Free Load, 2004

Para celebrar el 75 aniversario de la construcción del pabellón de Mies van der Rohe se encargó al artista americano Dennis Adams la realización de una obra conmemorativa. éste tomó un elemento emblemático, la columna cruciforme del edificio, e instaló en cada extremo una cámara de vídeo. Con ello, columna a hombros y dos cámaras, organizó un itinerario por La Mina, uno de los barrios "duros" de Barcelona. La obra en cuestión consiste en dos monitores localizados en el suelo que reproducen el delirante paseo por el barrio con la columna en posición horizontal encima de ellos. Dennis Adams es un artista de contenidos políticos, aunque ni sus trabajos ni sus imágenes son transparentes. Frente a la idea de un mensaje diáfano o contundente, este artista incorpora una noción de ambigöedad, con la ambición -supongo yo- de enriquecer y atribuir complejidad. Posiblemente la voluntad de Adams estaba en contraponer dos mundos: el pabellón, uno de los paradigmas del movimiento moderno, y aquello en lo que degeneró este: la utopía frente la realidad pura y dura de nuestras ciudades. Pero no sé si el espectador que se acerca a esta intervención sin ninguna otra referencia es capaz de descifrar el "mensaje" entre tanto hermetismo. Yo veo la intervención de Dennis Adams como un objeto surrealista, un elemento extraño a aquel contexto. El pabellón es muchas cosas, o se ha interpretado de maneras muy diferentes: jardín zen, lujo, belleza moderna... Pero la intervención de Dennis Adams incorpora otro lenguaje. Cierto que ésta expresa una idea de contradicción: la columna en posición horizontal, lo descabellado de la grabación, el emplazamiento de los monitores. Todos estos aspectos introducen extrañeza en aquel contexto inmaculado. Pero esta dialéctica entre lo uno y lo otro me sugiere la contradicción del arte de compromiso político: es el mundo surrealizado. Hay que buscar otro lenguaje capaz de vehicular el compromiso social y ético.