Fuerzas invisibles en Garcia Sevilla
En esta muestra se dan cita tres series de obras. La más interesante, a mi juicio, es un conjunto de grabados de gran formato titulada Codo, realizada en 1991. Son coloristas, de pocos pero intensos elementos que en ocasiones parecen proceder del tantrismo y otras veces tienen la sencillez y la poesía de un Miró o un Klee. Organizados en un esquema cuatripartito varios de ellos, tienen algo de representación primaria de fuerzas invisibles, o de esquema del cosmos visto con unos ojos ajenos a nuestros modos habituales de conceptualización. Junto a estas aguatintas, los aguafuertes y las litografías de 1996, de menor tamaño, resultan más previsibles, aunque de una ejecución técnica igualmente notable. Por último, como apostilla o complemento, se presentan dos óleos muy recientes, de 1999, que, de algún modo, prolongan esta última dirección. Son muy distintos de los cuadros a los que nos tenía acostumbrados su autor, ya que ahora plasman una especie de azar controlado, que da como resultado tramas que intentan contener un universo informe y surreal. Colores ácidos, automatismo, densidad de trazos... No sé si en ellos Garcia Sevilla ha alcanzado su pretensión de desaparecer, pero, al menos, ha conseguido esconderse. Después de un período de varios años en que el artista parecía haberse apartado de la pintura, comprobamos ahora que no era del todo así. Por el contrario, se esboza una nueva etapa llena de sorpresas.