Exposiciones

Antoni Llena, el crear como problema

Viaje de invierno

23 febrero, 2006 01:00

Viaje de invierno (fragmento) 2003

Toni Tàpies. Consell de Cent, 282. Barcelona.

Composiciones realizadas con materiales nimios: papeles, alambres, maderas, desechos… éste es el universo de Antoni Llena. Se trata de una poética de lo frágil, de lo vulnerable, de lo efímero, un mundo que, sin embargo, no está exento de agresividad y violencia. Estos materiales son los actores de la puesta en escena de un drama. Llena presenta sus collages y esculturas en una suerte de cajas o vitrinas que refuerzan esa idea de microcosmos, una especie de teatro del mundo. En la galería Toni Tàpies ofrece un fragmento de la serie Viaje de invierno que consiste, grosso modo, en un conjunto de vitrinas a modo de diorama. Dispuestas en eje longitudinal una detrás de la otra, se me antojan como una secuencia sin fin de escenas o cuadros teatrales.

Falta preguntarse, sin embargo, qué obra se representa en este teatro de Antoni Llena. En la trayectoria del artista existen unas constantes que se repiten de una manera obsesiva. El mismo Llena explica que en sus primeros pasos creativos se sentía presionado por la voluntad de hacer una obra, o más concretamente, una gran obra. La alternativa sobrevino cuando -siguiendo sus palabras- comenzó a realizar unas piezas de "entretenimiento". Se trataba de unas esculturas de papel que lo "liberaban del (…) peso de la responsabilidad artística". Afirma Llena que con ellas se sintió "aliviado". Era efectivamente un trabajo efímero y sin trascendencia, temporal y acaso insignificante, que le hacía superar el terror de crear, de ser artista… Estas esculturas de papel estaban hechas para ser destruidas y este hecho implicaba una suerte de rodeo para evadir la problemática de la creación. Y es que ésta, hoy en día, ya no se vive de una manera transparente y diáfana, sino, al contrario, de un modo incierto y tortuoso. En la medida en que se interrelaciona cada vez más con el "yo" creador, el artista contemporáneo siente la creación como algo problemático.

Más aún: sigue contando Llena cómo descubrió la destrucción como acto creativo, aspecto éste que no se puede separar de las esculturas efímeras y de la problemática de la creación que apuntaba antes. él explica que, allá por los finales de los años 70, sintió que estaba realizando un trabajo convencional que "no funcionaba" y que de pronto cogió el cúter y empezó a cortar. El corte "fue como un milagro" y ejerció instantáneamente "una fascinación mágica" en el artista.

La obra posterior de Antoni Llena ha ido evolucionando y desde luego que no se agota en estos aspectos, pero creo que siguen siendo fundamentales en su trabajo. Existe una pieza que se expuso en esta misma galería en 1999 y que consistía en una máquina que devoraba un madero. Una escultura efímera que consistía en un autodestruirse como obra de arte. ésta es la idea que sobrevuela la obra de Antoni Llena: el miedo del portero ante el penalti o, dicho en otras palabras, el miedo del artista contemporáneo ante la creación.

Lo que se escenifica en los dioramas de Llena, en los teatrines a los que antes aludíamos, es el fantasma de la creación. La fragilidad, la vulnerabilidad, la violencia son expresiones del miedo y de la dificultad del artista. Y resulta significativo cómo éste llega a cristalizarlos en un lenguaje, cómo transforma sus temores en materia de arte. Otro tema es que este universo de miniatura, tan frágil y sutil, se acaba pervirtiendo cuando transforma sus papelitos y collages en esculturas monumentales y decoraciones de El Corte Inglés, pero éste es un aspecto que dejo para otra ocasión.