Image: El cuerpo hecho arte

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Exposiciones

El cuerpo hecho arte

El cuerpo sin límites

8 noviembre, 2007 01:00

Yves Klein: ANT 74. Anthropometría sin título, h.1960

Comisario: Jean-Louis Prat. Fundación Joan Miró. Parque de Montjuïc. Barcelona. Hasta el 27 de enero.

Sorprende que una exposición con el título de Un cuerpo sin límites, patrocinada por BBVA en la Fundación Joan Miró, se sitúe de algún modo al margen de la reflexión contemporánea al uso sobre el cuerpo. Ni una especulación sobre la identidad, ni "máquinas deseantes", ni el cuerpo como soporte, ni abyección, ni Apocalipsis, ni "nueva carne"… Todos estos aspectos -y otros- sobre los que gira la práctica contemporánea están ausentes. La exposición consiste en un planteamiento casi opuesto: ni más ni menos que un recorrido cronológico -y básicamente visual- por el motivo del cuerpo desde principios del siglo XX hasta prácticamente nuestros días. Más aún, este itinerario se articula exclusivamente a través de la pintura, el dibujo y la escultura -sin vídeo ni instalaciones-, cual una suerte de lección magistral de historia del arte en el sentido más tradicional que puede tener esta expresión. Un cuerpo sin límites es un homenaje a las "bellas artes" y a la idea de representación. Y no por ello carece de interés. Más que la defensa de una tesis determinada, lo que justifica y da sentido a la exposición es acaso la selección del casi centenar de piezas realizada por el comisario, Jean-Louis Prat, de un particular gusto y sensibilidad. éste es el mérito de la muestra: observar en directo y en una cercanía de tú a tú algunas de aquellas obras que siempre se han visto reproducidas en libros. Entre otros se exhiben: Bacon, Balthus, Basquiat, Bonnard, Braque, Bourgeois, Chagall, Otto Dix, Dubuffet , Fautrier, L. Freud, A. Giacometti, J. Hélion, E. L. Kirchner, Y. Klein, De Kooning, Kupka, Laurens, Léger, Magritte, Masson, Matisse, Miró, Moore, Picasso, Rodin, Saura, Schiele, De Staël, Tàpies... Y aún así, a pesar de la diversidad de lenguajes, se logra crear un ambiente, un diálogo entre las diferentes piezas, en el difícil espacio expositivo de la Fundación Joan Miró. En términos generales, la muestra describe un ciclo que es el de la modernidad, tal como se nos ha contado, con todos sus tópicos: se inicia con las investigaciones, procedentes del siglo XIX, que empiezan a cuestionar el canon clásico y que luego se prolongan hasta nuestros días, cuando los procedimientos tradicionales y los valores asociados a ellos parecen haberse agotado o simplemente se intuye un cambio de orden.

La exposición me ha hecho pensar en un conocido y criticado ensayo, El desnudo, de Kenneth Clark. No porque la exposición siga sus tesis, las cuales no tienen ninguna relación con la muestra, sino porque la actitud del comisario Jean-Louis Prat es, consciente o inconscientemente, como la de Clark, la de un esteta. La selección de obras de la muestra, tal como se ha realizado, responde a una idea del arte por el arte, de pura fascinación o contemplación, más allá de cualquier dimensión moral, política o social. Aunque Clark entiende que el desnudo no es pura abstracción o idealización, sino que existe, además, una dimensión erótica ineludible, lo cierto es que, más allá de estas consideraciones evidentes, eleva el género a la esfera de lo puramente artístico. Para él, el desnudo no es simplemente un tema o un motivo, "sino una forma de arte", digamos la "forma de arte" por excelencia. ésta es la razón por la que Clark puede realizar una historia universal del desnudo que es al mismo tiempo una historia del arte que va desde la Antigöedad hasta el siglo XX. En esta historia, sin embargo, el sexo, la carne, aquello a lo que el cuerpo alude -aunque sea de una manera soterrada- está, como se ha dicho, curiosamente ausente. Se trata de una historia, la que nos cuenta Clark, de cuerpos asépticos en la que la atracción del deseo se ha diluido.

La selección de Jean-Louis Prat es como un gabinete de coleccionista, esto es, un mundo ideal, coherente en sí mismo que, aislado, responde a un ideal de Belleza, aunque ésta sea, naturalmente, una Belleza moderna. Y si bien muchas de las obras expuestas expresan y son un testimonio de dolor, como es el caso de Tàpies, Freud o Bourgeois, entre tantos otros, sin embargo, esa agresividad queda amortiguada por las asociaciones y el marco general para devenir una especulación no sobre el cuerpo, sino sobre el arte, la historia del arte.