Jonathan Monk, humor inteligente
Álbum familiar
4 octubre, 2013 02:00Vista de la exposición
Observando con detenimiento la exposición que Jonathan Monk ha preparado para el CAC Málaga, se puede deducir, ya de entrada, que este valorado artista inglés, considerado uno de los nuevos estandartes de la creación británica, no tiene una obra fácil ni es condescendiente con el público. Su primera individual en un museo español no es precisamente una muestra para neófitos y demanda espectadores con un cierto conocimiento del medio, receptores iniciados capaces de enfrentarse a un contexto plagado de referencias y guiños a otros autores, una actitud que, vista de lejos, podría despertar sospechas o rozar la pedantería, pero que de cerca debemos interpretar en clave irónica y a través de la aplicación de un inteligente sentido del humor.Aunque la impresión inicial al llegar a la sala es de desconcierto, -el abigarrado montaje no ayuda en este sentido-, hay algo lúdico en las obras. Cuando de verdad descubrimos sus intrincados recovecos conceptuales es al indagar el motivo que genera cada una de ellas, virajes inesperados que nos remiten a paradojas intelectuales de orden estético-lingüístico (los títulos resultan fundamentales), o indirectamente a otros artistas contemporáneos, sobre todo de los años 60 y 70 del siglo XX, como Donald Judd, Ed Ruscha, Andy Warhol, Bruce Nauman, Carl André, Pistoletto, Boetti, Kippenberger o Lawrence Weiner, que ha colaborado en la realización de la portada del catálogo.
La estrategia apropiacionista de Monk desvirtúa el factor aúrico que envuelve a estos nombres ya históricos no para cuestionarlos o dejarlos en evidencia, -en el fondo su obra debe ser entendida como un homenaje satírico-, sino para reinterpretarlos desde su particular punto de vista, ya sea de manera literal, como ocurre en Deflated Sculture, n° 1 (2009), una figura basada en el Rabbit de Jeff Koons hecho con globos plateados, en este caso casi desinflados; o simbólica, tal como observamos en la serie de gran tamaño Incomplete Open Paperclip (2006) inspirada en las probaturas que hacía Sol Lewitt con pequeños clips antes de plantear sus estructuras abiertas de cubos imaginados en el espacio.
Quizás la parte más personal de su discurso corresponde a la materialización de recuerdos y vivencias, ideas que emergen de su entorno y se cargan de una sutil poesía extraída de lo cotidiano. Destacan Using my Daughters Coulored Pencils to Find the Color of my Mother Lips (2005), un conjunto de manos dibujadas de manera tosca que evocan una recurrente remembranza de su infancia acudiendo a sus hijas, y All the Possible Combinations of Five Colours (2002), una serie de diapositivas obtenidas a partir de una fotografía familiar de cuando era pequeño. Igualmente, se interesa por los estadios intermedios y las transformaciones que genera el circuito artístico, procurando evitar medidas absolutas y planteando procesos abiertos que implican al público que observa, al lugar que exhibe, a otros colegas de profesión o al mismísimo coleccionista que compra. Tal ocurre en la exquisita instalación DISAPPEAR (2007), un cartel luminoso compuesto por bombillas encendidas que irá cambiando a lo largo de los años al mismo tiempo que las luces se van fundiendo.