Exposiciones

Charles Sandison, palabras colgadas de la pared

21 septiembre, 2006 02:00

Vista de la proyección que cubre las paredes de la galería Max Estrella

Max Estrella. Santo Tomé, 5. Madrid. Hasta el 4 de noviembre. De 16.500 a 36.000 e.

"Mi trabajo consiste literalmente en colgar palabras de la pared", le dice Charles Sandison a Pavel Böchler, crítico checo que ha publicado varios ensayos sobre su labor. Y, ciertamente, Sandison emplaza sus obras en el espacio físico del museo o la galería y hace correr y deslizarse y entrechocar y superponerse y difuminarse o disolverse en la invisibilidad, miles y miles de palabras con las que compone una situación virtual discursiva que pone en cuestión nuestra percepción de la realidad y el permanente susurro de ideas y creencias que habita en nuestras cabezas.

"Un espectro se cierne sobre Europa: el espectro del comunismo. Contra este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes". Estas palabras reciben al visitante proyectadas en los cristales de la puerta de Max Estrella. Son las primeras del Manifiesto Comunista, cuya primera edición inglesa se publicó en 1850 y cuyo texto original está próximo a cumplir los ciento sesenta años. Ocurre, sin embargo, que tanto éstas como las restantes que integran el panfleto más célebre de la historia, sólo pueden ser leídas fragmentariamente y durante unos segundos, pues se devoran a sí mismas, "como insectos que acuden a un dulce", en palabras del artista. Una curiosa ironía para una de las soflamas que, sin ser una religión, ha congregado mayor número de masas ciudadanas internacionales.

Esa visión es posible gracias a que Sandison crea sus propios programas de ordenador y utiliza como elementos de su trabajo palabras en distintos idiomas, signos ortográficos y cifras, que ejecutan las acciones que he descrito. Al entrar, llama igualmente la atención la oscuridad que envuelve las salas y al espectador, sobre el que se proyectan a veces las palabras y que no puede apartar la mirada de esa danza constante y luminosa, que poco a poco deja desentrañar su sentido.

La exposición, primera individual del artista en una galería española, consta de tres piezas. La ya reseñada, Manifiesto Comunista, de 2006, Primer aliento, de 2005, y Evolution, también de 2006. ésta, central en la muestra, transcribe la primera edición en inglés de la Biblia llamada del Rey Jaime (unos 150.000 caracteres), publicada en 1611, de la que dicen los creyentes que es la verdadera voz de Dios en inglés, y la somete a una curiosa "prueba del nueve". Frente a la interpretación literal del libro del Génesis que publicitan los creacionistas y partidarios del diseño inteligente, lanza o deja libres a las palabras, que bien se transforman al contacto de unas con otras, como componen nuevas frases que dan lugar a un texto bíblico inédito. Sorprendentemente, una parte del programa genera resultados predecibles, otra, un 50%, trabaja al azar y de modo ingobernable por el artista o el espectador. Como afirman los científicos, toda realidad tiene derecho a su propia contingencia. Y a su orden. Primer aliento reconstruye hacia atrás, sirviéndose de las letras del genoma humano -A, C, T, G, que forman los píxeles de las caras que aparecen-, el rostro de niño del que hoy es un anciano.

En la entrevista citada al principio de estas notas, Sandison afirma con rotundidad: "Soy un realizador de imágenes bien formado. Esa era mi base cultural y ha modulado mi obra desde que cogí mi primer libro sobre impresionismo en la biblioteca local del pueblo en el que crecí. Ha corrido paralelo al aprendizaje del código". Ciertamente, la experiencia sensorial de sus obras posee una potencia visual inesperada. Sólo con la luz y una muy reducida gama de color -distintos tonos del gris y del blanco, algún rojo, azules y verdes dieléctricos- crea imágenes móviles misteriosas y potentes, que seducen antes al ojo que a la inteligencia; sin que ésta, una vez alertada, pueda desprenderse de esa hipnótica fascinación que parece recorrernos o deslizarse o entrechocar o difuminarse o disolverse en el interior de la conciencia.

Después de obtener numerosos premios por su obra, Charles Sandison (Escocia, 1969) se da a conocer internacionalmente en la Bienal de Venecia de 2001. Desde entonces ha expuesto, entre otros, en el FRAC, Nantes, Museum der Moderne, Salzburg, Centre Pompidou, París... En España, hemos podido ver su trabajo en el Koldo Mitxelena (San Sebastián) y en ARCO, de la mano de la galería Max Estrella.