Las playas de Agnès Varda
Las dos orillas de Agnès Varda
21 diciembre, 2012 01:00Bord de Mer, 2009
La exposición reúne instalaciones audiovisuales, fotografías y películas, en las que se pueden apreciar tanto la faceta artística como la cinematográfica de Agnès Varda. Es la primera individual que la mítica cineasta realiza en un museo español.
Desde el principio, su carrera está marcada por una especie de lenguaje diferenciador que hace que sus trabajos se desprendan de lo narrativo y se acerquen a planteamientos subjetivos, una actitud experimental mantenida durante décadas a través de películas y cortometrajes que ha desembocado recientemente en sugerentes instalaciones que no describen un relato ni cuentan una historia, sino que obligan al público que se sitúa ante ellas a mantener una posición activa que rebasa la del simple espectador.
Vista de la exposición
Sin duda, las dos piezas más contundentes que contempla Las dos orillas de Agnès Varda son sendas videoinstalaciones que acuden al mar como metáfora, un lugar donde confluyen agua, tierra y aire que inspira especialmente a la autora por su poder de ensoñación. Bord de mer (2009) recrea un fragmento de costa fusionando imagen fija, sonido, imagen en movimiento y arena de playa. La asociación entre realidad y ficción es evidente, un cruce que potencia la imaginación y una lectura lírica. Les veuves de Noirmoutier (2005) posee más capas de complejidad y una gran carga emotiva. Catorce pantallas rodean una proyección central donde puede observarse un grupo de mujeres en corro. El testimonio de cada una, viudas de marineros ahogados, puede oírse de forma individual si nos colocamos los auriculares que se disponen sobre las sillas de la sala. Varda, que también perdió a su marido, comparte con ellas un sentimiento de soledad y quebranto.
El recorrido comienza con una magnífica recreación de ida y vuelta, elaborada a partir de una instantánea de gente anónima tomada en Marsella hace medio siglo (La terrasse de Le Corbusier, 1956; Les gens de la terrasse, 2009) y continúa con un par de documentales de corte social, el primero de cariz irónico inspirado en la llegada de los comunistas al gobierno de Cuba (Hola, cubanos, 1962-63) y el segundo vinculado con los movimientos activistas de las minorías negras en Estados Unidos (Black Panthers, 1968). El trayecto se cierra con un video de marcado carácter feminista (Réponse de femmes, 1975) que muestra a cineastas de la época que hablan en primera persona sobre su condición de mujer. Este proyecto expositivo complementa la revisión que se hizo de la filmografía de Varda en la última edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla celebrada el mes pasado.