vertiente conceptual. "Ahora con la pintura se pueden hacer muchas cosas, incluso mezclarla con otros soportes", comenta Masip, esforzándose en hacer ver que su obra no es nada convencional. Ni la suya ni la de los demás artistas aquí reunidos. Y es que en eso consisten estos "Circuitos", en mostrar nuevos caminos, nuevos retos, nuevas y renovadas ideas.