Image: Dau al set

Image: Dau al set

Exposiciones

Dau al set

Lectura desde el presente

24 octubre, 1999 02:00

Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona. Plaça dels ángels, 1. Hasta el 10 de enero

Esta exposición es la continuación de otra inaugurada el año pasado: "Dau al Set. El foc s"escampa. Barcelona 1948-1955", centrada en el rico y complejo contexto catalán en que se desarrolló Dau al Set. Ahora se presenta el entorno específico de Dau al Set, como se sabe, uno de los primeros episodios de la recuperación del arte de innovación en la posguerra española.

Dau al Set es un grupo de jóvenes creadores y una revista al mismo tiempo. Como revista, de un gran refinamiento tipográfico, fundada en 1948, perdura hasta 1956, cuando la asociación ya se ha disuelto. En 1948, el grupo estaba integrado por un poeta, Joan Brossa, un pensador Arnau Puig, tres pintores: Joan Ponç, Antoni Tàpies y Modest Cuixart y finalmente Joan Josep Tharrats, responsable de la edición de la revista que acabó también por pintar. Posteriormente -no sin polémica-- se sumó al grupo el poeta Juan Eduardo Cirlot.

¿Cuál es el espíritu del grupo? Aun a riesgo de simplificar Dau al Set, se desarrolla en el marco de una reelaboración del surrealismo que acontece después de la Segunda Guerra Mundial en el ámbito europeo, justo antes del impacto informalista. Sin embargo, es muy difícil delimitar su esencia, porque Dau al Set es una pluralidad de personalidades, todas ellas muy potentes. Joan Ponç decía que lo que lo definía era lo mágico. En efecto, una derivación posible del surrealismo es este mundo mágico y esotérico, de alquimia y nocturnos, de irracionalismo y exploración interior con que de una manera generalista se ha hablado de Dau al Set. Esta es la dimensión potenciada por la selección de obras de la exposición. Pero Dau al Set es mucho más. Entre otras cosas, es también una apuesta dadaísta por lo prohibido y lo marginal, una negación contra la cultura oficial de la época.

Dau al Set también son las polémicas entre sus integrantes, sus relaciones difíciles y de competencia, sus recuerdos divergentes; todo esto forma también la agrupación. Y es por ello que resulta tan difícil hablar de Dau al Set. La noción de grupo de jóvenes creadores es muy importante en el arte contemporáneo. Pero es una noción difícil de evaluar: el objetivo de la asociación es introducirse en el mercado; cuando los jóvenes artistas alcanzan una madurez o llegan a consolidarse, el grupo se deshace, no sin fricciones, porque la suerte y la personalidad individual es diferente en cada uno ellos. Así, para Antoni Tàpies, Dau al Set es un acontecimiento secundario, mientras que para los demás pintores es clave para su identidad. Dau al Set, como cualquier otro acontecimiento, es una invención, una lectura del presente. Sin embargo, Tàpies lleva algo de razón; es el único artista del grupo que ha obtenido un reconocimiento auténticamente internacional y naturalmente su percepción de su propia carrera se sitúa en otros episodios vividos como más relevantes. Más aun, la etapa de Dau al Set de Tàpies ha sido calificada por la mayoría de comentaristas como un retroceso: un giro a lo figurativo y narrativo que margina una investigación con materias muy original. Por otra parte, se ha señalado repetidamente una diferencia de calidad entre Tàpies y el resto de pintores de la asociación. ¡Quien lo dude puede verificarlo por sí mismo ahora que la exposición confronta las obras del grupo unas al lado de otras! Con el mismo número de piezas, el peso visual de Tàpies es absorbente.

Los protagonistas de Dau al Set, a través de entrevistas y memorias -recientemente se ha publicado un excelente libro de Arnau Puig-, nos han explicado con detalle su divergente experiencia de Dau al Set.

Hubiera sido el momento de repensar todo este material, de elaborar un aparato y una cronología crítica. En definitiva, de completar la historia de Dau al Set. En este punto concreto los textos del catálogo son lamentablemente insuficientes. Mito, tópico, problema y polémica a la vez, Dau al Set requiere una relectura rigurosa que ordene y desenrede.

¿Cuál es, pues, la aportación de la exposición? La exposición, muy lograda visualmente, gira sobre tres ejes: la recomposición arqueológica de dos exposiciones claves del grupo, la de 1949 y la de 1951, y el paralelismo entre algunos de los referentes de Dau al Set (Klee, Max Ernst, Miró, Dalí, etcétera) y los artistas del grupo. Además de la recuperación de documentos de difícil acceso o prácticamente inéditos. Tal vez sea una primera aproximación; se ha hecho, incluso, una investigación valiosa con sorpresas interesantes. Sin embargo, la historia de Dau al Set que todos esperábamos, todavía está por completar, revisar y/o deconstruir.