Image: El precio de la felicidad según Danica Phelps

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Exposiciones

El precio de la felicidad según Danica Phelps

Icome's Outcome

8 noviembre, 2013 01:00

Income's Outcomes, 2013 (detalle)

Galería Nieves Fernández. Monte Esquinza, 25. Madrid. Hasta el 20 de noviembre. De 150 a 3.600 euros.

En su último proyecto, Danica Phelps sigue el rastro del dinero generado por la venta de cada uno de sus dibujos. Toda su obra parte de la experiencia directa, y retrata todos los detalles de su vida, sus transacciones financieras, su vida sexual, su actividad como artista, y los intercambios del mercado. Esta es su tercera exposición en Madrid.

Uno de los vectores principales y más persistentes de la Modernidad es la interrelación de arte y vida, ya sea desde la fusión indiferente de lo biográfico con lo artístico, o por la intromisión de lo artístico en el acontecer diario. La norteamericana Danica Phelps (1971) ha hecho de ese vínculo el motor principal y exclusivo de su trabajo, y para mostrárnoslo ha decidido simbolizarlo en el aspecto más prosaico y escandaloso del arte: su relación con el dinero, su valor en metálico. De este modo una exposición suya como ésta, la tercera que ofrece su galería madrileña, se conforma visualmente mediante la presencia de unas tablas en las que reseña los ingresos procedentes de la venta de sus obras (color verde) y los gastos derivados del hecho de vivir (color rojo), que acompañan a los sencillos dibujos de limpio trazo que ilustran las distintas actividades que emprende o que contempla en los que la rodean. En esta ocasión ha añadido la reproducción, a menor tamaño y en distinto papel, de las obras que vende y de las que ha de desprenderse.

Lo excepcional de esta actitud reside en el desenfado con el que la artista aborda los distintos sucesos que la incumben, tanto los que podemos considerar banales (pagar el aparcamiento) o meramente profesionales (el pago de materiales), como los más convulsos a nivel personal (su divorcio, por ejemplo) o los más catárticos (el descubrimiento de su auténtica sexualidad). Cada uno de los dibujos que componen su diario tiene calidad y una gracia seductora. Lo cotidiano o lo extraordinario se elevan conjuntamente a otro estrato superior a la realidad tangible, como si el arte hiciese la vida más soportable, más bella y fácil de aceptar.

Por último, reincidir en un aspecto que ya señaló David G. Torres en su prólogo a su primera exposición en Nieves Fernández: su visión pragmática, muy americana, que sitúa a la economía y a la precariedad de la vida como objetos de análisis del arte. Una premonición convertida hoy en algo habitual.