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Image: Juego de artista
Juego de artista
Cosmética dogmática
24 diciembre, 2009 01:00Ferrán García Sevilla: Tecla 9, 1998
Pero si la exposición es una creación, ¿de qué creación se trata? De las ochocientas piezas que componen la colección, Gordillo ha seleccionado un centenar y ha organizado el itinerario en pequeños ámbitos o núcleos de sentido que fragmentan el espacio expositivo en multitud de ambientes. Prácticamente en cada ambiente el pintor ha buscado crear un diálogo o una confrontación entre las diferentes piezas en virtud de su complementariedad, sintonía u oposición. Enfrentar obras de naturaleza diferente cara a cara implica deslizar significados de una a otra para ampliar sus campos semánticos. Así, en uno de los casos más evidentes, Gordillo pone en relación las esculturas de Oteiza y las fotografías de Hiroshi Sugimoto. De este encuentro surge una chispa que ilumina las obras con nuevos sentidos: la metafísica del fotógrafo enriquece la propuesta de Oteiza, y viceversa, la geometría de Oteiza construye los horizontes sin límite de Sugimoto.
En la selección de Gordillo hay además guiños y referencias biográficas, como la mención a la generación informalista, que constituye su punto de arranque como artista, o a los pintores que surgieron a finales de los 70, que de algún modo son sus hijos. Existen también punzadas irónicas diseminadas aquí y allá: véase, por ejemplo, la particular disposición, en términos de acumulación, de los escultores Sergi Aguilar, Susana Solano o Txomin Badiola… La selección expresa, también, la voluntad del artista-comisario de estar al día, mediante la incorporación de artistas como Matt Mullican, Runa Islam, R. Rhode, Sofia Jack, Cheryl Donegan…
Falta por saber si existe algún argumento en la propuesta de Gordillo. Pero tal vez el argumento de la exposición sea precisamente su ausencia. La labor del artista ha consistido en casar, de modo diverso, fragmentos; fragmentos de un relato imposible, porque el tiempo de las grandes narrativas ya ha pasado y las lecturas de síntesis no son creíbles. La imagen que me sugiere la muestra es la de un archipiélago en un océano inmenso o la de un puzle de mil piezas en el que, con todo, se han encajado algunas partes. Sobrevuela en esta muestra la idea de juego: el juego como procedimiento para hilvanar fragmentos. El mismo título, Cosméticas dogmáticas, como se desprende de las declaraciones de Gordillo, es una especie de divertimento. Y es que la exposición es un juego, un juego de asociaciones y relaciones que se puede descomponer y recomponer en un ciclo interminable.