Image: El cuento de las fieras

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Exposiciones

El cuento de las fieras

Pinturas, grabados y valiosas piezas de los "FAUVES" en Barcelona

25 octubre, 2000 02:00

André Derain: Las velas rojas, h. 1904. Óleo sobre tela, 76,2 x 99,1

Los años fauves, 1904-1908. Fundación Caixa Catalunya. La Pedrera. Paseo de Gracia, 92. Barcelona. Hasta el 7 de enero

La exposición, presentada como la gran muestra del fauvismo, exhibe valiosas piezas de Matisse, Derain, Vlaminck, Dufy, Puy o Braque, entre otros

Jaime Gil de Biedma, en su Retrato del artista en 1956, una especie de diario íntimo, comenta un estudio sobre la historia del cubismo; se trata nada menos que de la historia oficial de este movimiento y escrita por un prestigioso historiador. Los comentarios concluyentes del poeta son del tipo "disparate inmensamente divertido", "capacidad inagotable del género humano para la credulidad supersticiosa"... Y es que la historia del arte del siglo XX es una serie de fábulas y dogmas que se van entretejiendo sin ningún sentido crítico. Lo que dice Jaime Gil de Biedma a propósito del cubismo, lo podríamos también decir en relación al fauvismo. La historia del fauvismo es como un cuento; dice así: influidos por Van Gogh y Gauguin, un grupo de jóvenes artistas se presentan públicamente en el Salon d"Automne de 1905 y en el Salon des Indépendents en 1906. En este último exhiben sus obras de colores estridentes y violentos en una sala, en el centro de la cual se exponen también dos esculturas clásicas de Albert Marque. Un crítico de arte, Louis Vauxcelles, escandalizado a causa de sus composiciones distorsionadas y de color atrevido, apunta refiriéndose al escultor: "Es Donatello entre fieras (fauves)". ¡Ya tenemos un nuevo movimiento con nombre y todo! Luego vendrá otra tendencia, el cubismo, que, como un acta de defunción, hace desaparecer el fauvismo. En fin, este esquema, que se repite en el catálogo, hubiera merecido revisarse, especialmente en esta exposición presentada como la gran muestra del fauvismo, con 65 óleos y 25 grabados y con piezas muy valiosas de Matisse, Derain, Vlaminck, Dufy, Friesz, Braque, Marquet, Manguin, Van Dongen, Camoin, Puy, Valtat, Chabaud y Marinot. Hay que revisar toda una serie de esquemas reductivos que han condicionado nuestra lectura del arte del siglo XX. ésta nos parece la tarea de este tipo de macroexposiciones. Ahora que se están examinando los criterios de valoración del arte, es necesario repensarlo y reescribir su historia. No se pueden repetir los tópicos de siempre.

Todos los comentaristas apuntan que el color, la explosión de color, es el rasgo determinante de los fauvistas, un color vivo, puro, vital, reluciente, fresco. Sin embargo decir color no tiene ningún significado. Van Gogh, Gauguin, Sérusier y Denis, entre otros, ya lo habían hecho antes; habían pintado directamente del tubo y habían utilizado los colores puros con anterioridad a los fauves. Igualmente, en el mismo período, los artistas alemanes de la agrupación Die Bröke, usan el color de una manera espontánea, directa y sin mezclas. Si hay algo que une a los fauvistas y los diferencia de otros, no está en la técnica, sino en la actitud ¿Cuál, pues, es el espíritu de los fauves? Es difícil decirlo; sin doctrina y con una vida breve, entre 1904-1908, difícilmente puede hallarse una actitud común en los fauvistas, como demuestran los itinerarios posteriores de los mismos artistas. A veces se ha hablado de un impresionismo subido de tono o color, otras de una especie de simbolismo. Puede que sea cierto, pero a falta de una explicación mejor, recordaremos aquella anécdota de Matisse: cuando se le censuraba que pintase mujeres desproporcionadas, replicaba que "ante todo yo no creo una mujer, yo hago un cuadro". En esta cita se alude a algo más que al color, se dice que la pintura es un país imaginario, un espacio al margen de lo cotidiano, más aún, una transgresión de la realidad. Este es el mensaje presente en algunas obras que se exhiben con el título de Los años fauves: una suerte de espacio espiritual, aunque éste sea un patrimonio de todo el arte. ¿Existió alguna vez el fauvismo? En todo caso hay que repensarlo.