Joseph Kosuth, escuela de incertidumbre
Al fin creí entender (Madrid) y located work (Madrid)
28 febrero, 2008 01:00Vista de la fachada de la Casa Encendida con la intervención de Kosuth.
El acontecimiento histórico que supone la primera instalación pública en Madrid del padre del arte conceptual, Joseph Kosuth (Toledo, Ohio, 1945), queda diluido por la similitud de su intervención en la fachada de La Casa Encendida con las frases y palabras que han inscrito diversos artistas -como viene siendo habitual en los últimos años bajo el programa de "Madrid Abierto"- en otros tantos edificios de instituciones culturales. Precedido, entonces, el maestro por los seguidores -aunque, tiene razón Kosuth, muchos practican una de sus vertientes, el billboard art, fundado en la ambigöedad y/o contundencia de los contramensajes a la publicidad mediática-, su trabajo se presenta en un tono modesto pero que, como no podía ser menos, ofrece de primera mano la clave del arte como lenguaje y, con su pertinente adecuación a nuestro contexto, el implícito compromiso político que el artista ha mantenido desde su juventud.Con la apropiación de frases entrecortadas y yuxtaposiciones de interrogantes extraídas de textos de grandes de la literatura latinoamericana -Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti, cuya lengua es el idioma español, sin ser españoles- Kosuth compone un texto abierto a la incertidumbre que no sólo indica que el arte es sólo cuestionamiento de la definición de arte -y precisamente tanto más en el afuera de la institución artística-, sino que también alude a la doble condición de invitado y extranjero que el artista cosmopolita actual comparte, en distinta escala, con los sujetos migrantes de la sociedad globalizada.
Doblete que se reproduce en su intervención en el interior de la institución, en donde ha ideado un comisariado sobre seis jóvenes artistas latinoamericanos que deja al desnudo el proceso de producción artística, abierta a un simpar de soluciones. Y no es casual que entre los elegidos, el reparto de género sea igualitario. Pues Kosuth, combatiente desde su juventud de la definición formalista y esencialista del arte y, por tanto, de uno de sus pilares fundamentales, la autoría, es consciente de que la alternativa conceptual contribuyó a acabar con la expresividad transcendente del "héroe" (varón). Las instrucciones que Kosuth como artista, comisario y maestro impone a sus pupilos -concebir unas instrucciones claras para intercambiarlas con otro que las llevará a ejecución- deslocaliza la autoría así como el estatus de la obra: ¿es la idea, es su realización? Principio básico del conceptual, mostrado aquí como exempla para principiantes, así como lo son dos de los proyectos que mejor se adecuan a la poética crítica del profesor: el encargo de Ximena Labra de registrar durante una semana las instrucciones recibidas por cualquier medio, resuelto por Sandra Gamarra irónicamente con un apilamiento de fichas y un castillo de naipes en blanco; y el vídeo sobre inmigrantes con tópicos franquistas sobre turismo de Alexander Apóstol, a cargo de Hisae Ikenaga. La diligencia y libertad con que se han llevado al cabo éstas y el resto de obras indican que es éste y no otro el procedimiento común de los artistas contemporáneos. Pero también apuntan a un nuevo estatus del público, no ya como mero espectador, sino como partícipe eventual de estos procesos de incertidumbre en la creación (apropiación).