Image: Ramón Herreros

Image: Ramón Herreros

Exposiciones

Ramón Herreros

21 octubre, 2004 02:00

La cazadora de rocas, 2003-2004

Renè Metras. Consell de Cent, 331. Barcelona. Hasta el 20 de noviembre. De 1.500 a 7.500 euros

La pintura de Ramón Herreros posee una dimensión simbólica. Como en los iconos, las formas aparecen recortadas sobre fondos de colores neutros, prácticamente sin ninguna referencia espacial. Por lo demás, se trata de motivos elementales que se van repitiendo en su obra. La mirada de Ramón Herreros es la mirada del símbolo. Falta saber el significado de este universo. No es evidente; su pintura es sensual y de una rara belleza y, sin embargo, hermética. Tal vez me equivoque y sea una proyección mía ajena al artista, pero yo veo la pintura de Ramón Herreros como una exploración sobre la imagen, en una relación de ida y vuelta, entre sus efectos hipnóticos y una voluntad de enfriamiento de esta seducción. Uno de los temas recurrentes del artista es la figura femenina, que posee una dimensión simbólica desde siempre. Pero éstas, más que mujeres concretas son una imagen del deseo. Más aún, expresan una idea de atracción por las imágenes. Pintura y figura femenina son indisociables porque en ambas se proyecta nuestra fascinación. En un interesante texto de presentación, el artista explica cómo su trabajo partía de determinadas imágenes por las que se sentía seducido. Posteriormente, advertía cómo los motivos -que él creía haber escogido por azar- remitían a un mundo más profundo. En este punto, Ramón Herreros -explica- introduce un elemento de ironía que le distancia o que le hace posicionarse de otra manera ante la imagen. Yo veo en su obra un itinerario de exploración de las imágenes. Utilizar un motivo -de la historia del arte, del mundo iconográfico que nos rodea- y reinterpretarlo significa apropiarse emocionalmente de él, buscar el secreto de su fascinación. Es intentar comprender cómo está hecho por dentro y buscar por qué nos fascina. No sé si me he aproximado al mundo de Ramón Herreros, pero se habrá advertido que existe "algo" que sobrevuela su pintura y este algo es el deseo, acaso nuestra relación contradictoria con el deseo.