Image: Colom a la luz de Brassaï

Image: Colom a la luz de Brassaï

Exposiciones

Colom a la luz de Brassaï

3 julio, 2003 02:00

Joan Colom: Gente de la calle, 1958-60

Fundación Foto Colectania. Julián Romea, 6. Barcelona. Hasta el 30 de septiembre

La exposición consiste en una especie de diálogo entre dos fotógrafos: Brassaï y Joan Colom. Ambos representan generaciones, contextos culturales y posiciones ante la fotografía muy diferentes. Pero de lo que se trata es de ponerlos en paralelo y observarlos uno a la luz del otro. Así, los significados se identifican de manera que nos hacen descubrir aspectos implícitos pero que nos pasaban desapercibidos. Brassaï en los años 30 trabajó el París marginal, Colom fotografió el Barrio Chino barcelonés de finales de los 50 y principios de los 60. A pesar de lo que separa a los dos fotógrafos, existe una mirada complementaria sobre lo oculto, el sexo, el deseo... Observar a Brassaï a partir de Colom y viceversa es buscar nuevos sentidos, verlos desde una perspectiva al margen de los tópicos al uso. Nos aporta elementos para una lectura diferente. Las cartas del tarot tienen un significado, pero este significado se transforma cuando se asocian entre sí. ésta es la idea que subyace en el encuentro Brassaï-Colom.

Joan Colom siempre ha sido considerado un fotógrafo documental. él nos dejó un testimonio único del Chino: las prostitutas, los curiosos, los marineros... Trabajaba con medios muy precarios a causa de la ausencia de luz y por tener que utilizar la cámara de una manera disimulada. El resultado se aleja de la ortodoxia del momento. Se trata de una fotografía llena de grano, con contrastes duros y muy emotiva... Pero hay mucho más. Es el mundo del deseo masculino en que el sexo se manifiesta de una manera rabiosa y directa... Más que la dimensión documental, lo que me interesa es el gesto del deseo que Joan Colom capta -consciente o inconscientemente- aquí y allá: el tipo hipnotizado por la prostituta, o la grosería crispada a una transeúnte, o aquella curvatura de espalda de quien sigue como a su pesar a una ramera, o una mano suspendida al encuentro de... Gesto que es el mismo que el del fotógrafo. Y más: Joan Colom no fotografía tan sólo a prostitutas y su entorno, también fotografía a niños con una extrema delicadeza. Y yo diría que forman parte del mismo mundo. La ternura del niño es el reverso, la otra cara del sexo directo, de la ansiedad y la soledad del deseo que lo devora todo.

Brassaï, por el contrario, es un esteticista. Su París es un nocturno de luces y sombras densas. Es el poeta de la noche; nadie como él supo plasmar tanta poesía en la ciudad, una ciudad de claros y oscuros. De vez en cuando se ilumina el beso furtivo, un encuentro dudoso, una presencia inquietante... éste es el mundo de Brassaï. La suya es una mirada profundamente contenida, a diferencia del lenguaje inmediato de Joan Colom.

Pero a la luz de Joan Colom, hemos de mirar estas atmósferas de Brassaï de otra manera. En ellas están contenidos todos los fantasmas del deseo. El deseo en bruto, pero también de una ternura e indefensión infinita. Joan Colom me hace ver el delicado juego de luces y sombras de Brassaï como la expresión de algo salvaje, algo que impregna la ciudad. Estado de suspensión de algo que va estallar, como aquellos momentos de silencio que anteceden al grito... Al contrario, Brassaï me hace intuir a un Joan Colom más simbólico, más alejado de una estética documental y del instante. A la luz de Brassaï, hemos de observar a Joan Colom como un universo metafísico, una metafísica del deseo.