Image: La nueva era del MACBA

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Exposiciones

La nueva era del MACBA

El museo abre la más ambiciosa muestra de su colección

8 mayo, 2009 02:00

Rita Mcbride: Arena, 1997

Los dos grandes museos de arte contemporáneo en España presentan este mes sus colecciones. El jueves 14 lo hará el de Barcelona con la mayor exposición de sus fondos hasta el momento: 320 obras, 250 de ellas inéditas y de reciente adquisición, de 80 artistas. Una muestra que revisa el "modelo MACBA".

Para el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona la colección significa, más incluso que las exposiciones temporales, la identidad del centro. Pero además hay en ella la voluntad de interpretar y de construir una historia del arte de la segunda mitad del siglo XX. Aunque habitualmente una reducida parte de los fondos se muestra en la planta cero, es ahora cuando el MACBA presenta la que anuncian como la mayor y más ambiciosa de las exposiciones de su colección, que ocupa las tres plantas del museo y que hasta ahora se había visto sólo en tres ocasiones.

Esta presentación de la colección ha motivado expectativas, porque se trata de la primera de la etapa post-Borja-Villel, quien obtuvo una indudable proyección mediática. El comisariado, así como las nuevas adquisiciones, más o menos el 80% de la presentación, corresponden a Bartomeu Marí, el actual director del MACBA. La etapa de Manuel Borja-Villel supuso la creación de una imagen de museo que consiguió ilusionar y sorprender aunque, como todo proyecto, también tuvo sus refractarios. Sin embargo, no sé hasta qué punto la suya era una reflexión que difícilmente se podía llevar a sus últimas consecuencias. Prueba de ello es que la orientación de Borja-Villel al frente de Reina Sofía ha cambiado. Aunque también es verdad que un museo de las dimensiones del MACBA permite ciertas libertades que no son posibles en un mastodonte como el MNCARS. No es el momento de hablar de esos aspectos, pero intuyo que el mérito de Bartomeu Marí es el de llevar a la práctica y hacer verosímil una teorización: el "modelo MACBA". Es decir, transformar una especulación teórica en una realidad, lo que conlleva flexibilidad y realismo, capacidad de negociación y enriquecimiento de la gestión y el discurso con mil y un matices.

El planteamiento de esta muestra no difiere a grandes rasgos de las anteriores presentaciones. Se realiza una lectura transversal que, en lugar de seguir los discursos cronológicos lineales, busca confrontaciones y asociaciones entre obras. Existe además una interrelación de lo nacional y lo internacional y, también, como en las otras ocasiones, un espíritu crítico que sobrevuela las salas. Pero hay, al mismo tiempo, importantes diferencias. En la colección se han incorporado piezas de gran envergadura, como son las de Matt Mullican, Joan Jonas, Lawrence Weiner, Francesc Torres o Joan Rabascall. Quiero decir con ello que en la selección parece intuirse una sensibilidad nueva hacia la obra de arte, que ya no se valora exclusivamente como ilustración o documento, sino que además, como el mismo Bartomeu Marí ha reivindicado en alguna entrevista, incorpora el valor emocional. Por otra parte, la colección se ha aproximado a artistas recientes como Ignasi Aballí, Tere Recarens, Armando Tudela, Asier Mendizabal, Falke Pisano… nombres que hasta ahora no estaban presentes en ella. Y, finalmente, también se ha acercado a áreas geográficas inéditas, como son los países del Este, con artistas como Katalin Ladik, Sanja Ivekovic o Deimantas Narkevicius, en una voluntad de ampliar la noción de arte contemporáneo más allá del concepto de centro y periferia.

La muestra que ahora se inaugura describe un itinerario que va desde los años cincuenta hasta nuestros días. Pero sorprende, no sólo porque no exista una secuencia cronológica, sino porque uno se encuentra a veces ante asociaciones u oposiciones inesperadas. La exposición avanza a partir de núcleos o episodios -la introducción del arte americano en Barcelona, la utopía urbana, el desencanto de la utopía, la respuesta crítica ante la sociedad del consumo, etc.- apoyados, y esto es importante, por textos didácticos que aportan elementos de comprensión y justificación. Pero la idea es construir, a partir de estos capítulos y sus interrelaciones, una narración.

Recorriendo las salas con Bartomeu Marí, éste apunta que su intención es articular una historia del arte contemporáneo, una historia dentro de los múltiples relatos posibles. "Ya no es verosímil -dice- una visión enciclopédica del mundo que lo explique todo. Se trata más bien de formular lecturas transversales que se irán modificando en cada aproximación". Un museo de arte contemporáneo que responda a criterios nuevos. "No existe una configuración del mundo -añade el comisario-, ni un pensamiento unívoco. A diferencia del arte antiguo, no estamos ante una línea, sino ante un tejido donde los hilos se van entrecruzando de mil maneras diferentes. A veces, se alejan; otras, se aproximan. En un mismo momento se están realizando proyectos o existen posiciones artísticas que a veces se excluyen y otras se complementan. El trabajo del museo es reconocer esta diversidad y hacer aflorar unos materiales, tanto estéticos como ideológicos que no siempre son visibles".

El arte pues, para Marí, existe en la medida en que entra en contacto con el público. La colección es un elemento activo que cuando está en la reserva no tiene sentido. El relato se construye haciendo dialogar las obras entre sí, situándolas en contextos diferentes. No se trata de buscar relaciones de simpatía o analogías formales, ni tampoco de conexiones causa-efecto. "Contextualizar una obra de arte es -señala el director- dotarla de sentido. Es como una palabra que puede existir dentro de frases diferentes y esta frase en párrafos también diversos".

El objetivo de la colección es escribir una posible historia del arte contemporáneo o, más bien, como creo deducir de las palabras de Marí, su novela. Ahora bien, las dificultades no son aquí mayores que las que ha de afrontar el historiador del arte tradicional a la hora de explicar el pasado, porque, frente a lo que se puede pensar, el pasado, como el presente, no es una cosa muerta, sino algo que se reactualiza con cada generación. Quizás la principal diferencia con hoy en día reside en la falta de perspectiva y de un corpus analítico que haya encauzado los posibles discursos. Y sin embargo, para Marí "después de la ruptura de las vanguardias históricas, han surgido nuevas tradiciones que te permiten entender de dónde vienen y por qué el presente acaba configurándose de una manera determinada". El propósito del museo es descubrirlas y analizarlas: el reto de una colección es crear una cultura de recepción.

El Top-ten del director

Hans Haacke Haacke: Shapolsky et al. Manhattan Real Estate Holdings, a Real-Time Social System, as of May 1, 1971.

Ignasi Aballí: Desaparicions II, 2005.

Rita McBride: Arena, 1997

Lawrence Weiner: Some Objects of Desire, 2004.

Joan Jonas: Lines in the Sand, 2002

Judith Barry: In the shadow of the city… vamp r y, 1985

David Lamelas: Situación de tiempo, 1967.

Matt Mullican: M.I.T. Project (1990-2009).

Katalin Ladik: Serie de collages 1971-1978.

Constant: Proyecto New Babylon, 1963.