Image: Mayte Vieta y el árbol de la creación

Image: Mayte Vieta y el árbol de la creación

Exposiciones

Mayte Vieta y el árbol de la creación

Tan lejos tan cerca

22 diciembre, 2004 01:00

Cenizas, 2004. Fotografía sobre aluminio

Dels Àngels. Àngels, 16. Barcelona. Hasta el 26 de febrero. De 700 a 9.000 euros

Hay una imagen que ilumina la exposición. Situada en un el punto más privilegiado de la sala, es la madre de todos los sueños, el oráculo que vierte todos los símbolos, la fuente de todos los mitos... Se trata de un árbol que emerge del agua.

¿árbol cósmico? ¿Expresión del universo? ¿árbol de la vida? ¿árbol del conocimiento? Todos esos significados, y muchos otros, están implícitos en el rico simbolismo de árbol. Pero hay un aspecto que me interesa destacar en esta exposición: el sueño. Si esta imagen tiene tanta fuerza es porque no es como cualquier otra: alude a un fondo mítico. Más aún, este árbol es el árbol que produce los sueños: su fruto son las obras -esculturas y fotografías- que se disponen aquí y allá en el espacio expositivo. Es el árbol de la creación y diría que se trata de un desdoblamiento de la propia artista.

Aquel árbol hunde su tronco en el agua estancada. La vida surge de este fondo oscuro... Nadie sabe lo que hay debajo de esta superficie opaca y densa en la que lo putrefacto y lo germinal se mezclan. Y sin embargo, de este espeso líquido emerge una copa generosa de hojas rojas como la sangre. También los sueños emergen del abismo insondable y misterioso del inconsciente. El tronco comunica la superficie y lo abisal, de ahí que este árbol sea de alguna manera expresión de los sueños.

Pero, ¿qué es lo que sueña? La artista -desdoblada en árbol- da forma a los sueños y a los deseos. Atrapa el instante efímero, da nombre a lo indecible... Pero acaso ese desafío, este aproximarse a lo imposible, revela la sombra de la muerte, como en aquellos trabajos de taxidermista en los que los ojos de cristal descubren, en su vacío infinito, la sustancia muerta. En la obra de Mayte Vieta existe una melancolía inmensa porque materializar los sueños es tomar conciencia de su negación.

Uno de los motivos utilizados por Vieta en su escultura son las alas. éstas connotan un simbolismo aéreo, un deseo de elevarse hacia el infinito. Pero las alas de Mayte Vieta, como las de ícaro, están solidificadas y no poseen movimiento. De la misma manera interpretamos otra pieza importante en la exposición que consiste en un caballo -máquina sexual o juguete infantil- sin libertad, condenado a un movimiento perpetuo de vaivén. O un árbol invertido -perfecto correlato de la inversión de cielo y tierra- que derrama lágrimas... Todas estas imágenes -los paisajes y las esculturas cristalizadas- son imágenes de la nostalgia. De ahí que se haya dicho del arte Mayte Vieta que es una estética romántica, de fascinación por el deseo, pero también por la imposibilidad de éste.

El árbol de la creación, al que antes aludíamos, que emerge de las profundidades de lo informal y lo indecible, contenía estos significados, la muerte y la vida como la cara y la cruz de una misma moneda.